El Estado no atiende las quejas de los agricultores en el congreso de la ANAP
La Habana/El año pasado los campos cubanos produjeron menos papa, tomate, cebolla, pimiento, cítrico y mango que en 2013. Las cifras del declive aparecen detalladas en la última edición del Panorama económico y social (2014) y han gravitado sobre las sesiones del congreso de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) que concluyí el domingo en La Habana. El despegue agropecuario no se ha producido a pesar de la entrega en usufructo de 1.700.000 hectáreas en los últimos siete años.
El excesivo control estatal sobre el sector agrícola motivó candentes discusiones en las asambleas de base que precedieron a la más importante cita de los hombres del campo. Los productores se quejaron de los bajos precios que paga el Estado por el café, tabaco, leche o carne, mientras cobra precios demasiados altos por el transporte, el riego, los fertilizantes y los insumos en general.
¿Cómo incrementar las ofertas de productos agrícolas a precios asequibles para las familias cubanas? Esta pregunta ha recibido respuestas diferentes del oficialismo y de los agricultores. El Gobierno pide mayor disciplina y sacrificio, un aumento de los controles y la reducción al mínimo de la figura del intermediario. En cambio, los productores responsabilizan a las autoridades por sus incumplimientos sistemáticos y por el retraso en la entrega de los insumos.
El país gasta cerca de 2.000 millones de dólares cada año en la compra de alimentos en el exterior, incluyendo 40.000 toneladas de leche en polvo porque se desatiende la capacidad de producción del sector ganadero nacional. La pérdida de protagonismo de la agricultura en la economía nacional, hace saltar las alarmas. Según el vicepresidente del Consejo de Ministros, Marino Murillo, "en 2002, el 5,7 por ciento de la riqueza del país la aportaba el sector agropecuario y, desde el 2007, apenas contribuye con el 3,7 por ciento".
La entrega de tierra en usufructo, que despertó muchas esperanzas, está estancada y se rescindió el contrato de 43.000 usufructuarios “por no utilizarla correctamente”
La entrega de tierra en usufructo, que despertó muchas esperanzas, está estancada y se rescindió el contrato de 43.000 adjudicatarios "por no utilizarla correctamente". El estrecho marco de tiempo del usufructo, apenas diez años, unido al mal estado de muchos terrenos entregados, no ha permitido que la medida genere los efectos esperados en las tarimas de los mercados ni en la mesa de las familias cubanas. Tampoco se avizora una reforma agraria que amplíe los derechos del campesinado privado sobre la tierra o ponga fin a entidades estatales tan ineficientes como el Acopio.
En cambio, se han descartado soluciones radicales y traumáticas para el mercado de productos agrícolas, como colocar precios topados. Marino Murillo confirmó que esos "mecanismos burocráticos para tratar de ponerle tope a los precios no son totalmente efectivos". Aunque también dejó claro que "en el país se viene cambiando la estructura del uso de la tierra sin modificar la estructura de propiedad". Según el funcionario, eso "garantiza que el pueblo representado por el Estado siga siendo el dueño de este patrimonio".
Muchos agricultores que no estuvieron presentes en los salones del congreso, pero sí pendientes de las noticias del cónclave en la televisión nacional, mostraron su inconformidad con la falta de acuerdos concretos. "Durante tres meses estuvimos solicitando en la asamblea de nuestra cooperativa Rafael Morales un seminario para la preparación en la contratación de la campaña 2015-2016", explica Néstor Pérez, tabacalero del municipio pinareño San Juan y Martínez. No les tomaron en serio y ni siquiera obtuvieron una mejora del precio que se les paga por las hojas de tabaco, a pesar de los dividendos esplendidos que el Estado consigue en el mercado internacional. Esta falta de apoyo de parte del Estado es la principal queja de los hombres del campo a lo largo y ancho de la isla, pero no han encontrado respuesta en el congreso de la ANAP.