En Camajuaní desaparece el pan liberado

La Habana/Desde el pasado lunes 18 de mayo los habitantes del poblado de Camajuaní (Villa Clara) ya no contarán con la oferta del llamado "pan liberado" y solo podrán consumir el que se vende por la libreta de racionamiento con el agravante de que tendrán que comprar la cuota que les corresponde en días alternos.

Según explicó a 14ymedio el activista Librado Linares, el pan se distribuye desde las tres panaderías del racionamiento hacia los puntos de venta "como en los tiempos medievales", en un carretón tirado por un caballo. El activista también señala las deficiencias de almacenaje y de higiene que marcan el traslado.

Linares, que es un observador de su comunidad y líder del opositor Movimiento Cubano Reflexión denuncia "una infraestructura destartalada, mala calidad e irregularidades en el abastecimiento de los insumos, bajos salarios que se reflejan en los resultados, y medidas de protección e higiene que frisan con lo imaginable".

La calidad del pan ha sido durante décadas uno de los problemas que con más frecuencia se trata en las asambleas de rendición de cuentas que realizan los delegados de circunscripción con sus electores. Este martes el desayuno fue con el pan que se hizo el lunes; "comérselo fresco es ya una heroicidad, imagínese cuando tiene más de 24 horas", comentaba un vecino del poblado.

Camajuaní fue uno de los municipios cubanos que estuvo bajo una estricta cuarentena debido al covid-19 hasta el viernes pasado

Camajuaní fue uno de los municipios cubanos que estuvo bajo una estricta cuarentena debido al covid-19 hasta el viernes pasado. El municipio tuvo dos eventos de transmisión, "que mantuvieron en vilo a sus pobladores durante casi un mes, y que también comprendió a la cooperativa de producción agropecuaria 26 de Julio", reportó la prensa oficial.

Las nueve manzanas que componen el consejo popular estuvieron bajo confinamiento desde el 16 de abril, cuando fue confirmado como positivo un viajero procedente de España al que se sumaron 10 casos más. La situación epidemiológica obligó a monitorear a unas 300 personas, entre las que hubo un fallecido.

"Tras decretarse el fin de la medida, hubo aplausos y felicidad entre los pobladores del territorio, que hasta ahora estuvieron recluidos en sus viviendas de manera disciplinada", detalla el diario Granma, que no hizo mención alguna al suministro de alimentos, especialmente la falta de pan que está sufriendo el poblado.

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