El apagón y la falta de combustible han acabado con lo que quedaba del transporte en Cuba

El ministro explicó las causas de la debacle en el sector: “la falta de neumáticos, baterías, partes y piezas de repuesto, grasa, aceite y líquidos especiales"

Hasta agosto, en Santiago de Cuba no se había transportado ni la mitad de los pasajeros previstos.
Hasta agosto, en Santiago de Cuba no se había transportado ni la mitad de los pasajeros previstos. / Facebook/Eduardo Rodríguez Dávila
14ymedio

20 de octubre 2024 - 20:11

La Habana/Era cuestión de tiempo para que Eduardo Rodríguez Dávila, el “ministro de Facebook”, informara sobre cómo el apagón total en que está sumida la Isla ha herido de muerte al transporte cubano. La “contingencia del sistema eléctrico” –el habitual eufemismo con que la prensa oficial insiste en calificar la debacle energética masiva– ha sido nefasta para todo el país, pero en especial, informó el funcionario, para las provincias orientales. 

Las rutas de tren y de ómnibus que conectan a Santiago de Cuba, Holguín, Bayamo, Manzanillo y Guantánamo con La Habana se han visto severamente afectadas –una red de transportación que lleva al menos ocho meses dando señales de extenuación– por la falta de combustible. Por lo que, ante el más reciente apagón enfrentan “condiciones complejas por varios aspectos operacionales, relacionados con el abastecimiento de combustible”, según el propio Rodríguez, pero esto solo es la cereza en el pastel.

La situación al interior de las provincias es incluso peor. En Santiago de Cuba, la empresa provincial de transporte, desde el primer semestre del año, solo cumplió el 45,7% de su plan para el período, lo que se traduce en menos de la mitad de pasajeros que había previsto mover.   

Rodríguez se aventuró a explicar las causas de la debacle en el sector: “la falta de neumáticos, baterías, partes y piezas de repuesto, grasa, aceite y líquidos especiales para la sostenibilidad de las flotas. Por otra parte, solo se ha podido disponer del 56,1% del combustible planificado para los primeros 8 meses del año. Lo anterior agrava las condiciones de trabajo, organización y calidad de los servicios”.

“Las cifras de Granma son aún más graves que las de Santiago de Cuba”, sentenció además en sus redes sociales el ministro

“Las cifras de Granma son aún más graves que las de Santiago de Cuba”, sentenció además en sus redes sociales el ministro. Los números respaldan ese triste panorama en la provincia, donde la empresa incumplió en un 76,4% el plan provincial y opera solo el 7,7% de la flota de ómnibus, que recibió apenas el 21,9% del combustible que le correspondía en ese período.

Los vehículos “alternativos”, como los triciclos eléctricos –presuntamente preparados para sortear la escasez de combustible– tampoco han sido una solución eficiente en Granma. A pesar de que las autoridades, incluido el propio Rodríguez Dávila, los han vendido como la solución a todos los problemas de movilidad de la Isla, el servicio no está bien organizado, es insuficiente, de baja calidad e incapaz de reponerse al apagón general que sufre la Isla.

La situación se asemeja a las de otras provincias orientales como Holguín, donde al cierre de agosto solo se había realizado 37,7% de los viajes que había originalmente programados. 

El dato, desgranado, equivale a un cumplimiento del 17,3% en el caso de los ómnibus urbanos, del 56,9% en los interurbanos, del 30,9% del transporte público y del 45,1% del rural. “La provincia tiene activos poco más de la mitad de sus ómnibus y han podido disponer de menos de la tercera parte del combustible planificado para los ocho meses del año”, diagnosticó el ministro.

En Guantánamo, los datos son casi idénticos a los de las demás provincias. Menos de la mitad de los pasajeros fueron trasladados, solo el 44% de los vehículos siguen en funcionamiento y la asignación de combustible fue apenas de una quinta parte de lo necesario.

Rodríguez Dávila introduce en sus publicaciones frases como “Detrás de la compleja situación del transporte en cada territorio existen limitaciones financieras y de recursos muy agudas”, “No es algo que se pueda resolver solo en una visita” o “Es posible revertir todo esto”, para aplacar la opinión pública. Sin embargo, cada vez se vuelve más difícil explicar a los cubanos por qué, en medio de un apagón general, solo los aviones se siguen moviendo en el país.  

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