De Rusia a España, la familia de un detenido por el 11J cuenta cómo escapó de Cuba
El trayecto, realizado en gran parte a pie, llevó a Yasmanis, Rachel y a su hijo de cinco años a través de las fronteras más peligrosas de Europa
La Habana/Perseguir un futuro "real, libre y sano" le dio fuerzas a un matrimonio de perseguidos políticos cubanos y a su niño para escapar de la Isla después de las protestas del 11 de julio de 2021 (11J) y –tras un largo viaje por el continente europeo– llegar a España. Ahora viven en un centro católico de acogida en Calahonda, un municipio andaluz ubicado en la costa de Granada.
Cuba, Rusia, Serbia, Bosnia, Croacia, Eslovenia, Italia y España: el ingente trayecto, realizado en gran parte a pie, llevó a Yasmanis, Rachel y a su hijo de cinco años a través de las fronteras más peligrosas de Europa en lo más duro del invierno después de su salida rumbo a Moscú, en octubre de 2021. No había opción: Yasmanis (que no revela su apellido ni el de su esposa) había sido detenido durante las protestas y, aprovechando su liberación –no exenta de vigilancia por parte de la Seguridad del Estado–, se fueron.
El dinero para pagar el viaje a Rusia lo obtuvieron después de vender todo lo que pudieron, incluida su casa. Entrevistada por medios españoles, la pareja asegura que no desea a nadie "un camino tan difícil ni unas vivencias tan fuertes". "Nuestros estados de ánimo estaban tremendamente bajos después de todo lo sufrido", añaden, recordando el diagnóstico de los psicólogos que los atendieron al llegar.
Su principal preocupación durante el viaje era el niño, que representó un "miedo adicional" por lo que pudiera sucederle o por la dureza del camino
Su principal preocupación durante el viaje era el niño, que representó un "miedo adicional" por lo que pudiera sucederle o por la dureza del camino. Una vez en España, lograron ser acogidos por los hermanos de San Juan de Dios, una orden religiosa dedicada a trabajos hospitalarios, de enfermería y caridad. En uno de los refugios de esa institución, localizado en el sur de España, la familia ha pasado su primer año como exiliados.
"Todo el personal hace que nos sintamos arropados, que aprendamos cosas nuevas de este país, que podamos formarnos para adaptarnos mejor y tener una oportunidad real de trabajo aquí", afirma el matrimonio. "Aquí nos están ayudando a asimilar todo, a sentirnos queridos, recuperar la calma, la confianza y a creer ese futuro real y mejor para nuestra familia".
El centro de Calahonda ha recibido también a otros 130 refugiados que han llegado a España desde Ucrania –tras el comienzo de la invasión emprendida por Vladimir Putin en febrero de 2022–, Rusia, Georgia, Afganistán, Irán, El Salvador, Perú, Colombia y Venezuela. Los trabajadores del centro les brindan asesoría para acceder mejor a la solicitud de asilo político y para gestionar el comienzo de su nueva vida.
José Luis Castelar, director general de los centros de protección internacional de los hermanos de San Juan de Dios, asegura que la guerra en Ucrania fue el punto de partida para acoger –como en otras muchas ciudades de España– a quienes intentaban escapar del conflicto. Sin embargo, en el último año se ha abierto a migrantes de cualquier latitud.
No obstante, refiere Castelar, el trabajo de acogida a refugiados no deja de tener dificultades y fricciones, pues la diversidad cultural de quienes acuden a los centros es grande. Solo en el primer semestre de 2023, añade, el programa de acogida –unos 11 centros en toda la Península– de su orden ha recibido a más de 800 migrantes, de los cuales el 36% son menores. Su prioridad es lograr la reubicación de familias como la de Yasmanis cuanto antes, para que recuperen "la normalidad y la intimidad de sus vidas".
El trabajo de acogida a refugiados no deja de tener dificultades y fricciones, pues la diversidad cultural de quienes acuden a los centros es grande
El programa recibe el apoyo del Ministerio español de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, y garantiza que las familias reciban 18 meses de alojamiento, comida y asesoría tanto migratoria como emocional. Para quienes no hablan español, también se brindan cursos de idioma.
Desde hace meses, España se ha convertido en uno de los destinos más frecuentes para los cubanos que salen de la Isla. Las facilidades que ha brindado el país para que los cubanos descendientes de españoles puedan tramitar esa ciudadanía ha sido un incentivo para que muchas familias intenten, incluso, emigrar de forma grupal.
Esto último ha ocurrido en la ciudad castellana de Zamora, donde 34 cubanos y argentinos han formado parte de un programa denominado "Reto Zamora", que busca repoblar las localidades de esta provincia.
A finales de marzo llegaron desde Cuba y Argentina las primeras familias de este programa piloto impulsado por la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades de la Junta de Castilla y León para asentarse en las comarcas de Sanabria y Toro. Fueron ocho asistentes personales y otros tantos acompañantes, entre ellos cinco niños ya escolarizados que en uno de los casos han evitado que el próximo curso tenga que cerrar la escuela rural de Lubián.
En vista de los buenos resultados, la iniciativa se ha extendido ahora a otras 18 personas, esta vez todas ellas procedentes de Cuba. La intención es extenderlo próximamente a otras provincias de Castilla y León con la misma filosofía: que los descendientes de migrantes que "cruzaron el charco" puedan regresar para encontrar un futuro y ayudar a combatir la despoblación en el medio rural de la tierra de sus antepasados.
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