Tras dos años como Encargado de Negocios en la Embajada de EE UU, Benjamin Ziff se marcha de Cuba
El diplomático llegó un año después del 11J y vivió el auge del sector privado en la Isla
La Habana/La Embajada de Estados Unidos en La Habana anunció este martes la salida de su Encargado de Negocios en la Isla, Benjamin Ziff, quien fungía como principal representante de la Casa Blanca a falta de embajador. En un video publicado por la sede, el diplomático repasó los dos años que permaneció en el puesto –fue destinado en julio de 2022, un año después de las protestas del 11 de julio de 2021 (11J)–, período en el que se retomó la emisión de visados de migrantes y “se trabajó arduamente para mejorar las condiciones del sector privado cubano”.
“Durante estos años hemos podido recomponer la embajada, su personal y sus actividades; hemos empezado a ampliar nuestra relación cultural y artística con el pueblo; hemos retomado la expedición de visas de migrantes. Trabajamos cada día para poder ampliar las vías legales y seguras de migración. Mi embajada también ha trabajado intensamente para mejorar las oportunidades para el sector privado en Cuba. Nosotros confiamos en que es la solución para la prosperidad y el futuro del pueblo cubano”, dijo Ziff en su despedida y añadió que, a pesar de su salida del cargo “el compromiso de Estados Unidos para que Cuba y su gente tengan un futuro más libre, más democrático y más próspero sigue adelante”.
Ziff, con un perfecto dominio del español y un carácter jaranero, se topó a su llegada a Cuba con un panorama desolador para la Embajada estadounidense. Los ataques acústicos que ocurrieron en Cuba a partir de finales de 2016 y la pandemia que cerró prácticamente el país desde inicios de 2020 redujeron significativamente el número de diplomáticos enviados por Washington. El Encargado de Negocios tuvo no solo que relanzar los servicios consulares sino también que ocuparse de imperativos como la reparación de las casas de sus empleados, sumidas en el deterioro y el vandalismo al quedarse vacías por largos meses.
El regreso de los festejos y actividades culturales en la residencia de Ziff y la programación de espectáculos con artistas estadounidenses en varios locales de La Habana también fueron parte de la agenda de su equipo, conformado en buena medida por personas jóvenes. No obstante, a pesar de su entusiasmo, el diplomático vio cómo mermaban las figuras de la cultura cubana que asistían a sus convocatorias, el número de activistas en las celebraciones por el 4 de julio y la cantidad de opositores o periodistas independientes a los que podía visitar en sus viviendas. A diferencia de otros momentos, esta vez no fue el miedo el motivo de tales ausencias sino el éxodo masivo que experimenta la Isla.
A Ziff también le correspondió vivir en estos años el deterioro galopante de la economía cubana, el colapso del transporte público, la caída en el suministro petrolero, el recorte de la canasta básica y la inflación. La crisis impactó sobre el alcance de su trabajo y limitó el contacto de la Embajada con la sociedad cubana.
Sin embargo, el punto más amargo del tiempo que Ziff pasó en Cuba ha sido, sin duda, los más de mil presos políticos que el régimen mantiene en prisión. Cuando el diplomático aterrizó en La Habana estaban frescas todavía las protestas populares del 11 de julio de 2021 y las heridas de la represión oficiales seguían muy abiertas. En estos años, con excepción de los presos del 11J que han cumplido sus condenas, el castrismo se ha negado a una liberación masiva de los detenidos por aquellas manifestaciones populares. Ziff, quien se retira del ejercicio como diplomático fuera de las fronteras estadounidenses, regresa a Washington sin haber visto en Cuba ninguna señal de apertura democrática.
Ziff regresa a Washington sin haber visto en Cuba ninguna señal de apertura democrática
El diplomático también recibió sus regaños, como cuando fue convocado por las autoridades cubanas en marzo de 2023 para responder por la decisión de Washington de dar asilo al piloto que salió de la Isla en octubre de 2022 en una avioneta de fumigación de la Empresa Nacional de Servicios Aéreos (ENSA). Ziff tuvo que escuchar la “enérgica protesta” de La Habana, que acusó a su Gobierno de ser “cómplices y estimuladores de la piratería y el secuestro aéreo, delitos que, de tolerarse y protegerse, podrían estimular actos ilícitos similares con repercusiones negativas para la seguridad nacional de ambos países” y señaló su conducta “injerencista”.
Los largos apagones y el desabastecimiento que han empeorado en la Isla en el último año también ocuparon parte de la agenda de Ziff, cuya embajada debió suspender todos sus servicios una semana atrás cuando el Sistema Energético cubano sufrió una desconexión total.
Según su perfil profesional, publicado en la página web de la sede diplomática, Ziff dirigió varios grupos de trabajo y departamentos involucrados en las relaciones diplomáticas del hemisferio occidental. También fue jefe de misión adjunto de las embajadas de EE UU en Madrid (España) y Bogotá (Colombia); además de diplomático en Australia, Israel, Panamá, Venezuela, Irak, Italia y Perú. Fue subdirector de la Oficina de Asuntos Centroamericanos del Departamento de Estado.
Ziff, nacido en California, se licenció en Ciencias Políticas por la Universidad Estatal de California en Long Beach, obtuvo un máster en la Escuela Fletcher de Derecho y Diplomacia y un máster en Estudios de Seguridad Nacional por el National War College. Recibió asimismo el Premio Murrow a la Diplomacia Pública del Departamento de Estado y el Premio de Rango Presidencial.