Los cajeros automáticos en Cienfuegos "mueren" a cualquier hora del día

Las filas para retirar efectivo comienzan a formarse desde la madrugada, con la llegada de los primeros 'coleros'

Es frecuente que los bancos surtan los cajeros con billetes una vez al día
Es frecuente que los bancos surtan los cajeros con billetes una vez al día / 14ymedio
Julio César Contreras

19 de julio 2024 - 16:54

Cienfuegos/Los cajeros automáticos situados en la sucursal del Banco Popular de Ahorro, en el Boulevard de Cienfuegos parecen estar en funcionamiento este viernes. Los clientes se animan al ver las pantallas encendidas, empiezan a teclear y se dan cuenta de inmediato que no hay dinero disponible. Son apenas las dos de la tarde y los aparatos ya están “muertos”.

A los cajeros de esta sucursal bancaria le habían puesto dinero cerca de las 9:30 de la mañana. La fila para realizar extracciones estaba organizada desde la madrugada, con los correspondientes coleros que cobran 1.000 pesos por guardarle el turno a cada persona que esté dispuesta a pagarle su gestión. Una escena similar ocurría a pocas cuadras, en el Banco de Crédito y Comercio (Bandec) ubicado en la calle San Carlos. Allí, desde las 5:00 am aguardaba Víctor, quien lleva más de una semana tratando de cobrar su jubilación. 

Las empleadas de ambos bancos advirtieron, como si lo hubieran acordado, de que únicamente se dispensarían billetes de 500 pesos, y que sólo se podían introducir dos tarjetas por persona. “Nos tratan como si fuéramos carneros”, se quejaba una trabajadora de comercio, quien dijo haber estado varias veces a punto de extraer dinero, pero “cuando no es el efectivo que se acaba, es la corriente que se va o el equipo que se rompe”. 

Las colas, formadas durante horas, se disuelven en cuanto se acaba el efectivo
Las colas, formadas durante horas, se disuelven en cuanto se acaba el efectivo / 14ymedio

Las colas son lentas y se alargan con el paso de la mañana. Dos horas después de realizada la primera extracción, a Víctor le parecía que aquello no había avanzado nada, teniendo el temor adicional de que el orden se perdiera con la ida de varios clientes que desistían de su intento. Fue entonces cuando el único cajero en servicio de Bandec se trabó, ante la incredulidad y el disgusto que mostraban los clientes que se quedaban sin efectivo. 

“Ahora mismo se acabó el dinero en el BPA del Boulevard y en el Bandec de la calle Argüelles, dicen que van a poner un poquito de efectivo después del mediodía”, explicaba un hombre con bata blanca y sin mucha esperanza de lograr su propósito. Mientras la gente continuaba llegando para incrementar la cola, un empleado del propio banco verificó que el problema del cajero estaba solucionado. A pesar de los reproches de la airada multitud, aprovechó además para introducir varias tarjetas y extraer unos cuantos billetes.

Una tarjeta expulsada como resorte, confirmó el presentimiento colectivo. “¡Se acabó lo que se daba!”

Mirando su viejo reloj automático, Víctor presintió lo inevitable. Aunque aún le quedaba la opción de ir hasta el banco de Argüelles, posiblemente tendría que repetir la madrugada, con el agotamiento que provoca un asunto sin resolver. Una tarjeta expulsada como resorte, confirmó el presentimiento colectivo. “¡Se acabó lo que se daba!”, atinó a decir la propietaria de la tarjeta, quien estuvo a punto de alcanzar el milagro. 

Los que permanecían desde las primeras horas de la mañana recordaron las palabras de la empleada del banco: “Hoy vamos a poner dinero una sola vez”. Después de la decepción, algunas personas decidieron marchar en procesión hasta el banco de la calle Argüelles. Entre los que se decidieron a probar suerte en la nueva cola que ya se veía en la distancia, estaba Víctor, quien caminaba escribiéndole por WhatsApp a su nieto, residente en España: “Esto parece un velorio. Aquí los cajeros se mueren a cualquier hora del día”.  

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