Astilleros de Cuba estimuló ilegalmente a sus trabajadores con alcohol importado
Según un informe de la Contraloría, se entregaron módulos de alcohol a un precio rebajado durante más de un año
La Habana/ Agency Orquidea - 1 x 1 La Empresa de Astilleros (ENA) ha mantenido durante años prácticas irregulares según una auditoría especial llevada a cabo por la Contraloría General de la República. El informe señala que la empresa estatal ha destinado grandes cantidades del alcohol que compraba, y cuyo destino eran los servicios gastronómicos que debía brindar, a la venta en CUP a trabajadores de manera injustificada.
Según el diario oficialTrabajadores, la empresa adquirió en CUC varias bebidas alcohólicas, entre las que hay ron, vino, cerveza, vodka y tequila, entre otras que después vendió en moneda nacional a trabajadores mediante un módulo entregado en 47 ocasiones entre enero de 2018 y marzo de 2019, con un promedio de 10,5 unidades de bebida mensual por persona, sumando un total de 76.963 unidades. Estas cantidades suponen, según el informe un significativo daño al país.
Además, esa venta se registró como actividad esencial de la empresa, afectando al complimiento del plan de ventas y el salario por resultados de los trabajadores. En los 15 meses auditados se pagó salario por resultados por más de 953.000 CUP, 711.000 más de lo debido, ya que el valor real, descontada la venta de bebidas, era de 242.000 CUP.
Además, esa venta se registró como actividad esencial de la empresa, afectando al complimiento del plan de ventas y el salario por resultados de los trabajadores
Los precios de venta de las bebidas a los trabajadores oscilaban entre 40 y 70 CUP para unos productos importados en CUC y con precios muy superiores en la red minorista. Esas rebajas se harían para no alterar los límites fijados por el Grupo, lo que viola las directivas del Ministerio de Economía y Planificación.
La Empresa de Astilleros, subordinada al Grupo Empresarial Marítimo Portuario (Gemar) y dependiente del Ministerio de Transporte, tenía como objeto social ofrecer servicios recreativos con gastronomía y las licencias comerciales autorizadas para la prestación de servicios en el centro recreativo La Gaviota, de la unidad empresarial básica Cevral subordinada a la empresa, por lo que la Contraloría entiende que se ha violado su cometido.
A esto habría que añadir la falta de "supervisión alertas y controles administrativos y contables en almacenes, ante un volumen tan alto y sistemático de compras de bebidas por una empresa cuyo objeto social no era la comercialización de esos productos".
La aparente cadena de ilegalidades sale a la luz por la denuncia de dos personas anónimas lo que, además, supone que toda una red de funcionarios de todos los rangos lo han mantenido oculto.
Los 12 ejecutivos y trabajadores implicados en estos hechos serán sancionados con medidas administrativas, pero también penales si lo estimaran los tribunales.
La prensa oficial invoca a Fidel Castro en boca de una auditora para reclamar que se cambie lo que sea pertinente a través del análisis de las causas de estas irregularidades. que, según la Dirección de Auditoría del Ministerio de Transporte, son: "Inobservancia de la legislación vigente; negligencia y falta de supervisión en la documentación y proceso de esta entidad; falta del debido cuidado profesional y deficiente revisión de la documentación primaria"
Los bajos salarios del sector estatal, que no superan el equivalente a 50 dólares mensuales en la mayoría de los casos, han desembocado durante décadas en el desarrollo de una práctica que consiste en entregar a los trabajadores un añadido en productos
Además de "debilidades en la identificación de los riesgos; deterioro de los valores éticos y morales que fueron distorsionando lo realmente aprobado para su actividad, y considerar durante muchos años la entrega de módulos de venta de bebidas como una práctica normal cometida y aprobada por los directivos de la entidad, alejados del noble propósito de garantizar a los trabajadores de la entidad un espacio para su disfrute y distracción".
No se fijan así en que los bajos salarios del sector estatal, que no superan el equivalente a 50 dólares mensuales en la mayoría de los casos, han desembocado durante décadas en el desarrollo de una práctica que consiste en entregar a los trabajadores un añadido en productos, especialmente alimentos, bebidas y útiles de aseo. Ese salario en especie se conoce popularmente como la jabita.
En muchos sectores, ese salario en especie supone mayor estímulo que el propio salario, pues en ocasiones el monto total de los productos que ésta contiene supera el valor del sueldo mensual. Pollo en trozos, detergente, aceite vegetal, jabones de tocador, bebidas alcohólicas y hasta turrones navideños son algunas de las mercancías que contiene la bolsa.
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