Al caer un 50% la producción energética, numerosas fábricas están paralizadas en Cuba

Madrid/La Unión Eléctrica de Cuba (UNE) prevé para este jueves el récord del año en déficit de energía, 1.608 megavatios (MW). Ello conllevará una “afectación” (lo que realmente se apagará) de 1.678 MW, y esto solamente según el pronóstico. Puede suceder, como en días pasados, que acabe siendo mucho más. 

Este miércoles, por ejemplo, el parte anunciaba una afectación de 1.445 MW que acabó siendo de 1.589 MW, y el día anterior, cuando se pronosticaron 1.378 MW de afectación, esta fue finalmente de 1.641 MW. En cualquier caso, la oferta energética —1.692 MW— este jueves cubrirá apenas la mitad de la demanda nacional de 3.300 MW en hora pico.

“Está claro que el país hoy va a tener su buena dosis de penumbra”, dice con pesar a 14ymedio un vecino de Sancti Spíritus. El corte llegó también con una caída en la conexión de datos, de suerte que para revisar el parte de la UNE, el espirituano debió subir al techo de su vivienda en busca de la escasa señal telefónica. “A mí me tocaba apagón hoy a las 10, pero me quitaron la electricidad dos horas antes”. 

De los 222 productos a los que, según el ministro, se le da "seguimiento", solamente 89 cumplían con la producción al cierre de agosto

Por esa razón, precisamente, cuando cortaron la electricidad tres horas antes de lo establecido en la “programación”, salió a la calle una treintena de personas el martes en el reparto espirituano de Pina. La manifestación se saldó con dos detenidos, que, según una fuente cercana, fueron liberados horas después sin multa, pero con la advertencia de que una próxima vez podría conllevar "represalias".

El reporte de la UNE incluye, como es habitual, el rosario de centrales termoeléctricas averiadas o en mantenimiento (Nuevitas, Felton, Energas Varadero, Renté, Santa Cruz y Cienfuegos), pero también las paradas por falta de combustible. Entre estas, las cuatro patanas turcas que quedan en la Isla (la de Mariel, la de Regla, la de Melones y la de Santiago de Cuba).

Como también es costumbre desde hace semanas, la publicación se llena de comentarios airados de cubanos hartos, tristes, enojados y las tres cosas a la vez.

Más allá de las protestas físicas o en redes, una de las consecuencias más dramáticas de los apagones es el daño a la economía del país, que en 2023 ya se contrajo un 1,9%. ¿Cómo puede funcionar la producción más básica sin electricidad? Sin aludir al déficit energético, el Ministro de Industrias, Eloy Álvarez Martínez, dio cifras en el programa Mesa Redonda emitido la noche de este miércoles que dan una idea cabal del desastroso panorama.

De los 222 productos a los que, según el ministro, se le da “seguimiento”, solamente 89 cumplían con la producción al cierre de agosto, mientras que 133 “no alcanzaban los niveles previstos”. Álvarez Martínez reconocía que esto traía como consecuencia “paralizaciones de fábricas y desabastecimientos para la economía y la población”.

El funcionario hizo un recuento de los sectores industriales y las manufacturas que incumplen el plan de producción, entre ellos: fertilizantes, plaguicidas, neumáticos nuevos y recapados, acetileno, sanitarios, sacos de polipropileno, gasa quirúrgica, fósforos, calzado, almohadillas sanitarias, resistencias eléctricas, módulos fotovoltaicos, barras de acero, refractarios y cables eléctricos.

Al respecto, el economista Pedro Monreal cuestionó en sus redes cómo “con un esquema de planificación centralizada y sin ley de empresas” podría superarse “una crisis industrial peor que la del Período Especial”. Para ilustrar su comentario, publicó un gráfico comparativo de la situación en la Isla en 2023 y el peor año productivo de aquella terrible década de los 90, de acuerdo a cifras oficiales.

Aunque el índice general de la industria se observa ligeramente inferior –39,1% en el Período Especial y 38,6% en 2023–, la diferencia es dramática en tres áreas: la elaboración de alimentos –al 42,8% en los 90 y al 20,4% el año pasado–, la fabricación de fertilizantes –al 15,6% frente al 0,3%– y, notoriamente, la industria azucarera: al 42,5% en el peor de los años 90 y tan solo al 4,5% en 2023.