1/16Sin embargo, desde temprano se llena de gente que necesita “la gasolina de un buen ron para seguir en pie”, detalla un parroquiano
/ 14ymedio 2/16Con la mugre de décadas pegada a las paredes y cierto tufo que sale de las esquinas, el local mantiene su rutina a pocos metros de la Plaza Vieja
/ 14ymedio 3/16En Río la Plata solo se oferta ron, en ‘strike’, sin hielo, ni añadidos. “No hace falta más, estos son tragos para hombres”, aclara un joven cliente
/ 14ymedio 4/16Los empleados miran hacia la acera a la espera de algún turista que se salga del circuito más conocido y quiera “darse un trago de verdad”, aclara el ‘barman’
/ 14ymedio 5/16Esta semana se celebra en la Isla la oncena edición del Grand Prix de Coctelería Havana Club
/ 14ymedio 6/1645 profesionales del arte de las mezclas ponen a prueba su creatividad para implantar nuevas combinaciones a partir del ron cubano
/ 14ymedio 7/16El evento adjudicará tres premios a los mejores ‘bartenders’. El merecedor del máximo galardón podrá elegir entre la realización de un libro sobre el ron o el apoyo económico para abrir su propio bar
/ 14ymedio 8/16A la competencia solo pueden asistir aquellos acostumbrados a los licores de etiquetas diversas, la coctelera a mano y el hielo que rebosa en las cubetas
/ 14ymedio 9/16Los otros, los cantineros de esquina y tugurio, saben que el ron se sirve siempre igual: desde una botella con un tapón de papel enrollado y mezclando el alcohol con risas o con lágrimas
/ 14ymedio 10/16En La Habana, como en tantas partes, el cantinero es más que el maestro de combinaciones que tientan desde una fina copa o un tosco vaso. Es el confidente, un consejero de almas
/ 14ymedio 11/16El ‘barman’ catalán Constantino Ribalaigua Vert, fundador del Floridita, llegó a la fama por sus variantes del daiquiri, cóctel que se prepara a base de ron, hielo, jugo de limón, azúcar y un toque de licor de marrasquino
/ 14ymedio 12/16Casi dos siglos después de que el célebre bar abriera sus puertas, es un hervidero de turistas y para un cubano es casi imposible costear con su sueldo el más barato de los tragos
/ 14ymedio 13/16Una escultura de Ernest Hemingway completa el escenario preparado para los ojos de los viajeros y el bolsillo de los bebedores foráneos
/ 14ymedio 14/16“Cada día me llevaba unos 100 pesos convertibles”, revela un antiguo empleado del exclusivo Café Oriente, a pocos metros de la Plaza de San Francisco
/ 14ymedio 15/16“Compraba en el mercado informal la hierbabuena, el limón, el azúcar y el ron y cuando cumplía con el mínimo de las ventas del día, entonces todos los tragos que vendía iban para mi bolsillo”, detalla
/ 14ymedio 16/16Allí aprendió a cambiar el Havana Club 7 años por ron barato que compraba en moneda nacional, “a hacer el hielo con agua de la pila y usar varias veces la misma hierbabuena”, explica
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