¿El bolsillo o la olla?
Los vecinos de Arroyo Naranjo han visto perjudicada su economía por un experimento de la llamada "revolución energética"
El 40% de un salario mensual promedio se les va sólo en pagar la factura eléctrica
La Habana/En el año 2000 Arroyo Naranjo era unos de los pocos municipios habaneros que aún cocinaba casi en su totalidad con queroseno y alcohol. Los usuarios de gas licuado representaban un porcentaje mínimo. Por esa razón, en el año 2005 fue declarado "municipio experimental" y se facilitó a cada hogar un módulo de cocción que constaba de olla arrocera, olla de presión eléctrica -llamada popularmente reina- cocina eléctrica y calentador de agua. Aunque el plan piloto fue anunciado a bombo y platillo en los medios oficiales, muchos mostraron su escepticismo y preocupación desde el principio.
Los desconfiados terminaron por tener razón. El mismo año de implementación del programa aparecieron las quejas a la compañía eléctrica por las elevadas facturas en el consumo doméstico. Desde ese momento, todos los habitantes de la barriada se han visto obligados a cocinar con electricidad, de ahí que la afectación económica sea generalizada. Al reducido número de personas que cocinaban con gas antes de iniciarse el experimento, se les disminuyó el servicio y ahora sólo se le brinda un recambio del balón una vez al año, más algún que otro adicional en casos de huracanes o prolongados apagones.
Los equipos entregados por núcleo familiar tienen un alto gasto energético: la cocina eléctrica consume unos 1200 W, la Olla Arrocera unos 400 W, la olla de presión unos 800 W y el calentador de agua alrededor de 1000 W.
Realizando un bosquejo en este municipio, se puede determinar que el promedio mínimo de gastos para este servicio es de alrededor de 150 CUP por casa, alrededor del 40 % de un salario mensual promedio. Los vecinos de Arroyo Naranjo se preguntan por qué tienen las mismas tarifas eléctricas que otros municipios en los que no se cocina con electricidad pese a haber sido el suyo catalogado como "especial" y "experimental".
Los vecinos del municipio Diez de Octubre, colindante con Arroyo Naranjo, tienen tarifas fijas de gas manufacturado de 7 CUP por vivienda, mientras abonan la electricidad con la tarifa vigente en todo el país. Pagan unos 50 CUP al mes, ya que pueden cocinar con gas, a difrencia de los residentes de Arroyo Naranjo, cuya factura de electricidad es el triple.
A finales de cuentas, el "municipio experimental", donde vive una población con pocos recursos, sale perjudicado.