Además del 'bloqueo', Azcuba culpa a la migración y la delincuencia por la baja producción de azúcar
El déficit ya se calcula en 95.000 hectáreas sobre lo previsto para esta fecha
Madrid/Se desconoce la cantidad de azúcar que Azcuba debería haber producido para estas fechas, pero el déficit ya es de 95.000 toneladas, una cantidad enorme si se tiene en cuenta que 400.000 es el total necesario solo para satisfacer la demanda interna del producto. El ingeniero de la estatal azucarera Ángel Luis Ríos Riquenes dijo a Granma con optimismo que consideran poder garantizar las previsiones, pero la manera de expresarlo no ofrece demasiada confianza.
"Es cierto que se nos alargará un poco más de lo previsto. Con el déficit productivo que tenemos hasta ahora, algunos centrales tienen marcado el fin de la zafra en abril. Otros, en el mes de mayo; y aquí está el mayor riesgo, que se nos pueda afectar por condiciones climatológicas", afirmó en una entrevista publicada este domingo en el diario del Partido Comunista.
Las autoridades tomaron el pasado septiembre, tras una zafra ruinosa, la decisión de moler en menos centrales para trabajar de manera más eficiente. Frente a los 36 que lo hicieron en 2022, de los que solo 3 cumplieron el plan previsto, el presidente de Azcuba, Julio Andrés García Pérez, dijo que para esta temporada había que "planificar la zafra para que esta sea objetiva, flexible y, aunque pequeña, con buenas prácticas, concentrando los recursos en menos centrales".
En 2022 se habían proyectado 911.000 toneladas y apenas se obtuvieron 473.720, por lo que para este año se han programado 455.198 toneladas de azúcar
En 2022 se habían proyectado 911.000 toneladas y apenas se obtuvieron 473.720, por lo que para este año se han programado 455.198 toneladas de azúcar, que irán destinadas a la canasta familiar, el turismo, medicamentos, producciones industriales y la exportación, aunque el pasado año se comprometieron 411.000 en ventas al exterior y no se pudieron enviar.
Las palabras este domingo de Ríos Riquenes alertan de la posibilidad real de que ni siquiera se llegue a la ínfima zafra proyectada y entre sus causas el experto cita una novedosa: el déficit de personal por "el envejecimiento de la fuerza laboral y el efecto de la migración. Asimismo, influye la actual situación económica del país, marcada por la inflación. Por ejemplo, los problemas productivos de un central impiden que los trabajadores reciban salarios decorosos y muchos se van", señala.
Para más inri, cada vez hay menos jefes y personal cualificado "lo que ha provocado falta de disciplina y rigor", reprocha el ingeniero, que revela que el central Antonio Guiteras (Las Tunas) ha sufrido varias roturas importantes por malas operaciones y durante nueve días estuvo parado. Este es, junto con el Urbano Noris (Holguín), el que más problemas tiene. Ambos son los que más contribuyen al plan actualmente y sus "incumplimientos" pesan mucho en el total, afirma Ríos Riquenes.
Las averías eléctricas, los incendios, la falta de piezas tanto para el corte de caña como para el transporte, la escasez de combustible y los problemas de financiamiento, atribuidos como es habitual al embargo de EE UU, hacen el resto.
Ríos cuenta que el problema, por el momento, no ha sido la caña de manera particular, aunque podría explotarse más, pero la molida es la que no marcha de manera satisfactoria y señala otros cinco responsables principales. 30 de Noviembre (Artemisa), Mario Muñoz (Matanzas), Panamá (Camagüey), Dos Ríos (Santiago de Cuba) y Arquímides Colina (Granma).
"Para contrarrestar esa situación, se adoptaron medidas con los cuadros y para el reforzamiento de la atención a esos centrales. Hoy la mayoría de ellos ha ido tomando el paso, como confirma el incremento de las molidas y de los rendimientos", se congratula, aunque añade una causa más para justificar la baja producción: la delincuencia.
"Los delincuentes han violado cercas y almacenes, han amenazado a los custodios y trabajadores de los centrales, así como a las familias de quienes se les oponen. Su daño ha sido bastante representativo en algunos centrales –los de Matanzas, Camagüey y Holguín, en concreto– (...). Realizamos un recorrido por todos [los de la Isla] y quedó claro que el enfrentamiento será riguroso", agrega.
Azcuba mantiene su estrategia, sigue el ingeniero, de "flexibilizar" la zafra y que parte de las industrias que no se dedican a moler hagan meladura para alcoholes y aguardientes, una experiencia que, según cuenta, da empleo, produce ingresos y contribuye a la –maltrecha– economía. Además, se ha autorizado a que algunos centrales paguen las deudas que tienen con los productores de caña con los ingresos obtenidos por la producción de alcohol. Eso ofrece también una salida para los productores de caña, que ante la orden de no moler para más de una decena de centrales, pueden vender la caña para el alcohol aunque no sea para azúcar.
Los datos facilitados sobre Cuba en la entrevista se unen a los más detallados el pasado día 15 en el diario Sierra Maestra sobre la provincia de Santiago de Cuba, donde se deben más de 3.000 toneladas de un plan de 19.000
Los datos facilitados sobre Cuba en la entrevista se unen a los más detallados el pasado día 15 en el diario Sierra Maestra sobre la provincia de Santiago de Cuba, donde se deben más de 3.000 toneladas de un plan de 19.000 "que ya no se puede cumplir en marzo por los días de atraso", según reveló William Hernández Morales, coordinador del sector del Gobierno Provincial.
El panorama azucarero en Santiago habla por sí solo: de los cuatro centrales que aún quedan en la provincia, el América Libre tiene en funcionamiento el área de cosecha y está parada la molienda hace tres años. El Julio A. Mella se dedica a la meladura, alcohol y alimento animal; el Paquito Rosales a meladura –aunque está aportando algo de azúcar fuera del plan–; y sólo el Dos Ríos contribuye a la zafra para la canasta básica.
En 1959, Cuba tenía 156 fábricas operativas que produjeron 5,6 millones de toneladas de azúcar. Durante los años del subsidio soviético, aunque sin llegar a los míticos 10 millones anunciados por Fidel Castro, se alcanzaron cifras récord que pasaron de los ocho millones de toneladas en las mejores cosechas, entre 1970 y 1989. Desde entonces, la decadencia ha sido constante pero en los últimos años va en picada y en las calles, los cubanos echan de menos uno de los productos a los que más han recurrido para llenarse el estómago ante la falta de alimentos y pese a que cada vez se conocen más sus perjuicios en la salud.
"El otro día fui a pedir que me hicieran un cake por San Valentín y me dijeron que no tenían casi azúcar", cuenta a este diario un habanero escandalizado ante el presupuesto que le ofrecieron: "¡2.000 pesos el cake sin azúcar!".
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