Reclamada por Mallorca, la silla de Antonio Maceo es la estrella de una exposición en Cuba
La Habana da señales de que no devolverá el "tesoro" que España le prestó en 2018 cuando Pedro Sánchez visitó la Isla
La Habana/Si el alcalde de Palma (Mallorca) quiere recuperar la silla de Antonio Maceo, ya sabe dónde encontrarla. El Palacio de los Capitanes Generales, en La Habana Vieja, ha inaugurado una exposición con objetos del caudillo independentista, incluyendo el tronco de palma que le sirvió de asiento. El mueble, del que se apropió Valeriano Weyler tras la muerte de Maceo, es propiedad del Ayuntamiento balear, que lo prestó a Cuba en 2018 y ahora reclama su devolución.
La fecha de caducidad del préstamo –el pasado 16 de noviembre–, pospuesta en más de una ocasión por petición de Eusebio Leal, motivó una reunión entre el alcalde mallorquín, Jaime Martínez, y Alejandro Castro Medina, cónsul cubano en Barcelona. La petición de que la silla retornara a Palma cayó en saco roto y La Habana lo confirma con la muestra Antonio Maceo, de campañas y otras contiendas, organizada por la Oficina del Historiador y abierta al público el pasado jueves 7 de diciembre, por el aniversario de la muerte del caudillo.
La exposición gira en torno a la silla, pero contiene otros objetos usados por el mayor general o vinculados a su memoria. Es el caso del conocido óleo La muerte de Maceo, de Armando Menocal, que representa –no sin numerosas imprecisiones históricas– su caída en Punta Brava, el 7 de diciembre de 1896.
Otro cuadro célebre, el retrato de Aurelio Melero donde Maceo aparece de traje, también forma parte de la muestra, así como una suerte de reliquia –un trozo de camisa– "autentificada" por el ex presidente cubano Salvador Cisneros Betancourt.
Detrás de las vitrinas también destacan la silla de montar del caudillo, su machete alemán Fernando Esser –cuyas réplicas entrega el régimen a personalidades de la Isla–, un fusil Winchester de 1873, un revólver Smith & Wesson calibre 44, un reloj, una billetera, una espada, zapatos y otros elementos de uso personal.
El pasado septiembre, cuando el mallorquín Martínez se reunió con el cubano Castro Medina, este diario constató que la silla no estaba expuesta al público, pues la segunda planta del Palacio de los Capitanes Generales estaba en reparaciones. La rehabilitación del edificio no ha terminado, de ahí que se acondicionara una pequeña sala de la planta baja para ubicar la muestra.
La silla de Maceo viajó a Cuba como parte del equipaje del presidente español Pedro Sánchez, que visitó La Habana en 2018. Eusebio Leal dijo entonces que el mueble tenía una importancia histórica sustancial para Cuba. La familia de Weyler había donado la silla al Ayuntamiento de Palma de Mallorca en 1931, y permaneció expuesto hasta que las negociaciones para prestarla a la Isla rindieron frutos.
La prensa española aseguró, ante la polémica por la devolución del objeto, que La Habana lo tenía expuesto "en una sala especial", pues se trataba de un "tesoro de un valor incalculable para reforzar el mensaje revolucionario que aún perdura en la era post Castro".
La Oficina del Historiador se aseguró de crear, rápidamente, una sala que no existía para lo que Leal, pocos días antes de morir, calificó como "una parte importante del alma de nuestra patria". Y, de paso, lanzó con la exposición un mensaje claro a Madrid: la silla se queda en Cuba.
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