Cuba compró un 50% menos de pollo a EE UU en abril, comparado con diciembre de 2022
Las importaciones de Brasil, segundo proveedor de la Isla, también se han desplomado hasta cifras que no se veían en al menos un año y medio
Madrid/A principios de mayo, un barco cargado de pollo estadounidense llegó a Cuba de manera providencial. Pocos días antes se había anunciado que el producto, convertido ahora en la única carne con relativa disponibilidad en la Isla, no estaría a la venta por la libreta para mayores de 14 años y la población había estallado, pero el arribo del Orange Spirit, con bandera de Bahamas y procedente de Nueva Orleans, permitió revertir la medida.
La escasez se entiende mejor ahora que se conocen los datos de compras de pollo del mes de abril, que son la mitad de las que se hicieron en diciembre de 2022 y, lo peor, de acuerdo con el economista cubano Pedro Monreal, es que "según datos reportados, no ha habido [compras] en otros países" para compensar.
Ese mes se importaron desde EE UU 15.570 toneladas, frente a las 30.883,8 de diciembre, aunque ese mes partía con la ventaja de ser el segundo del año con más cantidad comprada al país vecino, después de marzo. El dato de este abril supone la tercera reducción mensual consecutiva y es la cantidad más pequeña desde mayo de 2022, cuando se importaron 14.248 toneladas de pollo por un valor de 14.308 millones de dólares.
El dato de este abril supone la tercera reducción mensual consecutiva y es la cantidad más pequeña desde mayo de 2022
Esta es otra de las agravantes de la situación, ya que el aumento de los precios de la carne del ave provoca que el gasto sea mucho más elevado. Este abril, Cuba gastó más de 17 millones de dólares, un 4,4% menos que el mes pasado, cuando la cantidad en toneladas es un 14% inferior. La explicación es que en marzo el precio del kilo era de 0,97 dólares, mientras que un mes después había subido a 1,09, un 12% más.
"El incremento probablemente limitó las compras cubanas", aduce Monreal.
El especialista se ha fijado también en el resto de exportadores, uno de los cuales redujo fuertemente sus envíos, y no es otro que Brasil, tradicionalmente el segundo mayor contribuyente a las importaciones de esta carne.
En abril, la cantidad cayó un 48% con respecto al mes anterior, que ya venían de niveles bajos. En marzo, Brasil redujo un 68,1% las exportaciones a la Isla, con 1.137 toneladas, frente a las 3.565 de febrero. Pero tampoco enero fue un buen mes, con solo 975,5 toneladas, y, sin embargo, en abril apenas llegaron 593, la cantidad más baja desde enero de 2022.
El resto de tradicionales exportadores, España, Polonia y Países Bajos, cada vez se encuentran más desaparecidos, ya que a excepción del primero, que en enero exportó 20 toneladas a la Isla, no ha vuelto a llegar ni un kilogramo de esos orígenes.
Se incorpora, en cambio, un proveedor que estaba desaparecido del mapa: Paraguay, pero con solo 83 toneladas este abril.
Se incorpora, en cambio, un proveedor que estaba desaparecido del mapa: Paraguay, pero con solo 83 toneladas este abril
La caída se ha hecho notar en la vida cotidiana. La caja de cuartos de pollo, de unas 40 libras, ha escalado hasta los 10.000 pesos en el mercado informal de La Habana, mientras que en otras provincias, como Santiago de Cuba, ya roza los 15.000. La variedad también se ha visto afectada y las ofertas de pechuga o pollos enteros se ha deprimido, obligando a los clientes a conformarse con los muslos, que rinden menos.
Algunos mercados online tradicionalmente muy bien surtidos y orientados a que los emigrados compren para su familia en la Isla, como Supermarket, tienen una pobre oferta de pollo. Cuando aparecen cajas de pechuga o del ave entera con menudencias, apenas duran unos minutos en el portal, antes de agotarse.
Las ofertas de vísceras también se han desplomado y, en las tiendas virtuales, donde hace unos meses se podía elegir entre hígado, molleja o pescuezo de pollo, ahora apenas queda este último en venta.
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