Sin agua, el principal hospital de Sancti Spíritus es "un lugar de alto riesgo para los enfermos"

Sancti Spíritus/"No hay agua", advierte un cartel en la cafetería del Hospital Provincial Camilo Cienfuegos de Sancti Spíritus. El papel, que cuelga ladeado de una pizarra, añade que solo se venden "productos para llevar" y su presencia es solo una pequeña muestra de lo que se vive en el interior del centro médico. Varios de los salones de operaciones se mantienen cerrados, las consultas especializadas se encuentran limitadas y los baños están rebozados de excrementos.

"No se puede ni limpiar el piso porque hace días que no entra el agua", cuenta a 14ymedio una empleada que trabaja en la zona del Cuerpo de Guardia. "Esto ha afectado todo, desde los servicios de urgencia hasta el laboratorio donde se hacen los análisis y la sala de hemodiálisis, que es una de las que tiene ahora mismo más problemas porque hay pacientes en un estado muy delicado". La trabajadora considera que en esas condiciones "el hospital se vuelve un lugar de alto riesgo para los enfermos".

En el Cuerpo de Guardia, los olores que salen de los baños inundan la sala de espera, los médicos y enfermeros parecen haberse acostumbrado a la peste después de días en que ha estado presente, pero los pacientes que recién llegan la sienten como un piñazo en la cara. "Vine con mi esposo que está con una crisis de asma y nada más que entramos nos quedamos de una sola pieza ¿Cómo un centro de salud puede estar así?". Tras una media hora de espera, la pareja decidió regresar a casa. "Ya veremos cómo resolvemos, pero es que esto es insoportable".

El hospital, que recientemente fue el blanco de críticas por la falta de personal sanitario en las noches, ha sido defendido en la prensa oficial como un lugar que “a pesar de la contingencia energética” trabaja las 24 horas y brinda un servicio de excelencia. En octubre pasado un reportaje fotográfico publicado en Escambray mostraba a los cirujanos en un impecable salón practicando una compleja operación, a los técnicos de mantenimiento analizando unas muestras y a una especialista en nefrología calibrando un moderno equipo de diálisis. De repetirse ahora esas imágenes tampoco lograrían captar al protagonista principal de esas salas y consultas: el hedor que la falta de agua ha esparcido por todas partes.