Las apuestas por Mariel
La Habana/Un amplio reportaje sobre lo más actual en la Zona Especial de Desarrollo Mariel (ZEDM), a cargo de la periodista Gladys Rubio, ocupó los últimos minutos del noticiero estelar en la noche del lunes. Después de varios minutos de cifras y proyectos, no quedó claro para los televidentes cuánto de lo dicho pertenece al plano de lo logrado y cuánto al de lo que está por lograrse.
Lo más significativo quizás sea que la terminal de contenedores ya trabaja a plena capacidad, que se avanza en las autopistas, las vías férreas y en el dragado de la Bahía. Pero de momento, el optimismo se limita a la potencialidad del proyecto y a lo que será capaz de aportar a la economía nacional cuando todo esté terminado.
Vendrá entonces la etapa en que los inversionistas se instalen en las diferentes parcelas que de momento mantienen los nombres originales que aparecen en los planos del proyecto, como A3 y A4, áreas donde aún se realizan los movimientos de tierra, o como la denominada zona 8, que ya se anuncia lista para recibir a los empresarios extranjeros.
En las labores de acondicionamiento de la zona laboran 4.268 trabajadores, de los cuales 454 son técnicos y 221, ingenieros, pero hay millones de personas pendientes de los resultados. Los residentes del pueblo de Mariel esperan beneficiarse con una alta demanda de fuerza de trabajo que logre desatascar la deprimida economía local.
Está previsto que en breve, los trenes puedan viajar desde la ZEDM al Este sin pasar por La Habana y que el centro de negocios cuente con una potente conexión a Internet
Según explicó la prensa oficial, en el proyecto se ha dado mucha relevancia al transporte ferroviario. Está previsto que en breve tiempo, los trenes procedentes de la ZEDM puedan viajar hacia el Este sin tener que pasar por la ciudad de La Habana. Ello será posible cuando se termine el tramo de vía que enlazará la línea de Mariel con el llamado ramal Zafra. Por su parte, el ramal Guanajay Artemisa garantizará adicionalmente el transporte de carga y pasajeros.
En total se han construido para ese objetivo unos 185 kilómetros de vías férreas, la reparación de tres estaciones principales, nueve pasos peatonales tres apeaderos y 10 pasos vehiculares a nivel, todavía provisionales, que poco a poco podrían ser sustituidos por pasos superiores.
Entre lo que se está haciendo pero aún se encuentra al 50 por ciento de ejecución, destaca la llamada Vía Azul, que con cuatro carriles nace en el acceso a la terminal de contenedores y con poco más de 36 metros de ancho, recorre cuatro kilómetros hasta la Península de Paredes en la costa Norte. Esta autopista está concebida para soportar vehículos con carga pesada y según explicó el ingeniero Adrián Villegas, por estos viales “transitarán las redes de servicio de agua, electricidad, infocomunicaciones y posteriormente el gas”, para el beneficio futuro de las industrias, almacenes, oficinas y cualquier otra instalación que se establezca.
Esta vía será interceptada con otra arteria principal, el vial Este-Oeste, que con 800 metros se extiende paralelo a la línea de la costa para conectar diferentes parcelas y sus calles interiores con las zonas destinada a las actividades logísticas.
En estas áreas logística se ha terminado un bloque energético, naves para el “agrupe y desagrupe” de mercancías, para el tratamiento de sustancias peligrosas y un sector destinado al procesamiento de aduana. Todavía en construcción, están un frigorífico, otra área para el desagrupe, una nave para contenedores vacíos y se prevén nuevos almacenes.
El eje de este mega-proyecto está fijado a la ilusión de que empresas extranjeras decidan venir a invertir
En noviembre de 2015 será inaugurado el centro de negocios, donde radicará una oficina de la zona especial, un banco, un puesto médico, un restaurante y otras oficinas destinadas al alquiler a inversionistas o empresas. Está situado en un lugar privilegiado, sobre una de las colinas que rodean la bahía, y se espera que cuenta con una potente conexión a Internet.
La Terminal de Contenedores de Mariel, que fue la primera inversión de esta zona especial de desarrollo, cumple un año y medio de funcionamiento. Se evalúa que ya dejó atrás su periodo de puesta en marcha y entró en una etapa de consolidación, luego de asimilar todo el tráfico de las navieras que operaban en la terminal de contenedores del puerto habanero.
El ingeniero José Leonardo Sosa, director adjunto, explicó que “la productividad y los rendimientos que se obtienen al cierre del primer trimestre del 2015 son similares al de otras terminales que operan en la región de Centroamérica y el Caribe y con los estándares del socio extranjero que participa en la administración”. Dijo además que el personal técnico pasa por una etapa de preparación para recibir los transbordos internacionales. En relación a la ansiada llegada a la Isla de los grandes buques tipo Panamax aseguró: “a principios de junio ya estaremos listos como terminal para recibirlos”.
El más publicitado proyecto nacional está íntimamente ligado a otro foráneo: la ampliación de las esclusas del Canal de Panamá. Al finalizar este trabajo de alta ingeniería naval, el moderno equipamiento portuario de la Terminal de Mariel y su personal capacitado deberán estar en condiciones de permitir la entrada y el pronto despacho de los nuevos buques Panamax.
Para alcanzar este propósito no bastan los buenos deseos. La Bahía del Mariel, que tiene un largo de cuatro kilómetros y medio y un ancho máximo de poco más de tres kilómetros, solo tiene una profundidad de 10 metros, lo que obliga a hacer una compleja tarea de dragado para aceptar los grandes buques.
El canal de acceso del puerto ha sido objeto de estudios ingenieros geológicos para permitir la aplicación eficiente de las tecnologías de dragado. El ingeniero Luis Orlando Medina, entrevistado para ese reportaje en la televisión, dijo: “Actualmente nos encontramos trabajando en el canal exterior del puerto de Mariel que tiene prevista su conclusión para finales de junio de 2015”. Explicó además que con el inicio de las operaciones del puerto, se han realizado estudios de seguridad náutica, desarrollados en la Academia Naval con el objetivo de garantizar las maniobras seguras de la entrada y salida de los buques.
Hay quien reza para que sea un éxito y quien cruza los dedos deseando el fracaso, como si esta fuera, otra vez, esa batalla decisiva
El eje sobre el que se mueven todas las ruedas de este mega-proyecto está fijado a la ilusión de que empresas extranjeras decidan venir aquí a invertir su dinero. Por eso se construye allí un centro de negocios, y todo lo que se ejecuta pretende estar al nivel de lo que hay allá afuera “en los países”, como se dice en Cuba. Pero hasta ahora, solo han sido aprobados cuatro proyectos para que se establezcan en la zona, especialmente vinculados a la actividad agroalimentaria, la logística, la industria del software y la electrónica.
Ana Teresa Igarza, de la Oficina de la Zona de Desarrollo Mariel, declaró a los reporteros de la televisión nacional que “la oficina en estos momentos ha recibido más de 300 intereses procedentes de todos los continentes, incluyendo propuestas de estadounidenses (…) Estamos trabajando con un grupo de proyectos que tienen mejores condiciones para implantarse en este año, pero no descartamos otros que vienen llegando y que ni siquiera teníamos previsto que pudieran implantarse este año, que llegan con la documentación pre elaborada, a los que la oficina tiene la obligación de darle el acompañamiento para que puedan establecerse”.
La Zona Especial de Desarrollo Mariel tiene mucha tela por donde cortar, pero hasta ahora el acceso no está permitido a la prensa independiente y el único asidero para enterarse (o para desinformarse) siguen siendo los medios oficiales. Continúan en la zona oscura del secretismo detalles relacionados con los costos reales de toda la operación, las ganancias que conseguirán los inversionistas que se han arriesgado y los beneficios reales que obtendrá la nación, vista en perspectiva de futuro. Como los cubanos ya se han acostumbrado a que todo, o casi todo, le salga mal al gobierno, resulta difícil despertar en la gente ese optimismo que otras grandes tareas despertaron en el pasado.
Si todo terminará como un colosal descalabro o será el Vellocino de Oro de las próximas generaciones, no solo dependerá de la capacidad creadora del personal técnico, ni de la honradez de sus administradores, ni de los ríos de sudor que día a día derraman allí los obreros, ni siquiera del dinero. Hay quien reza para que sea un éxito y quien cruza los dedos deseando el fracaso, como si esta fuera, otra vez, esa batalla decisiva.