Lavastida resta importancia a lo que firmó bajo presión en Villa Marista: "Me dictaron lo que tenía que decir"
El artista detalla en una entrevista desde Polonia la violencia psicológica a la que fue sometido en tres meses de cárcel
La Habana/Hamlet Lavastida denunció este martes que durante su tiempo en prisión en Cuba fue presionado para firmar documentos que lo mostraban como colaborador de la Seguridad del Estado. En una entrevista con el escritor y periodista Carlos Manuel Álvarez, realizada desde Varsovia, adonde voló el sábado tras ser excarcelado, el artista se extendió sobre la violencia psicológica a la que fue sometido durante los tres meses que estuvo en Villa Marista, cuartel de la policía política en La Habana.
Lavastida explicó que los agentes siempre se crean personajes y se montan "un teatro" para interactuar con los detenidos, y por ello él también comenzó "a instrumentar una serie de teatralización".
"Empecé a hacer el famoso acto de arrepentimiento y retractaciones, a escribir que yo no quería participar jamás en la vida política, en ningún grupo de activismo", refirió, y contó que le presentaron un papel donde se consignaba que colaboraba con ellos. "Recuerdo que el oficial Darío me lo sugirió y básicamente me dictó lo que yo tenía que decir", declaró Lavastida durante la entrevista transmitida en vivo por la página de Facebook de la revista El Estornudo, que dirige Álvarez.
El artista tomó la decisión de adelantarse y contarlo todo antes de que la Seguridad del Estado utilice esos documentos firmados en su contra. "A mí realmente no me afecta tanto, porque mi compromiso real es con la creación, eso se lo puedes sacar a una persona que quiere tener una carrera política", opinó Lavastida, que recalcó que en su vida "nunca había tenido que ver nada con la Policía ni con la Seguridad" y que todo lo vivido fue "novedoso" para él.
Escribir esos "textos de autoarrepentimiento", asegura, fue la manera "un poco más noble" que encontró para salir de la cárcel
Escribir esos "textos de autoarrepentimiento", asegura, fue la manera "un poco más noble" que encontró para salir de la cárcel. "La forma de denunciar a otros me parecía menos honorable y autoinculparse por supuesto que no me iba a ayudar".
La celda en la que estuvo preso en Villa Marista era un lugar "excesivamente reducido" que compartía con cuatro personas, narró. "Intentaba caminar en esos seis pasos, tratando de hacer algo con las manos, del nerviosismo de no saber que iba a pasar con mi caso". La comida, señala, "no era mala pero era muy escasa", al punto de que algunos presos "contaban las cucharadas" cada día.
Sobre las sesiones de interrogatorios que sufrió en esas jornadas, recordó que le pedían todo el tiempo que ayudara a los agentes a "aclarar la situación" y que insistían con la historia de que él era un "enviado por el Departamento de Estado". Las frases más repetidas para intimidarlo fueron del tipo: "tu madre va a sufrir mucho" o " te tocan de 15 a 20 años por incitación a delinquir".
Ese era el delito por el que lo acusaban, según informó la propia Seguridad del Estado a su familia tras ser trasladado a Villa Marista. Lavastida había regresado a Cuba desde Alemania el pasado 21 de junio, luego de terminar su residencia en la galería Künstlerhaus Bethanien, de Berlín. Cinco días después, tras cumplir el aislamiento reglamentario en un centro habilitado por el Gobierno en el reparto Flores, en la capital, fue detenido.
La acusación se basaba en una conversación en un chat privado de Telegram del grupo 27N, que fue filtrada y analizada en su momento por el presentador oficial Humberto López en la televisión estatal.
El artista se encuentra en Polonia junto a su novia, la poeta cubana Katherine Bisquet, con quien Carlos Manuel Álvarez adelantó que sostendrá una entrevista este miércoles.
Durante su conversación con Lavastida, este aludió varias veces al número que le asignaron en prisión: 2.239. Su vida estará marcada por él durante mucho tiempo, aseguró el artista.
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