La burocracia de la muerte en Cuba, pesadilla para las familias de los fallecidos
Desde cadáveres que deben esperar horas –a veces días– por un carro fúnebre que los traslade, hasta la escasez de ataúdes para enterrarlos
La Habana/Los habitantes del barrio de Luyanó, en La Habana, llevan dos años y medio sin servicios funerarios. Las quejas ya se han comenzado a materializar en publicaciones y comentarios en las redes sociales. Sin embargo, con sus puertas clausuradas y un portal vacío, la funeraria permanece abandonada y sin esperanza de reanudar sus funciones.
"A los fallecidos los mandan para San Miguel del Padrón o La Víbora", asegura a este diario una vecina que atestigua cómo, a menudo, pasa alguien por el local a preguntar por el reinicio de los servicios.
"Desde que empezó la pandemia se dijo que ya no estarían aceptando fallecidos. Pero ya pasó la pandemia y la funeraria sigue cerrada totalmente", lamenta.
En las funerarias de otros barrios capitalinos, la situación recuerda mucho a los tiempos en que las restricciones sanitarias impedían la asistencia de más de dos personas a un sepelio. ¿La explicación?: la crisis del transporte. "Es muy difícil ir al sepelio en una funeraria que no es la de tu barrio, si no tienes en qué ir. La gente está muy limitada, sobre todo si son personas mayores. Ahora todo el mundo tiene que conformarse con dar el pésame a la familia, mientras los dolientes se quedan prácticamente solos en el salón con el fallecido".
En las funerarias de otros barrios capitalinos, la situación recuerda mucho a los tiempos en que las restricciones sanitarias impedían la asistencia de más de dos personas a un sepelio
Una publicación en Facebook de un grupo de residentes de Luyanó cuestionaba la medida de velar a los fallecidos en otros centros, cuando el barrio posee su propia funeraria. "Siempre tiene un problema distinto. Cuando no están tupidos los baños, aparecen filtraciones; hay que repararla, pintarla o la cafetería no tiene agua. Todo es mentira", comentaba una usuaria enfurecida.
"Es nuestra funeraria, donde siempre hemos velado a nuestros familiares, amigos y a todos nuestros luyanenses. ¿Por qué no podemos tener este servicio fúnebre disponible?", lamentaba otra internauta.
No es la primera vez que la población se queja por la carencia de servicios funerarios de la Isla. Desde cadáveres que deben esperar horas –a veces días– por un carro fúnebre que los traslade, hasta la escasez de ataúdes para enterrarlos, la burocracia de la muerte en Cuba se vuelve cada vez más asfixiante para los que deben lidiar con ella.
En la provincia de Sancti Spíritus, desde hace al menos dos años se espera la construcción de un crematorio. Con una inversión de apenas 5 millones de pesos el proyecto podría aliviar la carga de los familiares que trasladan a sus fallecidos hasta Ciego de Ávila o Villa Clara para cumplir su voluntad de ser cremados.
Sin embargo, hasta ahora el proyecto lleva dos cambios de ubicación, varias quejas de arquitectos y ninguna instalación construida.
"Se trata de una tecnología de avanzada que tendrá dos quemadores de gas: uno en la parte inferior, que es donde se realiza la primera cremación del fallecido, y un segundo ubicado en la torre donde se queman los gases que puedan subir a la atmósfera, por lo que solo sale vapor", aseguró al periódicoEscambray Yoel Aquiles Martínez, director de la Unidad Provincial de Servicios Necrológicos de la provincia.
Ahora todo el mundo tiene que conformarse con dar el pésame a la familia, mientras los dolientes se quedan prácticamente solos en el salón con el fallecido
El crematorio también prestaría servicios de incineración de desechos médicos y biológicos derivados de la atención hospitalaria tales como restos de cirugías y productos químicos y biológicos. Los directivos no dicen, sin embargo, cuál ha sido el destino de esos desechos hasta el momento
La instalación, proyectada inicialmente para edificarse en una zona elegida por especialistas y arquitectos en la frontera con Jatibonico, ahora planea construirse a 300 metros del área residencial La Rosita, porque esto reduciría los costos de construcción.
Aunque el director de Salud Pública en la provincia ya ha autorizado la nueva locación, esta ha sido denegada por el área de Higiene, que alega que la expulsión de gases tóxicos derivados de los procesos del crematorio podrían perjudicar la salud de los residentes de la zona.
Mientras Sancti Spíritus permanece como una de las cuatro provincias cubanas que carecen de crematorio, las instituciones extienden los plazos con sus enfrentamientos internos. Sin embargo,el oficialismo señala una vez más al bloqueo como el culpable.
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