La Aduana decomisa más de siete toneladas de alimentos importados en ocho meses
Las autoridades animan a la población a seguir denunciando a quienes violan las normas para la la libre importación
La Habana/Las autoridades se incautaron de más de siete toneladas de alimentos en la Aduana en apenas ocho meses, los que van de abril a diciembre de 2024. A esa cantidad se unen 280.000 unidades de productos de aseo y 760 tabletas de medicamentos como fruto de los controles que se hacen en la frontera para verificar que se cumple la normativa a la hora de importar libremente con fines no comerciales estos productos.
Jenisley Ortiz Mantecón, viceministra de Finanzas y Precios, fue entrevistada este miércoles en el Noticiero para dar más detalles sobre la prórroga, aprobada un día después, a la libre importación de esos bienes, así como la de las plantas eléctricas. En el caso de los alimentos, productos de aseo y medicamentos, la medida comenzó en 2021, pocos días después de las protestas antigubernamentales que sacaron a miles de cubanos a las calles para pedir un cambio que mejorase sus condiciones de vida, económicamente más golpeadas aún por la pandemia.
En aquel momento se anunció que la decisión era excepcional y duraría seis meses. Sin embargo, las prórrogas fueron sucesivas con algunas variaciones y por plazo de seis meses, mientras las condiciones económicas del país así lo requirieran, advertían las autoridades del Ministerio de Finanzas y Precios en las gacetas oficiales pertinentes. En agosto de 2022, en medio de una temporada de apagones que entonces se consideraba insostenible y no ha hecho sino empeorar en los dos años posteriores, la medida de importación libre de impuestos se extendió a las plantas eléctricas. Ambas se han ido renovando de manera conjunta, aunque desde 2024 las prórrogas son trimestrales, una situación que genera incertidumbre a los cubanos, pendientes cada poco de unas medidas que no entienden por qué revisar.
“¿Por qué solo tres meses más? Si la situación del país aún no va a mejorar, ¿para qué el burocratismo?”, reaccionaba una usuaria en redes.
“¿Por qué solo tres meses más? Si la situación del país aún no va a mejorar, ¿para qué el burocratismo?”, reaccionaba una usuaria en redes
“Es como para tener al cubano en jaque –respondía otro–, pues todos conocemos los problemas con la generación eléctrica, los problemas de falta de financiamiento para la compra de materias primas para la producción del cuadro básico de medicamentos, todos conocemos que no hay producción de alimentos, y que no se vislumbra un futuro inmediato halagüeño. ¿Entonces para qué desgastarnos dentro de tres meses en volver a reunirnos para volver a abordar otros plazos? Soy del criterio que cuando esto se suspenda, entonces será incontrolable la gestión”.
Ortiz Mantecón, que en televisión explicó la cronología de las exenciones de impuestos, quiso dejar claro que el Gobierno está renunciando a una fuente de ingresos importante con estas medidas que duran ya más de tres años y medio. “Recordemos que esto es un beneficio fiscal que tiene determinados sacrificios para el presupuesto del Estado porque estamos renunciando al cobro de aranceles por la importación de estas mercancías y materias primas”, subrayó.
El Gobierno es consciente, no obstante –y aunque no lo dijo– del malestar que generaría la supresión de estas facilidades que, además, ya se han consolidado. Particularmente en un panorama en el que no solo no se vislumbra mejoría alguna, sino que parece que todo vaya a peor, en buena parte porque la falta de energía impide radicalmente la recuperación de cualquier capacidad industrial que hubiera en la Isla.
A veces se importa reiterativamente el mismo producto, lo que “desvirtúa la naturaleza de esta de esta importación”, sugiriendo que deja de ser para uso personal cuando se trae una cantidad permitida con mucha frecuencia
Sin embargo, los decomisos se han producido de manera elevada, por la violación de las normas. En concreto, Ortiz Mantecón citó dos irregularidades que se han observado a través del tiempo “muchas veces asociado al peso de los artículos y a determinados límites que se establecen en función de esa importación no comercial”. Además, dijo que a veces se importa reiterativamente el mismo producto, lo que “desvirtúa la naturaleza de esta de esta importación”, sugiriendo que deja de ser para uso personal cuando se trae una cantidad permitida con mucha frecuencia.
Pero para lo que en la frontera no se pueda detectar, la viceministra pide ayuda a la población. “No es solo un trabajo de la Aduana General de la República, se trata de robustecer nuestros mecanismos de control institucionales, dígase de todos aquellos órganos organismos y de los gobiernos locales que, de una u otra forma participamos, en velar porque las medidas y decisiones que se tomen se ejecuten. Hay un gran reto en este tema del control y se trata de involucrar a todos los factores”, dijo.
Además, admitió que es precisamente en muchas ocasiones la denuncia de la población la que destapa si alguien comercia o no con los productos que introdujo para un presunto uso personal. “Tenemos la percepción de que hay más participación popular. De hecho, recibimos en los canales institucionales de comunicación del Ministerio denuncias puntuales de la población sobre desviaciones que se producen en este tipo de producto y eso yo creo que con más fuerza se deben atender”.