Brasil, el nuevo destino de la pareja cubano-rusa que escapó de La Habana

La Habana/El cubano Carlos Jiménez Vasco y su esposa Daria, de nacionalidad rusa, lograron viajar a Brasil tras meses de espera infructuosa para obtener asilo político en Trinidad y Tobago. Acosada por la Seguridad del Estado en La Habana, la pareja escapó de Cuba el pasado abril y solicitó ayuda a la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) en Puerto España. La demora de los funcionarios y el retraso del trámite los obligó, una vez más, a partir.

Desde Brasil –adonde llegaron en autobús después de viajar a Guyana–, Jiménez cuenta este jueves a 14ymedio que él y su esposa ya están siendo atendidos por las autoridades de ese país, mucho más "competentes" que las de Trinidad. "Tienen mejores condiciones y un sistema rápido, que nos ofrece derechos humanos básicos", afirma con alivio.

Jiménez estima que, este mismo jueves, ya tendrá "los papeles necesarios" para regularizar su situación en el país latinoamericano como refugiados

"Vamos a estar protegidos por la ley de este país y no nos van a poder hacer nada", añade, aludiendo a la vigilancia de la contrainteligencia cubana que, asegura, sufrieron durante su estancia en Puerto España. Jiménez estima que, este mismo jueves, ya tendrá "los papeles necesarios" para regularizar su situación en el país latinoamericano como refugiados.

La pareja desea mantener la discreción sobre los pasos que dará a continuación, pero dice a este diario que considera importante que se sepa en qué país se encuentra, "para que la dictadura cubana no intente nada contra nosotros a escondidas".

"Brasil sí tiene incluidos en su ley los convenios de refugio", afirma Jiménez, que considera que salir de Trinidad fue, como escapar de la Isla, un triunfo. "No importa todo lo que intente la dictadura, los seres humanos podemos más. Los vencimos, no pudieron destruirnos. Así es como nos sentimos ahora", concluye.

A pesar de que los medios independientes siguieron de cerca el caso y numerosos activistas denunciaron las precarias condiciones que sufrió la pareja, la oficina de la Acnur en Puerto España no dio una respuesta positiva a ambos jóvenes. Los funcionarios ignoraron el caso y evitaron reunirse con Carlos y Daria, a pesar de que se "plantaron" en más de una ocasión frente a la sede de la agencia.

Ambos jóvenes habían huido de San Petersburgo, donde Carlos estaba a punto de ser reclutado por el Ejército ruso para luchar contra Ucrania, y luego de La Habana, donde tenía residencia oficial. Las discrepancias ideológicas con su familia, afín al régimen, y el acoso de la contrainteligencia hicieron que la pareja se pusiera en movimiento, en una odisea que describen como "una batalla cotidiana para la supervivencia".

No importa todo lo que intente la dictadura, los seres humanos podemos más. Los vencimos, no pudieron destruirnos"

El mayor temor era que los deportasen. "Eso sería para nosotros fatal porque nos separarían y enviarían a nuestros países donde no estaríamos a salvo y nos pueden arrestar", explicó entonces Jiménez a 14ymedio.

En Puerto España sufrieron la estafa de los propietarios del lugar donde, con escasos recursos y "durmiendo con ratas", se hospedaban. Al denunciar la situación en la Living Water Community –"el brazo derecho de Acnur en Trinidad"–, los funcionarios parecieron sugerir que los dueños de la vivienda tenían razón al expulsarlos.

Sobrevivieron todo este tiempo gracias a la comunidad cubana en Trinidad y Tobago y a algunas organizaciones que les brindaron alimentos y alguna ayuda. Sin embargo, la situación se hizo insostenible y los forzó a buscar un mejor destino. Ahora pide una vez más ayuda a los cubanos fuera de la Isla para recomenzar la vida en Brasil. "Está saliendo bien el proceso", resume Jiménez, desde las oficinas migratorias. "Lo que en Trinidad toma meses aquí lo hacen en un día".

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