Roban el dinero de las pensiones de los jubilados en una oficina de Correos de La Habana

La Habana/El ladrón que irrumpió la madrugada de este lunes en la oficina de Correos de Tejar y 14, en la barriada habanera de Lawton, calculó bien cada aspecto del robo. El dinero destinado a las exiguas pensiones de los jubilados de la zona acababa de llegar, al igual que unos pocos sellos para trámites. Además, el local cuenta con muy poca vigilancia, está en un barrio apartado y por la noche nadie se atreve a salir a la calle.

"Se lo llevaron todo: el dinero, los sellos y hasta el teléfono", explicaba este martes la única empleada de la oficina a dos ancianos que venían a solicitar sus pensiones. Ante el hecho, denunciado por algunos familiares en las redes sociales, nada puede hacer la trabajadora. A quienes vienen a adquirir sellos, les pide que acudan a otra oficina –la de Porvenir, también en Lawton–, pero los ancianos se quedarán, de momento, sin cobrar su chequera.

"Aquí todo el mundo vive de 'puertas para adentro'", explica uno de los ancianos a este diario, frustrado, a la salida del correo. "Durante el día, esto parece un pueblo fantasma, como de campo".

"Llamamos muchas veces y estaba fuera de servicio", cuentan. "Entonces, al llegar, nos explicaron que el ladrón también se había llevado el teléfono"

Durante varios días, dicen, trataron de llamar a la oficina para saber si ya estaba listo el pago. "Llamamos muchas veces y estaba fuera de servicio", cuentan. "Entonces, al llegar, nos explicaron que el ladrón también se había llevado el teléfono".

La oficina es uno de los edificios más feos y precarios de Lawton. Manchas de cal y suciedad cubren las paredes, dos teléfonos públicos que nadie utiliza presiden la entrada y, en el interior, hay mesas de cartón, murales llenos de consignas y retratos de Fidel Castro, y un pequeño mostrador para atender a los clientes.

"Por la mañana estuvo aquí la gente de Trasval", refiere el otro anciano, aludiendo a la empresa encargada del traslado y abastecimiento de efectivo en tiendas, oficinas y bancos. "Le hicieron saber a la empleada que hasta el momento no se ha tomado ninguna medida, ni habrá dinero hasta nuevo aviso. Nos quedamos sin la pensión del mes", lamenta.

Las autoridades no han informado nada sobre la investigación del caso. Lo poco que se sabe es lo que ha contado la trabajadora a los clientes, a modo de justificación por no poder brindar ningún servicio. El silencio oficial ha prendido la mecha de las especulaciones en la gente: algunos acusan al custodio del local, otros a la propia empleada y muchos coinciden en que se trata de un crimen con la colaboración de alguien que tenía las llaves de la oficina.

"Nadie forzó la puerta", asegura un anciano. "La cerradura está intacta y tampoco la ha cambiado nadie hace poco". "Es un autorrobo", zanja el otro, calculando que, además del dinero de las pensiones, el ladrón venderá a buen precio los sellos. Una estampilla de cinco pesos puede superar, en el mercado negro, el costo de 600 pesos.

Una estampilla de cinco pesos puede superar, en el mercado negro, el costo de 600 pesos

El déficit de sellos es uno de los obstáculos más difíciles de salvar para aquellos que tienen planeado un viaje o quieren llevar a término un trámite, por sencillo que sea. La compraventa de estampillas, en un momento de máxima efervescencia migratoria, se ha convertido en uno de los negocios más lucrativos del comercio informal cubano.

En cuanto a las pensiones, que el propio Gobierno cubano ha calificado como insuficientes para el costo de la vida en la Isla, están sujetas a numerosos requerimientos de cobro que impiden que los jubilados y beneficiarios de asistencia social se remitan a otra oficina a cobrar sus chequeras.

La afiliación a una oficina de Correos de Cuba, como la que acaba de ser robada en Lawton, es uno de los requisitos indispensables para volver a casa con el dinero de la jubilación.

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