Los aranceles de Trump también afectan el mercado informal cubano
La incertidumbre y el temor a una subida de precios se instalan entre las 'mulas' cubanas que viajan a Panamá
La Habana/El terremoto de los aranceles anunciados por Donald Trump, que este lunes hundió las Bolsas y ha provocado una incertidumbre inédita desde la Segunda Guerra Mundial, también se siente en Cuba. Aunque debido a las sanciones de EE UU no figura en la lista de países afectados por los gravámenes, el temor a una subida de precios y al desabastecimiento de mercancías en el mercado informal mantienen en vilo a comerciantes y compradores.
Magda, una habanera de 56 años que se nacionalizó española hace una década, supo de los anuncios hechos por el presidente estadounidense el pasado miércoles mientras almorzaba en una pequeña fonda de la Zona Libre de Colón en Panamá. "Todavía no sé bien cómo va a afectar mi negocio pero ya me han llamado varios contactos con los que había acordado entregas, para decirme que hay que esperar".
Dedicada a la importación de ropa y calzado desde Panamá a Cuba, Magda es una entre miles de cubanos que cada año llegan al país istmeño con el objetivo de comprar productos que luego venderán en la Isla. En el primer trimestre del año pasado, 4.172 ciudadanos cubanos visitaron la Zona Libre de Colón donde buena parte de las mercancías que se ofertan provienen de China.
"Compro ropa deportiva, tenis, también accesorios para el cabello, gorras, gafas de sol, mochilas, todo lo que haya en oferta y que pueda entrar sin grandes problemas a Cuba"
"Compro ropa deportiva, tenis, también accesorios para el cabello, gorras, gafas de sol, mochilas, todo lo que haya en oferta y que pueda entrar sin grandes problemas a Cuba", detalla la mujer a 14ymedio. "Como he hecho esto por muchos años ya tengo mis contactos y acuerdos con comerciantes panameños y chinos que saben lo que busco, me hacen un precio por las cantidades que necesito y son gente que me da confianza".
"Todos los años vengo hasta cinco veces a Panamá", asegura. "He aprendido algunas frases en chino porque hay zonas en que los intermediarios no hablan nada de español ni de inglés". Su anterior viaje, a finales de enero pasado, coincidió con las declaraciones de Trump en las que mostraba sus intenciones de que EE UU retomara la gestión del Canal, con cinco puertos principales, dos de ellos gestionados en ese momento por el país asiático.
Finalmente, después de múltiples presiones, el gigante hongkonés CK Hutchison vendió al fondo estadounidense BlackRock sus puertos, una transacción que está en trámites y que sentó muy mal a Pekín y ha "enfurecido" al presidente chino, Xi Jinping, quien considera que la operación va "en contra de los intereses" de la nación. Pero más allá de los palacios de Gobierno, las cancillerías y las bolsas de valores, la duda ya se ha instalado entre los comerciantes que nutren a las mulas cubanas en ese país.
"Lo primero que he notado es que muchos no quieren cerrar acuerdos a mediano plazo porque no se sabe cómo van a estar los precios mañana"
Por el canal de Panamá pasa alrededor del 3% del comercio mundial. Su principal cliente es Estados Unidos, que acapara dos tercios del tonelaje que lo cruza, seguido de China y Japón. "Este es el mejor país para venir a comprar porque tiene mucha variedad, precios que están muy bien y los boletos de avión no salen tan caros, pero si todo empieza a subir va y no me dan las cuentas".
"Lo primero que he notado es que muchos no quieren cerrar acuerdos a mediano plazo porque no se sabe cómo van a estar los precios mañana", lamenta Magda. "También han subido algunos productos como audífonos, relojes inteligentes y ese tipo de accesorios de China que se venden muy bien en Cuba y antes me salían más baratos pero todavía no se sabe si es que todo va para arriba o hay que esperar que se calmen las aguas".
Cualquier subida, eso sí, la terminará pagando el cliente. "Tengo mi clientela fija, que me pide por catálogo también o que su familia me paga los productos desde Estados Unidos y yo hago la entrega en La Habana, a algunos ya les he dicho que no puedo garantizar mantener los precios actuales", explica a este diario. "Hay quien ya me ha dicho que va a aguantar la mano en las compras porque ha subido mucho la comida y los productos básicos en Florida y no pueden seguir pagándole ropa y zapatos a sus parientes".
Otros han montado su negocio con mercancía que llega directamente desde Estados Unidos aunque su origen sea también el lejano continente asiático. "Tengo vestidos de mujer, de niña y ropa deportiva para hombre", asegura El Pury en el catálogo, actualizado hasta tres veces al día, que difunde a través de un grupo de WhatsApp con más de 3.000 suscriptores. "Todo es de Shein y Temu, nada inventado", escribe acompañado de emojis coloridos.
"Perdí algo de dinero porque, aunque le expliqué a los clientes que había que tener paciencia, muchos retiraron el pedido por el retraso"
El Pury forma parte de una cada vez mayor porción de comerciantes cubanos que traen a la Isla mercancías que sus contactos en Estados Unidos compran a través de gigantes de la moda rápida como Temu y Shein. El mecanismo es sencillo: "el cliente elige lo que quiere en la aplicación, me pasa el código de lo que seleccionó, da una parte del dinero por adelantado o, si es de mucha confianza no tiene que pagar nada antes, y yo encargo a mi hermana en Miami para que lo compre online".
Cuando tienen cierta cantidad de productos seleccionados a la carta por los compradores, la mujer envía la mercancía a través de mulas, la lleva ella misma en un viaje personal o utiliza alguna de las agencias de paquetería hacia Cuba que se han multiplicado en los últimos años en el sur de la Florida. "No solo vendo ropa, también accesorios para casas, dispositivos electrodomésticos y mucho maquillaje".
El negocio de El Pury ha quedado ahora en mitad de la guerra arancelaria entre Washington y Pekín. Entre los gravámenes más altos impuestos por Trump están los aplicados a las mercancías de China y que alcanzan tarifas de hasta el 25% sobre productos tecnológicos, maquinaria y textiles, entre otros. El tono del careo ha subido en las últimas horas y China ha advertido de que "luchará hasta el final" si EE UU impone aranceles adicionales del 50%.
El resultado de esta confrontación, ya empezó a notarse desde febrero cuando Temu y Shein, las dos mayores plataformas de comercio electrónico chinas que operan en EE UU, empezaron a subir los precios. Las tiendas digitales también retiraron algunos productos de sus sitios web y los plazos de entrega se alargaron. "Perdí algo de dinero porque, aunque le expliqué a los clientes que había que tener paciencia, muchos retiraron el pedido por el retraso", reconoce el comerciante.
"La verdad es que ni nosotros mismos sabemos qué va a pasar. Ni el propio Trump sabe qué va a pasar"
"Antes de todo esto podía garantizar que desde que el cliente hacía el pedido hasta que tenía el producto en su mano pasaban solo entre 25 y 30 días, pero ahora eso ha cambiado, he tenido que decirles que pueden ser hasta 45 días de espera", detalla. "Incluso esos plazos no puedo garantizar que se cumplan, hace unos días mi hermana estaba esperando una compra de más de diez artículos que había comprado en Temu para enviarme y cada vez que revisaba la aplicación le corrían el día de entrega, al final donde iba a ser una semana se convirtió en tres".
A pesar de la crisis económica que atraviesa la Isla, la moda rápida se ha labrado un lugar cada vez más amplio en el ropero de los cubanos. En medio de las ruinas, las montañas de basura y las aguas albañales es frecuente ver a la gente ataviada con ropa y calzado recién comprados, la mayoría copias chinas de marcas famosas. Los años de la austeridad y la uniformidad que imponían el mercado de racionamiento de productos industriales parecen haber provocado un gran apetito de vestir bien y según las tendencias mundiales.
Los portales cubanos que se promocionan como intermediarios de Shein también han proliferado mucho en los últimos años. Algunos promueven sus servicios como una manera de "comprar fácil" desde Cuba y hasta permiten el pago en moneda nacional. Cuenta con la opción de un envío express de la mercancía desde EE UU a la Isla o la posibilidad de pagar menos porque el paquete viaje en barco, un plazo más largo.
Un empleado de una de estas tiendas digitales ha contado a 14ymedio, bajo anonimato, que están teniendo muchas consultas de clientes que temen que las mercancías, ya compradas, no lleguen a sus manos. "Estamos tratando de que no entren en pánico y le decimos que todo va a seguir como hasta ahora pero la verdad es que ni nosotros mismos sabemos qué va a pasar. Ni el propio Trump sabe qué va a pasar".