Con solo dos aviones, Cubana de Aviación espera "una pieza" rusa para poner otro en servicio
El presidente de Cacsa calla ante las quejas de las aerolíneas extranjeras por las "condiciones actuales" del aeropuerto de La Habana
Madrid/Había expectación ante la entrevista anunciada por el titular del Transporte, Eduardo Rodríguez Dávila, conocido como “el ministro de Facebook”, en esa misma red social a Joel Archer Santos, presidente de la Corporación de la Aviación Cubana (Cacsa). El funcionario alimentó la curiosidad con varias publicaciones sobre la “entrevista exclusiva” en la que se iba a abordar “la situación actual de la aviación en Cuba”, incluyendo mejoras, perspectivas e inversiones en el sector. Pero Archer se fue sin contar nada de lo que se esperaba.
La charla abriría, en palabras de Rodríguez Dávila, el “nuevo espacio con entrevistas a directivos del sistema de transporte” del “proyecto comunicacional Desafío”, con el que el ministro ha logrado una –rara– fluida interacción con la población, que ya se ha acostumbrado a preguntarle por vía directa cuando le surge un problema de su competencia. Así ocurrió este martes, pocas horas después de trascender en algunos medios la suspensión de vuelos a La Habana de la compañía suiza Edelweiss a partir de abril.
“Yo tenía un vuelo en las vacaciones con la aerolínea Edelweiss, la mejor de Suiza, y han cancelado los vuelos”, lamentaba Belkis Hernández, una pasajera, este martes en la página oficial de Facebook de la Aduana de Cuba. “Mi esposo cuando lo leyó entró en pánico y así a mucha gente también le importará esa noticia. Ojalá y las autoridades cubanas hagan algo (...) y que no sigan cancelando aerolíneas”, clamó. “Ponlo en el grupo del ministro del Transporte”, le sugirieron, poniendo en evidencia el logro comunicacional de Rodríguez Dávila que, anoche, quedó en agua de borrajas.
“Yo tenía un vuelo en las vacaciones con la aerolínea Edelweiss, la mejor de Suiza, y han cancelado los vuelos”
Ni una palabra sobre la última cancelación de una aerolínea europea. Aunque el pasado martes, la página de Edelweiss seguía mostrando cuatro vuelos en abril y uno en mayo, 14ymedio pudo confirmar con la compañía, con sede en Zúrich, que no habrá más vuelos desde que el 27 de febrero salga el último, de regreso desde La Habana, a la ciudad suiza. “La decisión se basa en la disminución de la demanda, por un lado, y en las condiciones actuales en el Aeropuerto Internacional José Martí de La Habana, por el otro”, señala el comunicado de la empresa. “Una inspección in situ realizada por Edelweiss ha demostrado que es difícil garantizar una operación estable y fiable a largo plazo en vuelos de larga distancia”.
Mientras, la compañía suiza continuará volando los jueves, en ida y vuelta, entre la capital cubana y Zúrich, e invita a quienes hubieran reservado para fechas posteriores a ponerse en contacto con la empresa y encontrar una solución de ruta alternativa o el reembolso del dinero. La decisión llega un mes después de que la alemana Condor anunciara la suspensión de sus vuelos para la temporada estival por primera vez desde 1990, exceptuando la pandemia. En su caso, el impacto es mayor, ya que la compañía viajaba a tres destinos en la Isla –La Habana, Holguín y Varadero– aunque no está tomada la decisión la próxima temporada alta.
“La planificación de vuelos y el diseño de redes de las aerolíneas se basan básicamente en la exigencia de eficiencia económica", había alegado la alemana, dejando caer el descenso de la popularidad del destino Cuba, perceptible en la bajada de turistas de ese país, que rondaba una caída del 5% entre 2023 y 2024. Las palabras de Edelweiss iban más lejos, al poner en duda las condiciones del aeropuerto José Martí para mantener una operatividad estable.
Todo esto sucedía con el telón de fondo de lo ocurrido el primer día de diciembre, cuando trascendió un correo entre varias autoridades aeroportuarias solicitando la emisión de una alerta indicando la “no disponibilidad” de queroseno. Así las cosas, la Empresa Cubana de Aeropuertos y Servicios Aeroportuarios (Ecasa) emitió el aviso para los días del 1 al 8 de diciembre, cancelado apenas unas horas después, cuando se logró pagar un cargamento de combustible y dar marcha atrás a una decisión que generó alarma para las aerolíneas, algunas de las cuales tuvieron que modificar rutas o anunciar escalas para repostar.
Las palabras de Edelweiss iban más lejos, al poner en duda las condiciones del aeropuerto José Martí para mantener una operatividad estable
Ni una palabra sobre esta situación salió anoche de la entrevista, que duró aproximadamente 40 minutos y en la que lo más noticioso fue conocer que Cubana de Aviación sigue con su flota estancada en apenas dos naves, las mismas que tenía disponibles en julio de 2023, cuando pasó revista a su flota. Pocos meses después, la estatal anunció que había recuperado otras dos tras una "reparación capital" en Uliánovsk (Rusia). La Habana y Moscú habían firmado en 2019 un acuerdo para "restaurar la aeronavegabilidad" de la flota de aviones rusos y ucranianos de la Isla, pero los datos de Joel Archer indicaron que, a día de hoy, nada ha avanzado.
"Tenemos un avión listo desde hace mucho tiempo, remodelado completamente, con condiciones y motor, pero nos falta una pieza", admitió el funcionario. En medio de las dudas de otros internautas por esas dificultades, un usuario, aparentemente vinculado a la empresa, comentaba: “Se tiene acceso a los de procedencia rusa, pero de forma limitada, debido al conflicto [con Ucrania]”, por lo que Rusia prioriza sus vuelos y los plazos de entrega de piezas nuevas están oscilando entre 180 y 360 días, mientras que las reparadas tardan entre 90 y 120. “No obstante, recientemente se comenzó a implementar un contrato de sostenibilidad que mejorará los plazos”, agregó. En cuanto a las aeronaves de otros orígenes, señaló, “las piezas no se obtienen con facilidad, pues cuando el fabricante conoce el destino de la misma ya que se les debe informar la matrícula de la aeronave, al ver que es una CU, de Cubana de Aviación, cancela el pedido por temor a multas del Gobierno de EE UU”.
Poco más de interés apareció en el programa, en el que se habló de las mejoras en la climatización del aeropuerto, cómo se reinvierten los recursos en el sector, los plazos de entrega de paquetería, la complejidad de restablecer las operaciones nacionales –con la excepción de Nueva Gerona, en Isla de la Juventud– o las guaguas adquiridas para trasladar a los trabajadores del aeropuerto –en medio de múltiples comentarios que pedían ampliar el servicio para los pasajeros–.
Archer se afanó en explicar que, a pesar de la falta de energía y los últimos huracanes, los aeropuertos cubanos gozan de autonomía y no les ha faltado la electricidad
Archer se afanó en explicar que, a pesar de la falta de energía y los últimos huracanes, los aeropuertos cubanos gozan de autonomía y no les ha faltado la electricidad necesaria para continuar trabajando, momento en el que más se echó de menos, precisamente, que hablara del “susto” por la falta de queroseno.
Además, dejó una noticia inquietante. Falta personal, como en casi todos los ámbitos estatales –y no estatales, por el éxodo– y por eso se está recurriendo a China para ayudar a formar a los trabajadores, especialmente pilotos, pero en buena parte controladores aéreos, un empleo que requiere grandes habilidades técnicas y psicológicas, además de suponer una enorme responsabilidad. Pese a ello, dijo Archer, por la falta de recursos humanos se está yendo a los preuniversitarios a buscar a tan cualificados profesionales, en cuyas manos está la vida de unas 300 personas cada vez que un avión despega o aterriza.