Activista católico siembra semillas de democracia en Cuba
La Habana/En esta tierra fértil de azúcar y tabaco al oeste de La Habana, el intelectual católico Dagoberto Valdés está sembrando las semillas de la democracia a solo unos pasos —media cuadra— de la estación policial. Aquí en la iglesia de San Hilarión, rodeado de fieles que llenan uno de los salones parroquiales en una noche de enero, Valdés les dice que esta nueva era les pertenece a ellos, al cubano de a pie, al pueblo —y no a los gobiernos de Cuba o de Estados Unidos.
El encuentro abierto al público celebrado en este pueblo de obreros a 36 millas de la capital hace un par de semanas es el quinto organizado en diferentes poblados del occidente de la isla por Valdés. El líder laico pinareño se ha empeñado en informar a la comunidad en la isla sobre los criterios expuestos por los gobiernos de Cuba y Estados Unidos para negociar el restablecimiento de las relaciones entre ambos países, rotas desde 1961.
"Ahora ya no tenemos al 'enemigo' externo que era el causante de todos nuestros males", enfatiza Valdés a unas 75 personas que llenan el salón. "Ahora las cosas se resolverán cuando los cubanos nos pongamos a resolverlas".
Agrega que "es la hora de los cubanos" de asumir un liderazgo para convivir democráticamente, sin repudiar a quien exprese una posición discrepante. "Los cubanos debemos tolerarnos, debemos cesar de llevarnos presos unos a otros, de arrastrar a las Damas de Blanco que son también cubanas", dice Valdés. "Los cubanos no podemos seguir dándonos palo en la calle, eso no puede volver a pasar en Cuba".
Texto originalmente publicado en El Nuevo Herald. Sigan leyendo aquí.