Mármol para la exportación y arcilla para los cubanos, este es el plan del Ministerio de la Construcción
Las autoridades prevén obtener 16,5 millones de dólares con las ventas al exterior, mientras el "desarrollo local" surtirá al mercado nacional
Madrid/El resumen es simple: el Gobierno tiene un plan para revivir la deprimida industria de materiales de construcción que consiste en exportar mármol y mortero para obtener divisas, mientras el mercado nacional solo recibirá arcilla, arena y piedra caliza.
Las autoridades del Ministerio de la Construcción y el grupo estatal Geicon, que espera conseguir 16,5 millones con sus ventas en el extranjero, invirtieron una hora y media en la Mesa Redonda para hablar de este nuevo apartheid que se explica en pocos minutos pero precisa bastantes justificaciones.
"Hace falta financiamiento", resumió Reynolds Ramírez Vigaud, vicepresidente primero de la empresa estatal. "La vía que la organización ha previsto, aunque insuficiente aún, pero que está a nuestro alcance es a través de las exportaciones", dijo. Y en esta idea insistió numerosas veces a lo largo de toda su intervención.
De las 45 empresas que forman el grupo, 14 de ellas producen materiales y 11 específicamente cemento. El pasado año, expuso, la producción se resintió por la crisis nacional –que atribuyó a la pandemia y el bloqueo– y aunque pocos cubanos encontraban materiales de construcción disponibles, el directivo afirmó que se pudo sostener lo necesario, por lo que este año no contemplan otra cosa que mejorar. "Nos hemos propuesto desarrollar un año 2023 con resultados muy superiores al precedente y, si uno revisa las producciones físicas en los cinco primeros meses del año con respecto a igual periodo de 2022, en todos los surtidos se ha crecido, aunque todavía no se alcanzan los resultados esperados, a raíz de la situación energética".
"La vía que la organización ha previsto, aunque insuficiente aún, pero que está a nuestro alcance es a través de las exportaciones"
Todo ese éxito no es suficiente "para satisfacer la demanda del país", añadió. Ramírez Vigaud expuso, sin embargo, que el plan de exportaciones marcha bien. Incluso demasiado. "De 400.000 dólares previstos a exportar, en 2022 se logró vender 1.054.160 dólares y se insertaron nuevos productos", especificó. Entre los más vendidos, el mármol, el mortero, el cemento gris y la arena beneficiada "como única forma de lograr ingresos".
"Las exportaciones en este momento son necesarias para poder sostener y desarrollar la industria de los materiales de la construcción", insistió. "Son la única forma que tenemos para lograr producir a una mayor escala y adquirir las materias primas que se requieren para ello y que no se producen en el país".
A ello se suman la "eficiencia y el ahorro" a los que, según el funcionario, ha contribuido la ciencia, que ha aportado 68 proyectos, por el momento, de nuevos materiales y a partir de materias primas alternativas o métodos de producción menos contaminantes y que reducen el gasto de combustible.
Ramírez Vigaud habló de inversiones para nuevas plantas que producirán a mayor escala y citó cifras con muchos ceros. Miles de piezas, miles de toneladas, cientos de metros cuadrados...
Pero al cambiar de bloque, Delilah Díaz Hernández, directora General de Materiales del Ministerio de la Construcción, vino con la de cal. "La producción local de materiales es la que se realiza desde los municipios cabecera de las diferentes provincias y los consejos populares no urbanos", explicó. Esa industria, que tiene "su base fundacional en el funcionamiento del programa de la agricultura urbana" es la responsable de cubrir la demanda nacional, dijo en resumen.
"El 80% deben ir a las tiendas de materiales de la construcción para que la población pueda acceder a esos insumos. El 20% restante se queda en el municipio para garantizar la sostenibilidad del hábitat y el desarrollo territorial", especificó.
"El 80% deben ir a las tiendas de materiales de la construcción para que la población pueda acceder a esos insumos. El 20% restante se queda en el municipio para garantizar la sostenibilidad del hábitat y el desarrollo territorial"
La funcionaria hizo hincapié en que la Isla es rica en recursos de los que se puede beneficiar, aunque evitó contar que una provincia tendrá a su alcance mejores materiales que otra en función de su suerte. "Vivimos en un país rico en arcilla; en otras regiones hay arena natural, piedras calizas. Hay diversidad de recursos naturales que en su conjunto conforman diferentes alternativas y posibilidades para que cada una de las regiones pueda obtener sus propios materiales para construir", subrayó.
Díaz Hernández insistió en que está demostrado que "se pueden construir viviendas de arcilla sin el uso de cemento. Existe un proyecto en tres regiones del país en el que se utilizan elementos de cerámicas rojas y barbotina como material de colocación de esta, con solución de bóveda, para optar por una vía económica, amigable con el medio ambiente y viable", concluyó.
La directiva había sido la responsable de abrir el programa, en el que se ofreció una clase de historia de la industria de materiales de construcción de Cuba desde antes de la Revolución y bendijo la genial "idea encauzada por nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro" de modernizarla ante la necesidad de levantar escuelas, hospitales y muchas cosas más.
Hasta 1989 se invirtieron más de 577 millones de dólares en ese proceso, pero la fecha no es casual y con la caída de la Unión Soviética viene el descalabro, la obsolescencia, la falta de repuestos. En 2005 se aprobó un monto de casi 55 millones de CUC (equivalente en dólares) para revitalizar la industria, pero los problemas de los últimos años han puesto en jaque toda la productividad.
Se habló bastante del cemento, otra industria a la que se trazó su recorrido histórico y que, según Herácleo Porto Valdés, director general del grupo de cemento –presente también en la Mesa Redonda– se encuentra inmersa en un proceso de renovación gracias a la inversión en la planta de Santiago de Cuba.
"Desde la planta de Cienfuegos, se exporta actualmente a algunos países del Caribe, y se ingresa ese financiamiento. Ello va a ayudar en el transcurso del año a que la situación de la planta mejore"
"Es un esfuerzo gigantesco del país en los momentos actuales esta decisión, por lo que implica –para las inversiones, la vivienda, el turismo, para la población– que haya un déficit y una necesidad enorme en el país de este producto. Hoy se está modernizando además la planta de Nuevitas para que se recupere la capacidad que existió de clínker (producto obtenido por calcinación de caliza y arcilla, y utilizado en la fabricación de cementos) desde su diseño, mientras que en la de Santiago se pretende duplicar su capacidad", añadió.
Porto Valdés también explicó que la cementera es una industria altamente consumidora de combustible nacional y petróleo importado, por lo que este año "se han adoptado decisiones para priorizar la industria del cemento" ya que se intenta dar un salto en la producción. "Desde la planta de Cienfuegos, se exporta actualmente a algunos países del Caribe, y se ingresa ese financiamiento. Ello va a ayudar en el transcurso del año a que la situación de la planta mejore sustancialmente, posibilidad que hace un tiempo atrás no existía", afirmó en lo que fue la enésima defensa de priorizar el mercado exterior, aunque probablemente no la última.
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