Con apagones y pocos alimentos, los mercados estatales de Ciego de Ávila abren hasta la medianoche

La Habana/Al menos cinco mercados estatales de la provincia de Ciego de Ávila comenzarán a trabajar hasta la medianoche todos los días de la semana. La decisión, tomada por el Ministerio de la Agricultura, a través de Acopio, se fundamenta en la “experiencia” que desde marzo realizan dos centros del municipio cabecera, y que –según las autoridades– permite que la “población en edad laboral” pueda comprar sus alimentos en ese horario. 

Los dos mercados de Ciego de Ávila que comenzaron a trabajar hace dos meses hasta las 12 de la noche –El Cubanito, en la Carretera Central, y Sabor Avileño, en la calle Marcial Gómez– demuestran, a juicio de Yanisley Garlobo, directora de Desarrollo y Negocios de Acopio, que hay un “mejoramiento de la oferta a la población, en los ingresos de los trabajadores y en la consolidación” de la entidad. 

Garlobo no mencionó varios problemas evidentes de esta modalidad: los apagones, que dificultan todas las transacciones comerciales; la falta de productos –que Acopio intenta mitigar con fotografías de ambos mercados, aparentemente surtidos–; la corrupción del sector alimentario en la provincia, de la cual da frecuentes noticias la prensa oficial; y el aumento de la delincuencia y la peligrosidad en las calles, que los cubanos no se atreven a transitar a medida que avanza la noche. 

Habrá más mercados “siempre y cuando estén al alcance de Acopio los recursos financieros y materiales para asumir los trabajos de mantenimiento”

En opinión de la funcionaria, los mercados nocturnos o “de nuevo tipo” funcionan bien porque están “encadenados” con las mipymes agropecuarias locales y dan una “imagen renovada” del comercio. Garlobo dijo que más establecimientos de la provincia se sumarán pronto al funcionamiento nocturno –tres más en Ciego, dos en Morón y otros, no dijo cuántos, “en el segundo semestre del año”–, pero su incorporación dependerá del dinero que den los que ya existen. 

Habrá más mercados “siempre y cuando estén al alcance de Acopio los recursos financieros y materiales para asumir los trabajos de mantenimiento y las modificaciones constructivas que demandan los inmuebles”, añadió. 

Menos clara fue en la afirmación de que los trabajadores de los mercados asumirán una “colaboración en los surcos” cuando sea necesario, lo cual sugiere que los empleados también tendrán que trabajar la tierra. La práctica, advirtió el especialista de Compras de Acopio, “forma parte de los modos de hacer de la empresa”. En efecto, las redes sociales del organismo muestran que los trabajadores de estas tiendas han acudido a “trabajar en conjunto” con los guajiros de municipios avileños, como Venezuela. 

La página de Facebook de Acopio en Ciego de Ávila ha mostrado varias fotos en las que se ve cómo se trabaja “con éxito” hasta la medianoche. Calabazas, piñas y frutabombas aparecían en las mesas del mercado El Cubanito, pero no había señales de clientes. Las fotos, además, no fueron tomadas por la noche. Acopio, cuyo lema promete alimentos “al alcance de todos”, tampoco alude a los precios de los alimentos que vende. 

El diario Invasor, que publicó el anuncio de la “reconversión” de los mercados, no tiene buenos pronósticos para la producción de alimentos en Ciego de Ávila. Más que estar estancados, los distintos cultivos “retroceden”, admitió el diario del Partido Comunista en la provincia este lunes. 

“Falta más efectividad y constancia en las acciones”, peroraban las autoridades de la Delegación Provincial de Agricultura al constatar no sólo la escasa producción, sino también el alarmante nivel de delincuencia en los campos avileños. “Se pierde en muchos casos el seguimiento a la contratación de los alimentos y, por tanto, no llegan al pueblo a precios módicos”, lamentaba el gobernador de la provincia. 

"Se da el caso de algunos campesinos a los que se les prepara la tierra por entidades estatales o se les da combustible, e integran las filas de los reiterados infractores”

El primer secretario del Partido en Ciego de Ávila, Julio Gómez, pronunció una frase en una reunión con los productores que quedó para la historia: “La comida existe”, dijo –aludiendo a que los puntos de venta privados, que no los estatales, están surtidos–, el problema es que “del surco a la mesa” hay todo un proceso que parece destinado a “deteriorar más el bolsillo de la población”. 

Su solución: “tomar medidas más fuertes” con los productores, “que violan los compromisos de comercialización en franca y continua impunidad a los destinos estatales establecidos”. “Disposiciones más drásticas como el desmontaje de transformadores eléctricos para el riego, e incluso retirarle las tierras a quienes incumplan o demuestren su violación injustificada de lo usufructuado. Se da el caso de algunos campesinos a los que se les prepara la tierra por entidades estatales o se les da combustible, e integran las filas de los reiterados infractores”, alegó. 

La fórmula que resumió la reunión rozó lo utópico: “Llegar con mayor cantidad de comida y más barata al pueblo”.