El barco con vehículos comprados por particulares va y viene entre EE UU y Cuba

Madrid/El Balsa 88 y el Federal Nagara, dos cargueros que han pasado semanas dando tumbos alrededor de la Isla, estaban, por fin, en La Habana este martes. Ambos formaban parte del grupo de barcos que no podían entrar a puerto por impagos, según contó el pasado jueves el viceministro primero de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, Oscar Pérez-Oliva Fraga, que culpó de ello a las consecuencias financieras del embargo. 

Con bandera panameña, el Balsa 88 lleva, según las páginas web de monitorización de barcos, una carga de fosfato diamónico, un tipo de fertilizante muy concentrado y apto para todo tipo de cultivos, procedente de Norfolk (Virginia, EE UU). El barco salió de ese puerto el pasado 14 de marzo y llegó a Cuba el 18 de marzo. Desde ese día hasta su entrada, el domingo 7 de abril, ha dado infinidad de vueltas a la Isla, como se puede observar en el zigzag que dibuja su ruta de las últimas semanas. 

Este es uno de los tres barcos que proceden de EE UU que ha llegado recientemente a la Isla. A él se unen el Deneb, que, con bandera de Antigua y Barbuda, estaba a mediados de marzo en ruta desde Wilmington (Carolina del Norte) a Mariel; y el Linda D, un caso muy especial. 

Este barco, también con pabellón panameño, entra y sale constantemente de Miami a Mariel y es, según los expertos, el barco de carga con rampa de desembarco que trae los autos de importación procedentes de EE UU. El día 1 de abril, el Linda D ya había hecho 21 trayectos de esta ruta y ayer, martes 9 de abril acababa de salir nuevamente cargado hacia Cuba, donde se espera su llegada el jueves 11. 

Según los datos más recientes de US-Cuba Trade and Economic Council, facilitados el lunes 8 de abril, EE UU exportó a Cuba 4.983.708 dólares en vehículos nuevos el mes de febrero, además de 109.500 dólares en vehículos usados y 2.881 en vehículos de propósito especial. La cifra va en fuerte aumento, ya que en enero el volumen de ventas en autos nuevos fue de 3.071.000 dólares e inferior a 10 millones en todo 2023, año en que comenzó a autorizarse este tipo de exportación bajo licencia del Departamento del Tesoro. 

A diferencia de los buques contratados para traer a Cuba alimentos, fertilizante o combustible, el 'Linda D' que desembarca los autos en Mariel no depende de las finanzas del Gobierno, sino de las de los particulares que importan vehículos y pagan sus facturas, y por ello va y viene sin contratiempo.

En la bahía de La Habana lucía este martes el Federal Nagara, con bandera de las Islas Marshall y cargado con 40.000 toneladas de grano de Argentina. El buque llegó el 19 de febrero a Cuba y ha pasado casi veinte días dando vueltas en círculos  frente a la Isla, presumiblemente también por la falta de dinero para realizar el pago. La misma suerte ha corrido su gemelo, el Federal Churchill, con idéntico pabellón y procedente del puerto de La Plata, que transporta otras 44.000 toneladas de grano.

Desde el 25 de febrero sigue dando vueltas a la costa habanera sin poder entrar el Eco Fleet, cargado con unos 260.000 barriles de diesel comprado a Túnez, y no es el único que ha estado semanas en esa situación. El 22 de marzo la cuenta ascendía a nueve barcos, si a los anteriores se unen los graneleros Eco Tide e Hydra Down, además de algunos otros que están en espera.

En este sentido, también se observa en la bahía de Nipe (Holguín) el incesante trasiego de tanqueros más pequeños para abastecer a la termoeléctrica Lidio Ramón Pérez, de Felton. Este martes, un total de 165.000 toneladas de combustible se enviaba a bordo del Petion –cargado en Venezuela–, el Delsa, el Lourdes y el Mariann VV, todos ellos desde Matanzas. 

El pasado jueves, las autoridades abordaron en el nuevo programa de Miguel Díaz-Canel la situación de la canasta básica. En esa ocasión, argumentaron que las medidas del embargo les obligaban a mantener parados frente a puerto a los barcos a la espera de reunir el dinero necesario para hacer unos pagos que serían muy inferiores en las condiciones habituales de comercio internacional. “Por reubicar productos que, comprados en Estados Unidos, significarían un menor costo, el país ha debido pagar 19 millones de dólares adicionales en el año 2023”, señaló Pérez-Oliva.

Los empresarios estadounidenses pueden vender a Cuba con una licencia del Departamento del Tesoro siempre que se pague por adelantado y en efectivo, debido al historial de deudas del régimen, su situación financiera y la imposibilidad de acceder a los créditos internacionales –por los mismos motivos–. 

Sorprende, sin embargo, que tantos barcos procedentes de varios países hayan viajado desde lejos sin haber exigido garantías financieras previas al Gobierno cubano.