Biden aplica "la política de máxima presión de Trump", denuncia el canciller cubano
Bruno Rodríguez acusa una vez más a Washington de dañar a la economía de la Isla y fomentar la emigración irregular
Madrid/El ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, ha reprochado al presidente estadounidense, Joe Biden, que no tenga una política propia hacia Cuba y que mantenga la "máxima presión" de su antecesor, Donald Trump.
"El presidente Biden no tiene una política hacia Cuba. No tiene una política propia. Compartía elementos de la política del gobierno demócrata anterior. Si se lee la plataforma electoral demócrata, contiene otra política hacia Cuba", ha afirmado Rodríguez en un vídeo publicado en redes sociales.
Rodríguez ha recordado además las promesas electorales "en su propia voz" del ahora presidente Biden. "Prometió a los electores estadounidenses y también a los cubanos residentes en Florida, pero lamentablemente la política que aplica el presidente Biden es la política de máxima presión del presidente Trump", ha apuntado.
"Es una política que no solo provoca daño y sufrimiento al pueblo cubano, que impide el desarrollo de nuestra economía, que alienta la emigración irregular hacia Estados Unidos, sino que es también una política que daña el interés nacional de Estados Unidos", ha remachado.
El secretario de Estado, Anthony Blinke, ha argumentado que estas acciones son "en respaldo del pueblo cubano y en los intereses de la política exterior de Estados Unidos"
Durante la campaña electoral, tanto Biden como Kamala Harris, actual vicepresidenta, anunciaron que revertirían algunas de las medidas tomadas por su antecesor en el cargo respecto a Cuba, entre ellas los límites a las remesas, los vuelos y los servicios consulares. Aquellos anuncios alentaron a La Habana, que pensó que podía llevarse a cabo un segundo deshielo, a semejanza de lo ocurrido en el mandato de Barack Obama, en el que Biden era vicepresidente.
Sin embargo, la Casa Blanca ha cumplido estrictamente con su compromiso y, a mediados del pasado mayo, anunció el restablecimiento de los vuelos comerciales a Cuba, que hasta ahora solo llegaban a La Habana, la reanudació del programa de reunificación familiar y la suspensión del límite de 1.000 dólares por trimestre a las remesas.
El secretario de Estado, Anthony Blinke, ha argumentado que estas acciones son "en respaldo del pueblo cubano y en los intereses de la política exterior de Estados Unidos".
Sin embargo, la Administración ha mantenido el grueso de su política hacia la Isla, espoleado por la represión posterior a las protestas del 11J, según altos funcionarios de EE UU. La manifestación más clara de esa postura fue la negativa a invitar a Cuba a la reciente Cumbre de las Américas celebrada en Los Ángeles.
El pasado jueves, Washington anunció que ha tomado medidas para imponer restricciones a los visados de cinco funcionarios cubanos no identificados por su vinculación con los juicios y el encarcelamiento de manifestantes del 11J.
Estos sancionados, según el comunicado, están vinculados a "los juicios injustos" y la sentencias y encarcelamiento de manifestantes. Según el Gobierno de EE UU, las autoridades cubanas "niegan a los ciudadanos sus derechos humanos básicos y libertades fundamentales".
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