El temor a los apagones dispara el interés por los generadores eléctricos en Cuba

A pesar de los elevados precios, estos aparatos no son un lujo en una Isla que se queda sin luz cada vez más habitualmente

En la céntrica Plaza de Carlos III, este tipo de dispositivo acaba de aterrizar en una de las tiendas en Moneda Libremente Convertible del amplio local. (14ymedio)
En la céntrica Plaza de Carlos III, este tipo de dispositivo acaba de aterrizar en una de las tiendas en Moneda Libremente Convertible del amplio local. (14ymedio)
Natalia López Moya

25 de agosto 2021 - 15:05

La Habana/Los generadores eléctricos se se han convertido en el más reciente objeto de deseo para los cubanos. Los negocios privados, las casas de renta a turistas y el espacio doméstico necesitan cada vez más estos dispositivos en medio de los constantes apagones.

"Con los vecinos de los bajos compramos una planta, pequeña pero que nos sirve para, si se va la luz, mantener el pasillo de entrada iluminado, encender un par de ventiladores y algún que otro bombillo dentro de la casa, pero sin exagerar que no da para tanto", cuenta a 14ymedio Verónica Echavarría, vecina de un biplanta en la barriada habanera de La Víbora.

El equipo, adquirido en el mercado negro, costó más de 600 dólares que ayudaron a costear los hijos emigrados de ambas familias. "Cuando compramos la planta solo había ofertas privadas de gente que viaja y las trae, pero me han contado que ya las están sacando en las tiendas, aunque creo que los precios están muy altos", opina Echavarría.

El equipo, adquirido en el mercado negro, costó más de 600 dólares que ayudaron a costear los hijos emigrados de ambas familias

En la céntrica Plaza de Carlos III, este tipo de dispositivo acaba de aterrizar en una de las tiendas en Moneda Libremente Convertible del amplio local. Algunos clientes preguntaban este martes por la potencia de dos codiciados aparatos Westinghouse, una marca que los cubanos recuerdan por los refrigeradores de primera mitad del siglo pasado que siguen funcionando en muchas casas.

Los modelos son el iGen4500 [4.500 vatios máximos] por el valor de 2.355 dólares y el iGen4200 que cuesta 1.565, unas cifras muy por encima de lo que se paga en otros países de la región, como Panamá, República Dominicana o México por aparatos similares y que espantaban a los potenciales compradores.

Portátiles, de gasolina, con ruedas y bastante silenciosos, estos modelos de Westinghouse podrían ser la solución perfecta para enfrentar los cortes eléctricos en Cuba, especialmente durante los meses de verano, cuando el calor obliga a usar con más frecuencia los ventiladores. Pero el precio supone un obstáculo insalvable, un detalle que no ha escapado a los vendedores del mercado informal.

"Ofrezco una gama más sencilla y compacta, que permite encender solo lo básico en una casa: algunas lámparas, un ventilador y cargar los móviles, pero que no da para aires acondicionados ni refrigeradores", cuenta a este diario Ismael, un comerciante de 34 años que se ha especializado en la importación de estos aparatos. "Somos varios los que viajamos con frecuencia a México y los traemos", explica.

"Aunque son equipos más modestos, son más fáciles de vender, porque poca gente tiene el dinero para algo más potente. Los propietarios de negocios privados son los clientes más habituales, pero ahora mismo tienen poco interés porque la mayoría están cerrados o solo ofreciendo servicio a domicilio", agrega Ismael. "La gente busca algo pequeño, que haga poco ruido pero que les evite pasar una madrugada sudando porque no hay corriente".

"Los propietarios de negocios privados son los clientes más habituales, pero ahora mismo tienen poco interés porque la mayoría están cerrados o solo ofreciendo servicio a domicilio"

"Están muy caras, pero daría lo que no tengo por una de estas", cuenta un cliente de la Plaza Carlos III que reside en San Antonio de los Baños, donde se iniciaron las protestas del 11 de julio. "Si hay algo que me indigna y molesta en la vida es estar sin electricidad en la casa".

Uno de los detonantes principales de las manifestaciones en la localidad fueron los larguísimos cortes eléctricos que de las últimas semanas. Después de aquella protesta, la situación apenas ha mejorado. "No está fácil el asunto", lamenta el frustrado comprador, que siente curiosidad por la llegada de una marca de origen estadounidense a la Isla "a pesar del embargo".

La iGen4200 de Westinghouse se vende en los sitios de clasificados cubanos por poco más de 1.000 dólares, medio millar menos que en las tiendas estatales, pero "se trata de equipos complicados y es mejor tener los papeles de importación o de compra oficial bien claros", reconoce el dueño de un servicio de comida en Miramar que hace poco adquirió dos de estos dispositivos para poder garantizar la conservación de alimentos y el trabajo de la cocina durante los apagones.

"No me puedo permitir estar comprando nada por la izquierda porque si me hacen un registro y no tengo los papeles pierdo todo: la planta y hasta el negocio", advierte. "Así que al final lo compré por el camino oficial para evitar cualquier dolor de cabeza en el futuro", que espera que en poco tiempo "los precios bajen o entren al mercado nuevas ofertas de paneles solares que tengan un costo menor".

"Pero mientras tanto, prefiero ir al seguro con esto que lo mismo me sirve para el trabajo que para mi familia, son aparatos fuertes y si se cuidan pueden durar muchos años".

Recientemente las autoridades cubanas flexibilizaron las normas aduaneras para la importación de paneles solares y otros dispositivos que generen energía a partir de fuentes paralelas a los hidrocarburos. Pero, la presencia de estos aparatos en el mercado negro todavía es mínima y a las tiendas oficiales apenas han llegado algunos calentadores solares destinados a cuentapropistas.

"No se pueden tener dentro de la vivienda por el olor que provocan y aunque dicen que son silenciosos es molesto el ruido que hacen"

Por el momento, los generadores de combustible vienen acompañados de "nuevos problemas", reconoce. "No se pueden tener dentro de la vivienda por el olor que provocan y aunque dicen que son silenciosos es molesto el ruido que hacen". Ponerlos fuera es arriesgarse a "que se los lleven, así que he tenido que crear un mecanismo que parece la cárcel de Alcatraz para que no me los roben".

El costo de los dos dispositivos, más la caja para cuidarlos, asciende a más de 5.000 dólares. "Si se le suma lo que gasto en combustible cada mes, para poder recuperar esta inversión voy a tener que pasar años vendiendo pizzas y combos de comida. Si no me da la cuenta, tendré que deshacerme de ellos más adelante".

Ernesto, de 29 años y residente en Cienfuegos, también aspira tener un generador para poder apoyar su negocio vinculado a las criptomonedas. "Voy a tener que comprar una planta, porque para mi negocio es fundamental disponer de electricidad".

Hábil con las tecnologías y las búsquedas en internet, a Ernesto no se le ha escapado que esos mismos modelos pueden comprarse por la mitad o las tres cuartas partes de su precio en otros países de América Latina o en Estados Unidos. "¿Por qué aquí le ponen tanto por arriba?", se pregunta indignado, aunque no tiene otra opción que pagar lo que le pidan en las tiendas en MLC o en el mercado negro. Un generador eléctrico no es un lujo en la Isla de los apagones.

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