Anamely Ramos anuncia su salida del Movimiento San Isidro
La activista asegura que su decisión "no se debe al proyecto del diálogo nacional"
La Habana/La curadora de arte Anamely Ramos anunció este miércoles que deja de ser miembro del Movimiento San Isidro (MSI), el grupo opositor fundado por el artista Luis Manuel Otero Alcántara y una docena más de artistas.
En un largo posten su muro de Facebook, Ramos hace hincapié en que su decisión "no se debe al proyecto del diálogo nacional", refiriéndose a la iniciativa lanzada por el MSI hace un año para convocar todos los actores de la sociedad cubana y de la que se ha anunciado una nueva etapa esta semana. Ello ha abierto un profundo debate entre quienes rechazan cualquier acercamiento con el régimen y otros que entienden que se trata de un diálogo entre activistas y grupos opositores.
"Luis mismo me explicó el proyecto cuando se lanzó la convocatoria por allá por febrero del 2021 y sé que no se trataba de ningún diálogo con el Gobierno de Cuba", explica la activista. "Sin embargo, creo que hay discusiones que nacen muertas, justo porque involucran palabras secuestradas (como es la de diálogo ahora mismo)".
"Yo apuesto por lo plural aunque sea un camino más largo. Y por asumir la dignidad personal con responsabilidad. Creo que si tuviéramos menos organizaciones y más personas dignas, habríamos avanzado más"
Acerca de esta cuestión, confiesa: "Estoy cansada de despertarme por la mañana y tener cientos de mensajes preguntándome por algo en lo que no he participado de manera activa y que no tengo por qué explicar si hay otros que pueden y deben hacerlo mejor que yo".
"Sé que muchos empezarán a decirme que hay que lograr unidad y que esto lo único que hace es dividir", argumenta. "La unidad no es ni puede ser un a priori, la unidad cuando no se construye y cultiva apegada a la realidad es una trampa. La dictadura se construyó, de hecho, sobre cierta unidad. Yo apuesto más por lo plural aunque sea un camino más largo. Y por asumir la dignidad personal con responsabilidad. Creo realmente que si tuviéramos menos organizaciones y más personas dignas, habríamos avanzado más".
Y concluye: "No digo que el MSI no tenga sentido, soy yo la que no le ve sentido a estar dentro de manera plena en este momento. Otros se encargarán de insuflarle el aliento de vida. Y yo permaneceré abierta a mi soledad y a nuevas alianzas que puedan aparecer".
En su publicación, Ramos asegura que "no es un impulso, ni una decisión de ayer por la mañana" y pide que no se genere debate al respecto.
"No soy fundadora, ni coordinadora, por lo que mi salida no ocasionará mucho perjuicio a las líneas de trabajo centrales del movimiento ahora mismo", dice. "Cuando entré al MSI, ya el grupo existía hacía rato con un trabajo sostenido, que seguirá".
"La batalla que estoy llevando a cabo en este minuto me coloca en una situación extrema, donde tengo pocos asideros"
A modo de explicación, la activista asegura responder "a determinadas voces internas" que le "señalan el camino". "La batalla que estoy llevando a cabo en este minuto me coloca en una situación extrema, donde tengo pocos asideros: ni país, ni casa, ni la posibilidad de estar con mi hijo y mi familia, ni trabajo fijo... Es una situación de indefensión que prefiero llevar hasta el final, mirándola de frente en su crudeza, porque así soy, sin medias tintas", escribe.
Anamely Ramos fue rechazada, dos veces en menos de dos semanas, para subir en Miami a un avión de American Airlines rumbo a La Habana, tras más de un año de estancia en la Universidad Iberoamericana de México para estudiar un doctorado en antropología.
La segunda vez que le impidieron el abordaje, el pasado 27 de febrero, la aerolínea estadounidense le dio una copia del documento que las autoridades cubanas le enviaron y en la cual se veta su ingreso a la Isla. La "notificación a aerolíneas de pasajeros inadmisibles en territorio nacional" iba firmada por el teniente coronel Néstor Morera, que fue posteriormente incluido en la lista de represores de la Fundación para los Derechos Humanos en Cuba.
El régimen no se pronunció oficialmente sobre su caso, pero sí lo hizo Humberto López, el presentador de la Televisión Cubana y miembro del Comité Central del Partido Comunista. En una publicación de Facebook apostilló un post de la propia Ramos con un enlace a la ley de migración cubana y una mención a su artículo 24.1, el que indica que el Estado cubano puede impedir la entrada a todo aquel que organice, estimule, realice o participe en "acciones hostiles contra los fundamentos políticos, económicos y sociales del Estado cubano".
"La vida me ha enseñado que cuando la realidad te pone al límite debes asumir con valentía las soledades que trae", prosigue Ramos en su publicación. "Para mí es imposible seguir siendo valiente sin ser sincera. Llegaré hasta donde pueda y cuando ya no pueda más, lo diré, con el mismo amor y la misma serenidad. Ese momento no ha llegado".
Su salida del MSI, asegura, "no disminuye en nada mi compromiso con ellos y con Cuba. Ya he dicho antes que a Maykel no le suelto la mano ni aunque él me lo pida"
La curadora reconoce que si "Luis y Maykel estuvieran libres" tendrían "opiniones diferentes" sobre su decisión. "Seguro nos fajaríamos, pero hasta una discusión con ellos tiene sentido, son los interlocutores que quisiera tener. Por desgracia es imposible ahora", menciona, aludiendo al hecho de que ambos están presos.
Su salida del MSI, asegura, "no disminuye en nada mi compromiso con ellos y con Cuba. Ya he dicho antes que a Maykel no le suelto la mano ni aunque él me lo pida". La activista seguirá trabajando "en todo lo que he hecho hasta ahora y para lo cual he cultivado alianzas muy diversas".
El Movimiento San Isidro, creado en 2018, adquirió protagonismo con la protesta llevada a cabo en noviembre de 2020 para pedir la liberación de uno de sus miembros, Denis Solís, condenado a ocho meses de prisión por un supuesto desacato. Varios miembros del grupo iniciaron una huelga de hambre y sed, que algunos fueron capaces de mantener durante más de una semana, hasta que la sede del Movimiento, donde se hallaban encerrados, fue allanada por la policía política, que los detuvo durante varias horas.
En solidaridad con ellos, un grupo de más de 300 personas se manifestó frente a la sede del Ministerio de Cultura, en La Habana, en una protesta insólita que consiguió arrancar un fallido diálogo con las autoridades culturales.
Desde entonces, todos sus miembros vivieron bajo el hostigamiento de la Seguridad del Estado. En mayo del año pasado, fue detenido Osorbo y, el 11 de julio, antes de que pudiera participar en las manifestaciones masivas que estaban teniendo lugar en la Isla, Otero Alcántara. El resto de acuartelados aquel noviembre se encuentra hoy fuera de Cuba, forzados al exilio.
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