Apatía en las calles y nerviosismo en el Gobierno cubano
En medio del conteo regresivo para la votación de este domingo, aumenta el control policial, con efectivos uniformados y miembros de la Seguridad del Estado
La Habana/ Camagüey/Espectáculos con payasos que promueven el Sí en el referendo, largas colas para comprar alimentos y una apatía generalizada ante la votación de este domingo sobre la nueva Constitución conforman el escenario de este sábado en Cuba, pocas horas antes de que abran los colegios electorales donde el oficialismo se juega mucho más que una Carta Magna.
Desde temprano, las familias hacen la cola en la heladería Coppelia y la gente se aglomera en los mercados agrícolas. Los cines y los teatros continúan su programación habitual, pero el conteo regresivo para la votación de este domingo ha aumentado el control policial en las calles, con efectivos uniformados y miembros de la Seguridad del Estado.
En la cafetería del hotel Tulipán, en el Nuevo vedado, un payaso animaba hoy a los infantes con frases sobre la Constitución. "Que levanten las manos los niños que mañana se van a despertar temprano", pidió el Payaso Azul, interpretado por el actor Noel Torriente en un espectáculo llamado Los niños también votan por la patria.
Un hombre de 36 años que propone sus servicios de guía a algunos turistas en las cercanías de la Plaza de la Revolución no parece muy entusiasmado y advierte que más allá de la Carta Magna, a él nadie le pone "los frijoles arriba de la mesa". Uno más entre los muchos que cree que el referendo es un asunto ajeno a sus intereses.
En el Mercado de 17 y K, en El Vedado, hay zanahorias y remolachas pero la cola más larga es para la carne de cerdo a pesar de que el precio de cada libra supera lo que gana un trabajador en una jornada. El vendedor grita "no se puede retratar la mercancía" cuando ve acercarse a un reportero y su kiosco está empapelado con carteles por el Sí.
Cerca de allí, en el portal de la Terminal de Ómnibus, Miguel vende periódicos y cree que lo correcto es ir y votar porque considera que "es importante para el país". "En las asambleas cada cual expresó sus criterios y ahora hay que ir y ratificar", agrega el anciano de 80 años.
Una opinión que no comparte Esperanza, una empleada de una escuela. "Lo que hace falta es que todo el mundo diga que No, a ver si allá arriba reaccionan". La mujer ya decidió rechazar el texto constitucional pero no se lo ha contado a sus colegas y amigos para “no perder el trabajo” ni marcarse como "contrarrevolucionaria".
A las afueras de la oficinas de la Dirección de Identificación, Inmigración y Extranjería (DIIE) de la calle 17, en El Vedado, la gente apenas interactúa para evitar que cualquier opinión crítica malogre su viaje fuera del país. La propaganda del Sí está por todos lados y un bromista asegura que “después de este 24 de febrero los pasaportes serán más baratos”, una frase que todos fingen no haber escuchado.
En las afueras de Coppelia, Antonio toma el sol. Sin casa y con años viviendo en la calle, le falta un zapato y asegura que su registro electoral está en el municipio de Playa. "No tengo nada que perder. Voy a marcar en el No", dice de manera categórica mientras los transeúntes se alejan.
A cientos de kilómetros de la capital, en las calles de Camagüey los residentes están más atentos al desabastecimiento de alimentos que al referendo constitucional. Este sábado también se notaba un mayor número de efectivos de la policía y de miembros de la Seguridad del Estado, vestidos de civil, pero identificables por sus motos de la marca japonesa Suzuki, que tradicionalmente usa la policía política.
"Cada día se suman más productos a la lista de desaparecidos", comenta Ariel Almansa, en joven cuentapropista que esperaba en la cola de un DiTú del 12 Plantas de la Avenida Finlay, para comprar dos paquetes de pollo, un producto ausente en los días anteriores. Entre las mercancías desaparecidas el hombre enumera también "aceite, huevos, desodorante y preservativos".
La carestía ha aumentado el malestar popular, una inconformidad que podría reflejarse en las urnas en rechazo a la nueva Constitución
La carestía ha aumentado el malestar popular, una inconformidad que podría reflejarse en las urnas en rechazo a la nueva Constitución. "Voy a votar No porque esto ya es insostenible", comenta a 14ymedio otra cliente que aguardaba en la fila para adquirir algo de comida. "No es que rechace la Constitución es que esto no puede seguir así", agrega.
Las autoridades camagüeyanas han reforzado la presencia policial, especialmente en los alrededores de las largas filas para comprar alimentos. "Ellos dicen que están aquí para evitar broncas y que ya se restableció el surtido de aceite", explica a este medio Damaris Marín a las afueras de un mercado en el reparto Montecarlos.
La reaparición del producto no ha pasado desapercibida y muchos consideran que se trata de una maniobra electoral de cara al referendo del domingo. "Ahora aparece un poco de pollo y aceite en algunas tiendas porque quieren que mañana votemos Sí", reflexiona una mujer en la parada de la ruta 19.
En las últimas semanas el oficialismo ha usado todos los recursos a su alcance para promocionar la ratificación del texto constitucional. Los residentes en Camagüey se sorprendieron cuando en los últimos días grupos de niños, con uniforme escolar y en el horario docente, recorrían las calles colocando por debajo de las puertas propaganda a favor del Sí.
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