Aumenta el "hostigamiento" a los disidentes pese a la "supuesta apertura", dice Amnistía Internacional
América sigue siendo una región violenta y desigual y preocupa la repercusión en los derechos humanos de la elección de Trump
París/(con información de EFE).- Amnistía Internacional denuncia un mayor "hostigamiento" a los críticos con el régimen cubano pese a la "supuesta apertura política" y el restablecimiento de las relaciones con EE UU en su informe de 2016. La organización, que ha hecho públicos este miércoles los documentos relativos a cada país y región del mundo, destaca la violencia y las desigualdades constantes en América.
"A pesar de las afirmaciones de apertura política", la sociedad civil y los grupos de oposición "denunciaron un aumento del hostigamiento a quienes criticaban al Gobierno", aseveró la organización.
AI constató que en Cuba persistieron en 2016 la retórica de la guerra fría, el control político del sistema judicial, las restricciones a Internet y a la libertad de expresión y el acoso a las personas críticas con el Gobierno.
Estas fueron "sometidas de forma habitual a arrestos arbitrarios y breves periodos de detención por ejercer su derecho a la libertad de expresión, asociación, reunión y circulación", dijo AI.
"Las autoridades jugaban al 'gato y al ratón' arrestando y recluyendo reiteradamente a activistas -a menudo varias veces al mes- durante periodos de entre 8 y 30 horas y liberándolos posteriormente sin cargos", explicó.
Persistieron en 2016 la retórica de la guerra fría, el control político del sistema judicial, las restricciones a Internet y a la libertad de expresión y el acoso a las personas críticas con el Gobierno
"Con frecuencia no se presentaban cargos contra las personas recluidas en 'prisión provisional' durante periodos más largos, y sus familiares raras veces recibían" explicación sobre las razones de la detención, agregó.
El informe de AI cita cálculos de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, según la cual hubo una media mensual de 862 detenciones arbitrarias entre enero y noviembre del año pasado en la Isla.
Entre ellas menciona la del grafitero disidente Danilo Maldonado El Sexto, arrestado horas después de conocerse la muerte del líder cubano Fidel Castro el 26 de noviembre.
Amnistía Internacional constató que Cuba es el único país de América que le niega acceso, como tampoco permite el de los relatores especiales de la ONU u otros representantes de organizaciones de derechos humanos. Tampoco ha suscrito una serie de pactos internacionales de derechos fundamentales ni reconocido la competencia de organismos de las Naciones Unidas como el Comité contra la Tortura o el Comité contra la Desaparición Forzada.
Las Américas fueron una vez más, en 2016, una de las regiones más violentas y desiguales del mundo, pese al discurso sobre democracia y progreso económico y la esperanza de que terminara en Colombia el último conflicto armado del continente. En el informe regional se afirma que la crisis de los Derechos Humanos se aceleró por una tendencia al aumento de los obstáculos y las restricciones a la justicia y a las libertades fundamentales.
El año pasado estuvo marcado por "una retórica contraria a los derechos, racista y discriminatoria" en la región y una muestra de ello, añade el informe, fue la elección de Donald Trump como presidente de EE UU, lo que "suscitó honda preocupación" por el futuro compromiso estadounidense con los derechos humanos.
El año pasado estuvo marcado por "una retórica contraria a los derechos, racista y discriminatoria" en la región y una muestra de ello, añade el informe, fue la elección de Donald Trump como presidente de EE UU
"Las oleadas de represión se tornaron cada vez más visibles y violentas; con frecuencia, los Estados hicieron un uso indebido de los sistemas judiciales y de los aparatos de seguridad para responder a la disidencia y al creciente descontento de la ciudadanía, y aplastarlos de modo implacable", denuncia AI.
El incumplimiento de los derechos también quedó patente en la amplia brecha de desigualdad sustentada por la corrupción y la falta de rendición de cuentas, afirma.
Las deficiencias de los sistemas de justicia elevaron los niveles de violencia, con países como Brasil, El Salvador, Honduras, Jamaica, México y Venezuela con las tasas de homicidio más altas de mundo.
El Triágulo Norte de Centroamérica (El Salvador, Guatemala y Honduras) era uno de los lugares más violentos del mundo; allí se mataba a más personas que en la mayoría de las zonas de conflicto del planeta. "La violencia de género, muy extendida, seguía siendo -afirma- uno de los fracasos más deplorables de los Estados en las Américas".
En octubre, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) reveló que en la región eran asesinadas diariamente 12 mujeres y niñas por motivos de género.
En toda la región, las personas lesbianas, gays, bisexuales, transgénero e intersexuales (LGBTI) hicieron frente a índices de violencia y discriminación aún más elevados.
Amnistía subraya que la inacción de los Estados permitió que las multinacionales tuvieran cada vez más peso, especialmente las de los sectores extractivos, lo que afecta principalmente a los pueblos indígenas.
"La represión política, la discriminación, la violencia y la pobreza fueron el motor de otra crisis humanitaria cada vez más profunda, aunque en gran medida olvidada", alerta.
Cientos de miles de personas refugiadas se vieron obligadas a huir de sus hogares para buscar protección, a menudo corriendo el peligro de sufrir nuevos abusos
Cientos de miles de personas refugiadas - mayoritariamente provenientes de Centroamérica- se vieron obligadas a huir de sus hogares para buscar protección, a menudo corriendo el peligro de sufrir nuevos abusos contra sus derechos humanos y arriesgando la vida, según el informe.
Muchos gobiernos demostraron una intolerancia cada vez mayor a las críticas, dedicándose a acallar la disidencia y amordazar la libertad de expresión.
El informe crítica la negativa de México a reconocer la crisis de derechos humanos del país (denuncias de desaparición de casi 30.000 personas, miles de muertos por operaciones de seguridad, miles más de desplazados por la violencia), una actitud similar a la de Venezuela.
En este último país, el Gobierno negó la existencia de una grave crisis humanitaria y económica, hubo un rápido aumento de la delincuencia y constantes violaciones de derechos humanos, y las autoridades silenciaron a la disidencia.
El informe destaca la ratificación por parte del Congreso colombiano del acuerdo de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que puso fin a un conflicto armado de 50 años.
Amnistía considera "extremadamente peligroso" defender los derechos humanos en muchos países americanos, y denuncia que "corrieron especial peligro de sufrir represalias" quienes se oponían a proyectos de desarrollo en gran escala y a las empresas multinacionales. Entre ellos, recuerda el asesinato en marzo de 2016 de la lideresa indígena hondureña Berta Cáceres, y asegura que Honduras y Guatemala eran los países más peligrosos del mundo para los defensores de la tierra, el territorio y el medio ambiente.