'Patria y Vida' le devolvió el pulso a Cuba
La intervención del realizador del videoclip del tema viral en un evento inédito del Parlamento Europeo por la libertad de Cuba
La Habana/[Asiel Babastro, realizador del videoclip de la canción Patria y Vida, participó este viernes, con este texto, en un evento del Parlamento Europeo auspiciado por la vicepresidenta Dita Charanzová y el eurodiputado Leopoldo López Gil, el Grupo Renew Europe y el Grupo Popular Europeo, y organizado por Cuban Prisoners Defenders. Encabezado por uno de los creadores de la canción hecha viral, Yotuel Romero, en la reunión participaron, en directo y de manera inédita, el venezolano Juan Guaidó, la activista y académica Anamely Ramos, la escritora Wendy Guerra, el científico Ariel Ruiz Urquiola, el actor Alexis Valdés y los músicos Arturo Sandoval y Willy Chirino, además de Maykel Castillo Osorbo a través de video, entre otros.]
Soy Asiel Babastro. Nací en 1989, el año de las caras serias. Crecí con el dedo índice tapando mi boca. Salía de los desfiles recogiendo banderitas cubanas del suelo y guardándolas en un libro. También dije consignas.
Vengo a hablarles de mi tierra y no sería justo sin mencionar su diáspora: los casi tres millones de cubanos diseminados por el mundo. Cuba es también la gente que no cupo, que no pudo y no puede. No hablo en nombre de ellos, pero los nombro.
El triunfalismo es un cobarde, un sensacionalista. Mi tierra es una isla que obedece desde hace 62 años. Pero hay otros compatriotas que esperan algo desde hace 22.630 días, que mientras en el mundo pasaron muchas cosas, en Cuba pocas, casi nada.
Y el régimen no hace más que aplazar las ilusiones. ¿Qué patria propone el poder? Aún es un misterio. ¿Cuántos años va costar el país que queremos? ¿Quién asiste a Cuba en su descalabro? Son preguntas que me hago a menudo. Porque la libertad siempre es poca.
La dictadura practica la cultura de la cancelación. A la prensa independiente no la reconocen. Los vigilan, los atacan, los privan de sus derechos, les prohíben salir de sus casas
Es terrible lo mal que envejecen las revoluciones, decía un maestro. Y la cubana envejeció con sus líderes en el poder, con la poesía del pasado invocando un muerto que todavía gobierna. El comunismo, cuando le hablan del futuro, cambia de conversación.
No hay tierra a la vista, ni una transición a la democracia. La dictadura practica la cultura de la cancelación. A la prensa independiente no la reconocen. Los vigilan, los atacan, los privan de sus derechos, les prohíben salir de sus casas. También hay testimonios.
Patria y Vida le devolvió el pulso a Cuba. Pero el régimen tiene pocas palabras para mencionar las diferencias: "escorias", "traidores", "gusanos", "apátridas", "jineteros", "oportunistas", "negritos". Con esas palabras no hay diálogo ni discurso.
En Cuba hay racismo. Lo he visto, lo he sentido. Esa es la secuela de la esclavitud. Aunque la ceguera ideológica lo niegue, ahí está la subordinación racial. La exclusión del individuo negro a través de chistes, frases ("adelanta la raza", "a mi casa no lo traigas") Las agresiones son muy solapadas y son difíciles de detectar.
¿Qué pueden hacer las minorías contra las mayorías, contra la falsa unanimidad, la autocensura? ¿Qué hacemos contra los actos de repudio? ¿Cuál es el número de errores permisibles? Las situaciones sociales y económicas pueden condicionar el valor de un derecho.
La Revolución nos ha costado la Patria. El artículo 4 de la Constitución dice: "La defensa de la patria socialista es el más grande honor y el deber supremo de cada cubano. La traición a la patria es el más grave de los crímenes. Quiénes la cometen están sujetos a las más severas sanciones".
Está Constitución comete un error: decir que la patria es socialista. Eso es retórica ideológica y contradice al Apóstol. Cito: "Yo quiero que la ley primera de mi patria sea el culto a la dignidad plena del hombre". José Martí.
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