Aumentan a siete los balseros cubanos muertos y los responsables entran en la lista de los represores
Las víctimas hasta ahora son Israel Gómez, Indira Serrano, Yerandy García, Nathali Acosta, Omar Reyes, Aimara Meizoso y la niña Elizabeth Meizoso
Madrid/Son ya siete las víctimas mortales del hundimiento de una embarcación por parte de los guardafronteras cubanos el pasado viernes. Según la información más reciente, a la lista se acaba de sumar Israel Gómez, cuyos familiares contaron al periodista cubano Mario J Pentón que son ellos quienes están buscando los cuerpos de los desaparecidos.
Este domingo se había unido la anterior identificada, Indira Serrano Cala, de tan solo 18 años y originaria de Guane, Pinar del Río. Una fuente anónima indicó al medio independiente camagüeyano La Hora de Cuba que el cuerpo de la joven, que era huérfana de madre, fue velado en esa misma localidad la tarde de ayer.
Este domingo también identificaron a otro de los desaparecidos, Yerandy García Meizoso, cuyo cadáver se encontró a unos kilómetros, informó también Mario J. Pentón desde Miami.
Las otras víctimas son Nathali Acosta Lemus, Omar Reyes Valdés (el chofer de la lancha), Aimara Meizoso León y la niña Elizabeth Meizoso, de tan solo dos años.
Mientras tanto, la Fundación para los Derechos Humanos en Cuba (FDHC) ha incluido a dos oficiales de las Tropas Guardafronteras en su lista de represores por considerarlos responsables de lo que considera un "asesinato a sangre fría".
En un comunicado hecho público este domingo, la ONG con sede en Estados Unidos confirmó los nombres de otros fallecidos, ninguno de los cuales ha sido mencionado por las autoridades cubanas, que tampoco han ofrecido sus condolencias por lo que consideran un "doloroso hecho" ocurrido por culpa de la "política hostil y cruel del Gobierno de los EE UU contra Cuba".
Entran en la lista de represores Raidel Rodríguez López, jefe de Operaciones del Destacamento Noroccidental de Guardafronteras, que cubre la zona de Bahía Honda, Artemisa, donde sucedieron los hechos la noche del 28 de octubre, y el teniente coronel Leovanys Cutiño Rodríguez, jefe del Estado Mayor del mismo destacamento.
"La historia también confirma que este es solo otro crimen de lesa humanidad perpetrado a sangre fría en la soledad del mar por el régimen comunista"
Ambos son calificados por la FDHC de responsables de estos "asesinatos", al haber embestido una embarcación con 23 personas a bordo. Los sobrevivientes, recuerda la organización, "aseguran que fueron hundidos a propósito".
La ONG también atribuye responsabilidades en este suceso al general Jorge Argelio Samper Muarra, al frente de la Jefatura de Tropas Guardafronteras del Ministerio del Interior desde 2017, y al coronel Jorge Luis Navarro Nolasco, jefe del Destacamento Noroccidental del mismo cuerpo policial, que ya se encontraban en la lista de represores previamente.
A los dos se les atribuye culpabilidad por los cargos que ocupan, "por varios actos de violencia de las tropas a su mando contra balseros cubanos a bordo de embarcaciones rústicas, poniendo sus vidas en peligro o causándoles lesiones e incluso la muerte".
"La historia también confirma que este es solo otro crimen de lesa humanidad perpetrado a sangre fría en la soledad del mar por el régimen comunista", argumenta la FDHC, que menciona varias tragedias similares, como el bombardeo con civiles a bordo del barco XX Aniversario en el río Canímar, en julio de 1980; el hundimiento del remolcador 13 de Marzo en 1994, que se saldó con 37 muertos, entre ellos 10 niños, o la muerte del avileño William Padrón Maza, el pasado 1 de marzo, a consecuencia de lesiones graves recibidas tras ser embestido por las Tropas Guardafronteras cubanas a 11 millas de Cayo Coco, cuando iba en una lancha rápida que se quedó varada.
En su documento, la ONG asegura que "testimonios de decenas de sobrevivientes dan fe de que los guardafronteras embisten sistemáticamente para hundirlas a las embarcaciones que llevan a hombres, mujeres y niños en su intento por huir del infierno". Se trata de un "método cruel de impedir las salidas irregulares por mar", dice la FDHC, que se está llevando a cabo "especialmente ahora, cuando el régimen se propone que nadie salga por esa vía".
Esa fue la razón, concluyen, de la "brutal represión" a finales de agosto en el caserío artemiseño de El Cepem, donde impidieron que varios residentes se hicieran a la mar en embarcaciones rústicas: "Mienten cuando culpan a la Ley de Ajuste Cubano, cuando saben que los que son interceptados en el mar son repatriados".
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