Transporte infernal, precios imposibles y poca literatura en la Feria del Libro de La Habana

La Habana/La cola este jueves para tomar un ómnibus rumbo a la fortaleza de San Carlos de La Cabaña, recinto para la XXX Feria del Libro de La Habana (FILH) hasta el 30 de abril, era larga y nutrida. Casi una hora había que esperar transporte, que, de nuevo, vive una crisis en Cuba.

"Este año está peor la cosa que la última vez", observaba una habanera mientras se cubría del sol con la mano. "Hay muy pocas guaguas".

Durante la espera, los visitantes iban llenando de alimentos las bolsas que llevaban en la mano. Comerían al llegar, en los jardines que rodean la fortificación, desde donde puede verse, en la distancia y con el mar de por medio, la avanzada construcción de la llamada "torre López-Calleja" haciendo competencia por primera vez en más de 63 años al perfil del emblemático hotel Habana Libre.

A las puertas del recinto ferial, el tiempo de espera se multiplicaba: hasta dos horas hicieron fila cientos de personas. "Por suerte corre algo de fresco", comentaba un anciano resoplando.

Una vez dentro, los visitantes daban vueltas y vueltas y se amontonaban ante los mostradores, pero no compraban mucho. En la primera FILH tras la puesta en marcha de la llamada Tarea Ordenamiento, las quejas sobre los altos precios eran generalizadas. Libros en miniatura (que van de clásicos de la literatura como El Principito hasta títulos de chistes para adultos o autoayuda) a 650 pesos, purpurina a 400 pesos, rotuladores a 1.200 pesos... "Ni hablar, aquí están caros hasta el agua y los refrescos", protestaba un joven que preguntó por el precio de una mochila.

El país invitado, México, despertaba cierta expectación, a juzgar por la cola que había que esperar para entrar a su pabellón, situado en la sala A. Sin embargo, la gente se iba pronto, disuadida por los más de 400 pesos de media que costaban los ejemplares, casi todos ellos, editados por la editorial estatal Fondo de Cultura Económica.

Entre las pocas editoriales privadas mexicanas representadas estaban Planeta, Almadía y Sexto Piso, todas ellas en pequeñas mesas cubiertas con un precario mantel y "papel picado" de colores, típico del tradicional Día de Muertos en México.

Precisamente los libros de esas editoriales estaban a un precio más accesible, lo cual se entendía observando las fechas de publicación: ninguno era novedad y había títulos de 2012 y 2013. Saldos.

Uno de ellos destacaba: Comandante. La Venezuela de Hugo Chávez, de Rory Carroll y la editorial Sexto Piso (2013). Se trata de un reportaje que ilustra el ascenso del autoritarismo en Venezuela y el fracaso de los programas sociales del bolivarianismo, algo que sorprendería a las autoridades que permitieron exponerlo si lo supieran. Tal cosa es dudosa: los dos ejemplares que había de muestra estaban cerrados, y el público pasaba de largo al ver la cara del fallecido mandatario.

Fuera del recinto ferial de La Cabaña, en la Casa Benito Juárez (conocida como Casa de México), en La Habana Vieja, Paco Ignacio Taibo II, director de la editorial estatal mexicana Fondo de Cultura Económica (FCE), presentó Nueve noches con Violeta del Río, de Leonardo Padura.

El autor habanero no estuvo en persona, pero mandó un mensaje en video desde Madrid, donde se encuentra, según dijo, "por trabajo". En él, agradeció al FCE la presentación y expresó su deseo de que la Feria sea exitosa y logre acercar la lectura al público cubano.

Taibo, por su parte, destacó la relación de ambos desde que en los años 80 coincidieron en la Asociación Internacional de Escritores Policíacos y se refirió a Padura como un "autor crítico sobre la realidad cubana que vive".

El director del Fondo explicó que el nuevo libro, que definió como un "cuento largo de amor", estará incluido en la colección Vientos del Pueblo, una serie de libros lanzados por la editorial estatal mexicana a muy bajo precio (y editados con

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