Un barco con arroz y chícharo llega al puerto de Nuevitas y los estibadores trabajan contrarreloj

La Habana/Este martes llegarán 1.864 toneladas de arroz y otras 900 de chícharo al Puerto de Nuevitas, en Camagüey, en un intento de paliar el retraso en la distribución de la canasta familiar normada y garantizar que, al menos, el cereal llegue a las mesas de los cubanos. No obstante, no es segura su pronta distribución, de acuerdo con una nota en el diario Adelante.

Rodney Roque Rodríguez, director de esa Unidad Empresarial de Base (UEB), dijo al medio que se esperan descargar los productos cuanto antes, no solo por la falta que hacen en los platos, donde el arroz resulta indispensable. “Como en otras ocasiones, el objetivo es realizar el pronto despacho para asegurar el pago a los trabajadores y evitar la estadía del barco en el puerto”, explicó.

Los retrasos en la llegada del alimento han sido una constante. En estos días se reparten en el país las siete libras de arroz correspondientes a noviembre y las de este mes “se asegurarán gradualmente”, aunque no existe garantía de que lleguen antes de acabar el año. En el caso de Camagüey, por ejemplo, la distribución lleva casi el mismo ritmo.

“Como en otras ocasiones, el objetivo es realizar el pronto despacho para asegurar el pago a los trabajadores y evitar la estadía del barco en el puerto”

Ahora, los retos, además de cubrir el pago para descargar el alimento, son dar un sueldo a los estibadores, que haya fluido eléctrico para realizar el desembarco y que los vehículos que se utilicen para el reparto en las bodegas de la provincia tengan combustible. Además, las autoridades deben esperar que haya buen tiempo y no llueva, pues si no habría que cerrar las bodegas del buque para evitar que se humedezca el alimento y se afecte su calidad.

De acuerdo con Roque Rodríguez, la UEB “debe concentrar sus esfuerzos en lograr la auto soberanía alimentaria”, para asegurar una mejor atención a los trabajadores y prestar servicios a otras entidades, con el propósito de garantizar el pago del salario a los trabajadores, cuya plantilla supera los 254 durante los períodos de operaciones.

Ante ese panorama, para muchos cubanos lo único que queda es que el arroz llegue lo más pronto posible, pues las opciones para adquirir el cereal fuera de las bodegas tampoco alivian la situación de los ciudadanos. Una libra de arroz costaba el domingo pasado, en las tarimas privadas del mercado del Ejército Juvenil del Trabajo en Nuevo Vedado, La Habana, 180 pesos.

La UEB “debe concentrar sus esfuerzos en lograr la auto soberanía alimentaria”

En tanto, la mayor parte del arroz que se vende en los comercios privados, que utilizan los restaurantes particulares y ofertan los sitios digitales para compras online, es importado, de países tan lejanos como India, Tailandia y Turquía.

Los retrasos y la poca distribución del cereal en los mercados racionados cubanos se agudizaron este año. La producción local no alcanzó a satisfacer las necesidades de las familias de la Isla. Según datos oficiales, se requieren cada año unas 600.000 toneladas para abastecer la libreta, y la cosecha se quedó, en 2022 –último año del que hay cifras–, en apenas 180.000 toneladas, mientras que la cifra planificada para este 2024 fue de solo 100.000 toneladas, de acuerdo con Ydael Pérez Brito, ministro de Agricultura, por lo que la necesidad de importar es prioritaria.

En cuanto a las donaciones, llegaron, pero fueron esporádicas o minúsculas, si se compara con la cantidad que se necesita para satisfacer a todos los cubanos. En abril pasado, China se comprometió a enviar 20.408 toneladas del cereal a la Isla durante todo el año, mientras que Vietnam apenas regaló 1.640 toneladas en 2024.