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EE UU emite una alerta por el Oropouche en Cuba, donde el oficialismo registra más de 400 casos

En contraste con las cifras oficiales, '14ymedio' pudo comprobar que en Santiago de Cuba, donde se reportaron los primeros casos, decenas de personas sufrieron el virus

Lo más difícil, atendiendo al contexto cubano, es controlar la circulación de los mosquitos que transmiten el Oropouche, según los especialistas / EFE
14ymedio

20 de agosto 2024 - 12:27

La Habana/Las autoridades cubanas registran oficialmente, hasta inicios de agosto, más de 400 contagiados con el virus de Oropouche en todas las provincias de Cuba. Las cifras actualizadas, que se mantuvieron en secreto durante varios meses y luego se revelaron discretamente en el programa Mesa Redonda, se pierden en el extenso reporte de Cubadebate sobre el curso internacional sobre dengue y otros arbovirus que imparte en La Habana el Ministerio de Salud Pública.

En ningún momento de la nota, sin embargo, se menciona la alerta emitida por Estados Unidos para todos los que viajen a la Isla debido a la epidemia causada por el virus. El reporte de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), elevan el nivel de alerta al 2, a partir del cual se pide extremar las precauciones al visitar el país.

"Hay un brote de Oropouche en Cuba", informa el CDC, ilustrando la situación con un mapa de la Isla. El organismo también indica que "se han reportado múltiples casos de Oropouche en viajeros estadounidenses y europeos que regresan de un viaje a Cuba, lo que indica que existe un riesgo continuo".

Para las embarazadas, recomiendan no viajar a Cuba si no es un viaje esencial

Para las embarazadas, recomiendan no viajar a Cuba si no es un viaje esencial. "Si el viaje es inevitable, estos viajeros deben seguir estrictamente las recomendaciones de prevención de Oropouche", puntualizan. Además, recuerdan que la enfermedad puede ocurrir en personas de cualquier edad y "a menudo se confunde con el dengue".

El ministro José Ángel Portal Miranda, que pasó de largo por el número 400, reveló que empezaron a detectar los contagios el pasado 27 de mayo. Lamentó los “recursos limitados” que tiene su cartera para enfrentar de forma “urgente” el alza no solo de Oropouche, sino también de dengue, aunque aseguró que de momento no se han registrado enfermos de zika y chikungunya. 

Cubadebate no dio demasiada importancia al dato, que no aparece sino hasta el final de su nota, más enfocada en celebrar la “calidad y alta participación internacional” del evento, que concluirá el 30 de agosto. “Aún conocemos poco de este virus”, fue la coartada para no ofrecer más detalles sobre la situación particular de cada provincia. 

Sí contaron, no obstante, que el Oropuche es la principal preocupación de los especialistas del ramo y que su “comprensión” está marcada como una prioridad. Comentarios aislados de otros médicos dieron pistas sobre la situación. Fue el caso de Osvaldo Castro, jefe de servicio de medicina y consulta externa en el Centro Hospitalario del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí. 

“Aún conocemos poco de este virus”, fue la coartada para no ofrecer más detalles sobre la situación particular de cada provincia

Según Castro, el Oropouche “ha dejado de presentarse exclusivamente en áreas rurales” y ahora ataca fundamentalmente a la población de las ciudades, “provocando un incremento significativo en el número de casos”. 

“Estamos observando todas las manifestaciones clínicas en su totalidad. Ya no se trata de una enfermedad tan aguda como se creía, que duraba entre seis y siete días como el dengue o el zika. Ahora hemos registrado casos con hasta tres recaídas en un mes. Las personas piensan que ya están bien, pero los síntomas regresan”, dijo.

El director nacional de Epidemiología, Francisco Durán –célebre por sus reportes diarios durante la pandemia de coronavirus, cuya opinión sobre el Oropouche llevan meses reclamando los cubanos–, alegó que el virus “se consideraba originalmente benigno”, una visión que se superó a la luz de las “complicaciones graves” que ha provocado en el país. 

“En Brasil, donde han enfrentado el virus durante más tiempo, se han reportado casos severos, incluyendo meningoencefalitis”, añadió.

Lo más difícil, atendiendo al contexto cubano –cuya falta de higiene y proliferación de vertederos no abordaron los especialistas–, es controlar la circulación de los mosquitos Culex y los jejenes (Culicoides paraensis), que transmiten la enfermedad y representan el 80% de los mosquitos cubanos. “Se encuentran en cualquier agua estancada”, explicó Durán, que advirtió que “la biología de estos mosquitos es poco conocida, lo que añade un desafío al control de la enfermedad”. 

Otra dificultad es el diagnóstico, puesto que los síntomas de dengue y Oropouche “se superponen”

Otra dificultad es el diagnóstico, puesto que los síntomas de dengue y Oropouche “se superponen”, dijo por su parte Castro. Los enfermos, tras su recuperación, quedan inmunizados, pero eso no es garantía de nada: pueden surgir, dijo, “variantes significativamente diferentes”.

Los directivos de la Salud Pública cubana dijeron estar en todo momento alineados con las preocupaciones de la Organización Panamericana de la Salud en la región. De hecho, esta entidad es una de las que financia el evento. La Habana dijo estar interesada en una “intervención integrada” y en “fomentar alianzas” contra las enfermedades que azotan la región, aunque es célebre por no aportar cifras actualizadas que ofrezcan claridad sobre la situación epidemiológica de la Isla.

Portal Miranda expuso, además, una cronología de las epidemias que los cubanos han sufrido en las últimas dos décadas: la Influenza H1N1 en 2009, el cólera en 2012, el coronavirus en 2020, la viruela del mono en 2022 y el dengue, en sus distintos brotes. Sin embargo, el Oropouche es el protagonista en el evento y los participantes lo han dejado claro: “Hoy, todos estamos muy preocupados por la extensión paulatina del virus de Oropouche desde las áreas históricas de transmisión en el Amazonas hacia nuevas áreas, como Cuba”.

"Comenzaba uno y luego iban cayendo otros poco a poco"

En Santiago de Cuba, donde se reportaron los primeros casos de la enfermedad y sobre lo que el oficialismo tuvo que pronunciarse luego de decenas de denuncias en redes sociales del aumento casos, saben de qué se trata a flor de piel, y dudan si la cifra oficial no será en realidad mucho más.

En consejos populares como El Caney, familias completas pasaron en sus casas el Oropouche. “Comenzaba uno y luego iban cayendo otros poco a poco”, cuenta a este diario Jorge, un vecino de 48 años del reporto Las Flores en esa zona de la ciudad. “Fiebres, dolor muscular, malestares estomacales, dolor de cabeza”, son algunos de los síntomas que describió el santiaguero.

“Yo bajé unas cuantas libras en pocos días, no pude ni ir a trabajar, no salía de la cama de los dolores musculares y las fiebres y no fui al hospital porque ni exámenes te hacían, no había medicamentos, para qué ir”, cuestiona el hombre, que confirma que, como él, muchos residentes de la ciudad optaban por no asistir a los centros médicos porque el servicio es deficiente.

“A mi mamá hubo que llevarla al hospital a ponerle sueros porque no comía nada, se deshidrató”, dice, desde el propio poblado, Yulia. “Los dolores en todo el cuerpo eran tan fuertes que pasó en cama casi dos semanas y ella tiene ya 64 años. Y ni hablar del precio de los medicamentos que hay que buscar en la calle porque las farmacias del Estado andan peladas”.

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