"Aquí no aceptamos pagos en CUC"
Ante los rumores de una inminente unificación monetaria, algunos comerciantes solo quieren pesos
La Habana/"No acepto CUC”, advierte el conductor del taxi colectivo a los pasajeros en el Parque de la Fraternidad de La Habana. Es la tercera vez en una jornada que Lídice, de 40 años, escucha la misma frase. Primero fue un manisero y luego una peluquera. Ambos se negaron a recibir sus chavitos por la incertidumbre que rodea al peso convertible ante una posible unificación monetaria.
Han bastado unas breves palabras de Raúl Castro en el Parlamento, en diciembre pasado, para desatar las especulaciones. El mandatario explicó entonces que sin unificar las monedas era “difícil avanzar correctamente”, y los cubanos han interpretado su discurso como la señal de que el CUC estaba de salida.
El peso convertible se está llevando la peor parte en medio de los rumores y los miedos. Los vendedores y comerciantes han empezado a rechazarlo en algunas operaciones para no acumular billetes que podrían sufrir una importante devaluación cuando el Banco Central los retire de la circulación a cambio de pesos, que se convertirían entonces en la única moneda nacional.
Cuando faltan unos meses para que la dualidad monetaria cumpla un cuarto de siglo, los temores crecen en la población ante el inevitable proceso de unificación monetaria
Cuando faltan unos meses para que la dualidad monetaria cumpla un cuarto de siglo y a pocas semanas del cambio de Gobierno, anunciado para el 19 de abril, los temores crecen en la población ante el inevitable proceso de unificación monetaria. Los que tienen cuentas de ahorro en CUC sospechan que sus saldos estarán afectados, aunque las autoridades han expresado que no se perjudicará a los que tengan depósitos bancarios.
Esta situación de incertidumbre y la falta de liquidez, además de la degradación sustancial de la economía nacional con el recorte sustancial de los envíos de petróleo venezolano, están provocando un alza del dólar en el mercado negro de divisas.
Cada mañana, Armando (nombre ficticio) se coloca a pocos metros de la Caja de Cambio (Cadeca) de la calle Obispo, en el casco histórico de la ciudad. Allí, con discreción, reparte tarjetas a los clientes más interesados. Su negocio de cambista privado tiene mucha demanda en el mercado paralelo.
Armando es la persona a la que recurren las familias que reciben sus remesas en dólares y no quieren someterse a la tasa de cambio del Banco Central, que entrega solo 0,87 CUC por cada dólar después de cobrar su comisión y un gravamen del 10% sobre la divisa estadounidense.
El cambista compra los dólares a un precio que oscila entre los 0,91 y 0,93 CUC para después revenderlos a una tasa de entre 0,94 y 0,97, según la cantidad. Sus principales clientes son las mulas, que necesitan dólares para viajar al extranjero y comprar mercancía para venderla luego en Cuba.
"No se demoren, que a los chavitos les queda poco”, dice Armando a los que están en la cola de la Cadeca. Al menos dos personas se muestran interesadas y quedan para comprar más tarde cantidades superiores a los 1.000 dólares.
El economista Carmelo Mesa-Lago, residente en Estados Unidos, advierte de que "el cambio o unificación monetaria no aumenta el poder adquisitivo de la población, para eso tendría que aumentar la producción y la productividad", algo que no se ha logrado a pesar de la tímida apertura al sector privado y la entrega de tierras en usufructo.
En el último lustro el Gobierno de Raúl Castro ha dado pasos para conciliar el uso de ambas monedas, como autorizar el pago en CUP en las tiendas recaudadoras de divisas
En el último lustro el Gobierno de Raúl Castro ha dado pasos para conciliar el uso de ambas monedas, como autorizar el pago en CUP en las tiendas recaudadoras de divisas, pero la unificación se ha ido postergando.
“Esto es sin prisa y con mucha pausa”, ironiza Marieta, que trabaja en una empresa estatal que fabrica productos de higiene. “Además de mi salario en CUP recibo un pago adicional en moneda convertible cada tres meses”, explica, pero “lo menos importante es el color de los billetes, lo que más me interesa es qué puedo comprar con ese dinero y la verdad es que es muy poco”.
“Si los 450 CUP que gano se convierten de pronto en 450 dólares, entonces las tiendas se van a quedar vacías”, reflexiona Marieta. Por el momento los bajos salarios, que no superan los 35 dólares mensuales, no permiten comprar los productos que el Estado vende a precios elevados en su red comercial. La situación cambiaría totalmente si de repente el Gobierno decidiera que 1 CUP equivale a un dólar, como es el caso ahora del CUC.
Luis, de 42 años y productor de queso en Alquízar, fue llamado a una movilización militar hace dos semanas como reservista. “Nada más que me citaron le dije a mi madre que comprara todos los dólares que pudiera porque ese operativo seguro que era para custodiar la unificación de la moneda”.
Cuando un alto funcionario de la Unión Europea comentó hace pocos días en La Habana que la UE estaba en disposición de brindar asistencia técnica para la reunificación monetaria, Luis le dijo a sus compañeros de barraca que “la cosa” era inminente.
Pero los días pasaron, el artemiseño terminó su movilización y ha seguido vendiendo queso a la orilla de la carretera. “Tengo que aceptar los pesos convertibles porque es lo que tiene la mayoría de los clientes que paran para comprar”, reconoce. Sin embargo, se aplica su propio consejo: “Para no acumular muchos, invierto en bienes y compro dólares”.
____________________________________________________________________________
El equipo de 14ymedio está comprometido con hacer un periodismo serio que refleje la realidad de la Cuba profunda. Gracias por acompañarnos en este largo camino. Te invitamos a que continúes apoyándonos, pero esta vez haciéndote miembro de 14ymedio. Juntos podemos seguir transformando el periodismo en Cuba.