El olor a basura invade las calles de La Habana por falta de camiones y contenedores
Las montañas de desperdicios se acumulan por doquier en las esquinas de la capital
La Habana/"No son malos, son malísimos", dice tajantemente Walfrido, ex chofer de un camión de recogida de basuras de los Servicios Comunales de La Habana. El objeto de su molestia son los contenedores de basura de color azul que son la mayoría actualmente en las calles de la ciudad. "Están desbaratados y eso empeora la situación que ya llevamos con los problemas de combustible".
Walfrido pidió la baja de su trabajo, en el que había laborado por más de una década, hace solo unas semanas. "Tuvimos meses en que nos pagaron muy mal con eso de la Tarea Ordenamiento y, además, las condiciones son pésimas: cada vez salen menos camiones y cuando salen te encuentras una loma de basura y los contenedores con el agarre roto o los laterales reventados".
El empleado explica a 14ymedio que el vandalismo, especialmente el robo de ruedas de los contenedores para hacerse carretillas para cargar agua o pequeños carros de transportar mandados, son una de las causas del deterioro de estos recipientes. También el robo de sus partes plásticas para fundir y fabricar desde coladores hasta juguetes. Sin embargo, considera que "la calidad era mala desde el principio, la parte del agarre que el camión debe enganchar se veía que no iba a durar mucho".
La esquina de Factor y Conill, en Nuevo Vedado, parece ilustrar lo que comenta Walfrido. La basura lleva días acumulándose sin que el camión recolector pase a buscarla y, además, los contenedores azules de la zona están rajados unos, cojos de alguna rueda los otros o con la tapa perdida los más. Frente a la montaña de desperdicios se levanta un edificio multifamiliar de cinco pisos.
"No podemos abrir la ventana del cuarto porque da directo a los latones de basura y se nos cuelan todo el tiempo moscas y olores"
"No podemos abrir la ventana del cuarto porque da directo a los latones de basura y se nos cuelan todo el tiempo moscas y malos olores", detalla Niurka vecina del inmueble y madre de dos niños pequeños. "Hemos llamado a Comunales varias veces pero me dicen que hay problemas con el combustible y que los camiones están saliendo menos".
El Vedado, una zona donde el problema de la recogida de basura no ha sido tradicionalmente tan grave como en los municipios de Centro Habana, Cerro o Diez de Octubre, desde hace meses las escenas de residuos amontonándose en las esquinas ha avivado el malestar de los residentes en ese barrio. "Vas caminando y el olor que te llega por todas partes es a podrido", se quejaba este martes una jubilada que hacía la cola en una oficina de Etecsa de la calle 19 próxima a B.
Los contenedores de basura en La Habana, a pesar de varios intentos gubernamentales de dividirlos según el tipo de residuos, actualmente almacenan cualquier desperdicio, sea orgánico, plástico, papel o metales. La separación de estos materiales sigue siendo una quimera en una ciudad que produce cada día cerca de 23.000 metros cúbicos de desechos sólidos y donde la estatal Comunales apenas puede gestionar una parte.
Los recogedores de materia prima como aluminio, papel y botellas de cristal ayudan algo pero los retrasos en el pago y los horarios irregulares de apertura de los puntos oficiales de compra de estas materias primas han ido extendiendo el desgano entre estos trabajadores particulares o personas que sobreviven en las calles con los que ganan por esta labor.
Sobre los contenedores azulitos cae entonces de todo: residuos de la construcción de viviendas, viejas piezas de vehículos, restos de comida en mal estado y productos altamente contaminantes del medioambiente como baterías o desechos hospitalarios, incluyendo fármacos vencidos. En su frágil estructura "no hay cama para tanta gente", concluye Walfrido: "Es como querer meter La Habana en Guanabacoa".
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