Aprueban la venta mayorista de vehículos en Cuba, pero con un impuesto para "ayudar" al Gobierno
El ministro de Transporte reconoció en Televisión Cubana que el "deterioro progresivo" caracteriza al sector
La Habana/La autorización para la venta mayorista de vehículos nuevos y usados en moneda libremente convertible (MLC), publicada este miércoles en la Gaceta Oficial, es uno de los ases bajo la manga del Gobierno para intentar solucionar la crisis del transporte en Cuba. La situación ya no admite eufemismos ni matices. Lo reconoció en Televisión Cubana el propio ministro del ramo, Eduardo Rodríguez Dávila.
Desde hace tres años hay "un deterioro progresivo en todas las capacidades de transportación de pasajeros y las infraestructuras", lo cual ha producido una "gran insatisfacción", "indisciplinas" y una caída brutal de la calidad de los servicios, admitió Rodríguez en el programa Mesa Redonda.
La venta mayorista de carros nuevos y de segunda mano a personas jurídicas cubanas y foráneas –lo cual incluye a las empresas de la Isla, mipymes (micro, pequeñas y medianas empresas) o firmas extranjeras– tiene como objetivo reactivar la circulación de divisas, explicó. Según el ministro, los interesados "podrán acceder a un grupo de comercializadora que les venderá vehículos de motor, a un precio mayorista que se forma a partir del costo de adquisición y con hasta un 30% de margen comercial".
Si el cliente compra más de dos vehículos ligeros –motocicletas, automóviles y camionetas– deberá pagar un impuesto especial, cuyo cobro garantiza al Gobierno "fondos para enfrentar la situación", justificó Rodríguez, que aseguró la temporalidad de la medida.
En cuanto a los precios previstos, el ministro advierte que serán los de "referencia del mercado cubano", es decir, que se usan entre personas naturales para la compraventa de vehículos "similares". El costo de los vehículos, dijo, será "actualizado cada seis meses" hasta que se logre un "ajuste".
Si el cliente compra más de dos vehículos ligeros –motocicletas, automóviles y camionetas– deberá pagar un impuesto especial, cuyo cobro garantiza al Gobierno "fondos para enfrentar la situación"
Además, el Gobierno elimina la restricción para importar motocicletas eléctricas de más de 1.000 vatios de potencia, se propone seguir "reciclando" los vehículos que sean dados de baja por el Ministerio de Turismo y piensa tomar medidas, que no especificó, para mejorar el transporte de alimentos en el interior del país.
Durante su comparecencia, el ministro comentó el nuevo decreto, detalló el pésimo estado técnico de los vehículos estatales y enumeró, como es habitual, la carencia de piezas de repuesto, la imposibilidad de disponer de divisas suficientes y el bloqueo de EE UU. Además, insistió en que lo único que podía aliviar realmente el desespero de la situación es la inversión extranjera.
Ofreció también algunos datos sobre el costo de las máquinas que compra el Gobierno cubano. Los ómnibus utilizados para el transporte público en La Habana, por ejemplo, cuestan 200.000 dólares, un avión pequeño, 30 millones, y un ferry, más de 10 millones. En total, calculó Rodríguez, en Cuba se necesitarían más de 40 millones de dólares sólo para el mantenimiento del transporte público.
La otra cara del problema, no menos agobiante, es la carencia de combustible. Para echar a andar todos los vehículos de transportación pública harían falta 80.000 litros diarios de diesel, una cifra imposible en las condiciones actuales.
Las empresas encargadas de operar el transporte, dice Rodríguez, también están frente al colapso. "Las empresas estatales cobran precios asequibles a la población, pero están en pérdidas y reciben apoyo del presupuesto del Estado", refirió, alegando que si bien una parte de la población se las arregla moviéndose en vehículos de "gestión no estatal", los precios de estos transportes están por encima del nivel adquisitivo del cubano medio.
Tanto la Autopista Nacional como la Carretera Central, los dos viales más importantes del país, se encuentran en un estado alarmante
Tanto la Autopista Nacional como la Carretera Central, los dos viales más importantes del país, se encuentran en un estado alarmante, por no hablar de las carreteras provinciales, señaló el ministro, que dedicó un apartado de su intervención a la circunstancia "especialmente crítica" de los viales del Plan Turquino, que conducen a lugares intrincados y montañosos en toda la Isla.
Rodríguez dedicó un largo monólogo a comentar los "tropiezos" que la Isla había tenido con EE UU en la arena comercial internacional, incluyendo la cancelación de contratos y la compra imprevista de vehículos –un carguero de combustible y dos aviones que "nunca llegaron"–. Además, añadió que Washington había sancionado a petroleros con banderas venezolana, liberiana y griega, cuyo rastro en los puertos cubanos queda registrado en aplicaciones de ubicación naval.
Por último, se refirió a los "factores subjetivos" e internos, como la proliferación de vehículos ilegales. "Los desvíos de rutas, incumplimientos de los horarios, maltrato a los pasajeros, transportación de cargas o de más pasajeros de los establecidos en los medios, compras ilícitas de pasajes y exceso de velocidad" fueron algunos de los problemas señalados por el ministro.
Criticó también a los choferes estatales que "evitan las paradas" y a los inspectores que consienten numerosas "indisciplinas y violaciones". Sin embargo, tanto el nuevo decreto como la petición de redoblar la "resistencia" de los cubanos, apenas lograrán una "ligera recuperación" del sector, opina el ministro.
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