El dúo cubano Buena Fe atribuye a "amenazas fascistas" la suspensión de sus conciertos en España

Madrid/El grupo oficialista cubano Buena Fe no podrá cantar en Salamanca ni en Zamora, dos ciudades españolas donde tenían programados sendos conciertos esta semana. Tampoco pudieron hacerlo en Barcelona, donde iban a presentarse el pasado domingo, y aunque no admitieron la suspensión de otro concierto, en Tenerife, ya las plataformas de compra de boletos lo dan por cancelado.

"Bajo el pretexto de defensa de la democracia se han desatado acosos y amenazas fascistas contra los dueños de los locales y eso ha podido más que las canciones", lamentó la agrupación en su perfil de Facebook, donde numerosos usuarios celebraron la cancelación.

Este domingo, Buena Fe publicó en la misma red una "aclaración" donde atribuían el fracaso de su viaje a Barcelona a "motivos de organización y logística", y negaban que la suspensión del espectáculo tuviera una causa política. Se trataba de "algo totalmente normal en giras de este tipo", alegaron.

Finalizaban su mensaje con una denuncia a la "persecución y hostigamiento a los promotores y dueños de salas de conciertos"

La publicación se realizaba a partir de las denuncias de los doctores y activistas exiliados Lucio Enríquez Nodarse y Emilio Arteaga Pérez, que aseguraron haber sido agredidos en el concierto de Buena Fe en Madrid por presuntos agentes de la policía política cubana que se hacían pasar por guardias de seguridad.

La agrupación señaló que solo cuatro de sus miembros –incluyendo el cantante Israel Rojas y el guitarrista Yoel Martínez– habían viajado a España, y que el equipo no incluía agentes de seguridad. "Poco podemos hacer contra la difamación repetida, la agresión mediática, la satanización", se quejaban, aludiendo al repudio que habían causado sus presentaciones entre la comunidad de exiliados cubanos.

"No somos asalariados de ningún Gobierno", proseguían. "Este es nuestro trabajo y de eso mantenemos honradamente a nuestras familias". Además, prometían no "hacer ni decir nada bajo presión de nadie", en referencia a quienes "denigran, irrespetan u ofenden" a los cubanos afines al régimen en el exterior.

Finalizaban su mensaje con una denuncia a la "persecución y hostigamiento a los promotores y dueños de salas de conciertos".

La gira de Buena Fe comenzó a fallar el 11 de mayo, en la sala Galileo Galilei de Madrid, con el ataque a Enríquez y Arteaga. El propio Enríquez contactó a los propietarios de los locales donde se iban a realizar las demás presentaciones: Sala Sidecar, en Barcelona; Búho Club, en San Cristóbal de La Laguna (Tenerife); Music Factory, en Salamanca, y Avalón Café, en Zamora. Además, se suponía que el 19 y el 21 de mayo iban a regresar a la sala Galileo Galilei, aunque quien intente comprar entradas para esta última presentación será redireccionado a otro concierto, esta vez en el local El Corral de las Cigüeñas, de Cáceres.

"Dijimos que sin nuestros teléfonos no íbamos a salir. Uno, porque esto no es Cuba, dos porque es un delito y tres porque allí está toda nuestra información privada"

En su cuenta de Facebook, Enríquez transmitió el momento en el cual, al finalizar uno de los temas durante el concierto del 11 de mayo en Madrid, se escucha el grito "¡Patria y vida!" y "¡Libertad para los presos políticos!", e inmediatamente hay un forcejeo y se corta la directa.

Arteaga Pérez explicó posteriormente en una transmisión en Facebook que ingresaron al concierto considerando que "era una oportunidad para nosotros de ejercer nuestro derecho a la libertad de expresión" para reivindicar la lucha por la libertad de los presos políticos del régimen.

"No interrumpimos el concierto", señala. Según su relato, cuando el dúo terminó la segunda canción, Nodarse se levantó y gritó "Israel Rojas". En cuestión de segundos, unos hombres que se encontraban en la sala corrieron hacia ellos, los rodearon y comenzaron a golpearlos.

Arteaga denunció que los agentes les dieron puñetazos y patadas en varias partes del cuerpo, además les arrebataron los celulares con los que estaban transmitiendo. La seguridad española estableció un perímetro de contención y les pidió que salieran de la sala para que prosiguiera el concierto.

"Pero dijimos que sin nuestros teléfonos no íbamos a salir. Uno, porque esto no es Cuba, dos porque es un delito y tres porque allí está toda nuestra información privada", explica el médico, quien recuerda que los agentes cometieron un delito al querer confiscar los móviles en Europa

"Milagrosamente nos hacen llegar los celulares de mano en mano entre las personas del público y llegan a la mesa donde estábamos", señaló. En ese momento decidieron salir de la sala y llamaron a la Policía española, que recibió la denuncia y ha iniciado una investigación.

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