Amelia Calzadilla denuncia que el Gobierno cubano quiere incriminarla con un falso delito
"Somos personas decentes, personas que dejamos de creer, y no creemos en ustedes", clama esta joven madre
La Habana/Amelia Calzadilla, la madre habanera que hace unos meses se convirtió en uno de los símbolos del descontento en Cuba al hacer una directa contando las penurias que enfrentaba a diario, ha vuelto a estallar en redes este viernes.
Lo hizo para denunciar, en una transmisión directa en Facebook, que las autoridades están intentando incriminarla por robar la luz de unos vecinos, delito que, asegura, no ha cometido.
El pasado junio, Calzadilla publicó un video en el que hacía un recorrido por las dificultades que enfrentaban ella, y por ende todos los cubanos, para poner un plato sobre la mesa, calzar a sus hijos o pagar las elevadas tarifas de la luz. Su protesta se dirigía en primer lugar al ministro de Energía y Minas, a quien reclamaba solución para el problema en el suministro de gas que padecía la familia desde hacía años, pero sus dardos alcanzaron también a otros funcionarios con nombres y apellidos, como Miguel Díaz-Canel, Lis Cuesta o Bruno Rodríguez.
Aquella directa se hizo viral y, una semana después, fue citada por las autoridades del municipio de Cerro, una atención que fue acompañada por un intento de desprestigio tanto por parte de la prensa oficial como de trolls oficialistas. Esas voces insinuaban, como es habitual en los casos en que alguien en la Isla alza una opinión discordante con la gubernamental, que la joven madre, de 31 años, estaba financiada por "alguien", en clara alusión al exterior.
"Son demagogos, hablan y prometen y no cumplen"
Desde entonces, explica Calzadilla en su transmisión de este viernes, había decidido no intervenir más en las redes, pues a partir de aquel episodio su vida "cambió completamente" y prefirió dejar el espacio "para otras voces". Si decidió volver a publicar una denuncia, dice, es porque "hoy tengo un problema y tengo un problema grave".
La mujer asegura que sigue pagando "altísimas tarifas de corriente" y sin recibir el servicio de gas, incluso después de "aquel show mediático, de haber sido ultrajada, discriminada, asediada" y de haberse reunido con la presidenta de Cerro, a quien nombra específicamente. "Son demagogos, hablan y prometen y no cumplen", clama.
Calzadilla cuenta, además, que se encuentra con hepatitis reactiva, tras pasar un dengue hemorrágico que la mandó a terapia intensiva, y que en su casa todos han estado enfermos estos meses. "Aquí a mi casa me trajeron el covid y toda mi familia se enfermó".
Así las cosas, la joven refiere que en su casa se presentaron "los compañeros de la luz" para reclamarle que un equipo de su casa se encontraba tomado de la corriente de un vecino. Calzadilla no duda en mostrar las facturas que asegura haber abonado a pesar de considerarlas fraudulentas –6.772 pesos de septiembre, 7.809 pesos de agosto– y estalla: "Hoy quisieron demostrar que yo, además de esas tarifas exorbitantes de corriente que pago, estaba enganchada a otro vecino robándole su corriente, para incriminarme, porque no han podido demostrar nada de lo que han insinuado".
Calzadilla, filóloga inglesa de formación, explica dónde puede estar la razón de esta falsa acusación. Tras pasar un examen el pasado 26 de abril, cuenta, accedió a un programa de estudios de traducción y mediación intercultural en la Universidad de Salamanca, en España, y deberá solicitar sus antecedentes penales para la entrevista consular. "Por supuesto, esos antecedentes están en blanco, limpios, porque no soy una delincuente, nunca lo he sido, y casualmente, en el marco en el que me mandan las credenciales para solicitar la cita en el Consulado [español], aparece esta situación", especula.
"Yo no sobro en mi país. Para serles sinceros, mi país debería estar agradecido de jóvenes como yo"
En su largo video, de más de media hora, la muchacha arremete contra un sistema en que afirma con rotundidad que no cree "no voy a volver a creer": "Somos personas decentes, personas que dejamos de creer, y no creemos en ustedes, lo decimos abiertamente".
"Yo pienso que en este país solo hay cabida para las personas indecentes, porque cuando las personas somos decentes y reclamamos decentemente lo que nos afecta", recrimina, "somos sancionadas, juzgadas, ultrajadas, humilladas".
Y continúa: "Yo, que por años trabajando en el sector del turismo produje millones de dólares para este país, hay momentos en que siento que sobro en mi país", pero asevera: "Yo no sobro en mi país. Para serles sinceros, mi país debería estar agradecido de jóvenes como yo. Jóvenes decididos a estudiar, que quieren esforzarse, que han participado en la producción de este país".
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