Los curas cubanos están cansados de "dos tipos de dictaduras: la eclesiástica y la gubernamental"
Un sacerdote en Miami publica una carta de apoyo al padre camagüeyano Alberto Reyes
La Habana/Fernando Heria, sacerdote de la ermita de la Caridad, de Miami, difundió en sus redes sociales un mensaje en el que se solidarizaba con el padre Alberto Reyes, párroco de la iglesia de San Jerónimo, en Esmeralda, Camagüey, que el pasado 1 de noviembre publicó en su muro de Facebook un texto en el que lamentaba el miedo y la opresión que sufren los cubanos, además de criticar el silencio de la curia eclesiástica.
"Comparto los gritos de hambre y sed de justicia que un hermano sacerdote, el padre camagüeyano Alberto Reyes, ha valientemente gritado en nombre de todos los hijos de la patria, desde las gargantas de nuestros patriotas: Mariana Grajales, José Martí, Carlos Manuel de Cespedes, Máximo Gómez, Antonio Maceo y tantísimos otros hermanos, un firme grito por la libertad y la dignidad de los hermanos", dice Heria en su texto, hecho público el lunes.
"Por años en cada visita ad limina [la que deben realizar los obispos cada cierto tiempo a Roma] con el papa, siempre preguntan: ¿por qué hay tantos sacerdotes cubanos que dejan su patria y van a servir en la diáspora?", continúa este padre. "A lo que los obispos cubanos, siempre han respondido injustamente: por la atracción del dinero. ¡Basta ya de tantas farsas!", clama con firmeza.
"Comparto los gritos de hambre y sed de justicia que un hermano sacerdote, el padre camagüeyano Alberto Reyes, ha valientemente gritado en nombre de todos los hijos de la patria"
Heria explica que si los curas se quedan en la diáspora lo hacen porque "están cansados de estar viviendo bajo dos tipos de dictaduras: la eclesiástica y la gubernamental", y agradece al padre Alberto Reyes "poner sobre lo claro lo que este cura (yo) viene diciéndole a los obispos cubanos, que es su falacia, respecto a ustedes los curas con olor a ovejas, quienes son la única esperanza de un noble pueblo que espera, espera y espera por su libertad y el respeto a su dignidad de ser".
La misiva termina con un llamamiento a los 17 obispos cubanos, tanto ordinarios como eméritos, para gritar "basta ya" y pedir que "dejen libre a nuestro noble pueblo cubano por amor a Dios y a la patria".
En su publicación del pasado domingo, el padre Alberto Reyes lamentaba sufrir "el silencio de mis obispos". "No es verdad que la Iglesia no ha hablado, no es verdad, porque la Iglesia somos todos, y muchos laicos, sacerdotes, religiosas, incluso algún obispo en lo personal, hemos dicho lo que pensamos y lo seguimos diciendo", continuaba el sacerdote, que pedía claramente: "Este país necesita un cambio, necesita una transición, necesita vivir y dejar de arrastrar la existencia, y en este momento, en mi opinión, solamente la Iglesia católica está en condiciones de liderar un diálogo y de proponer una transición".
Por eso, concluía Reyes, "este pueblo mira a los obispos, y espera una postura clara a favor de la justicia, de la libertad, del Evangelio en definitiva".
Reyes es uno de los tres sacerdotes cubanos que en las últimas semanas se ha pronunciado de manera muy crítica con la situación social y política dentro de la Isla. El primero fue Jorge Luis Pérez Soto, párroco de San Francisco de Paula, en el municipio de Diez de Octubre, en La Habana, quien a finales de octubre en una homilía aseguró que "el católico no puede ser apolítico, esa es una palabra mentirosa que de lo único que habla es de cobardía".
Las varias declaraciones de sacerdotes dentro y fuera de la Isla ocurren pocos días antes de la celebración bianual de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba
"Cuando un gobernante no está dispuesto a dimitir, no está dispuesto a quitarse de enmedio por el bien común, por el bien de su pueblo, por el bien de su sociedad, ese César es un tirano", afirmó Pérez en una misa dominical.
Pocos días después, el padre Laureano Hernández Sasso lamentó la sordera de los dirigentes cubanos. "¿Por qué tenemos que mendigar? ¿Por qué el presidente Miguel Díaz-Canel habla y habla y nunca dice nada? ¿O es que tenemos que decirle a nuestro presidente que no podemos seguir así?", escribió el sacerdote en su cuenta de Facebook.
En el pasado, varias declaraciones firmadas por los obispos cubanos han levantado ronchas en el oficialismo. Una de las más conocidas fue la carta pastoral "El amor todo lo espera", rubricada por la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba en septiembre de 1993, durante uno de los años más duro de la crisis económica tras la caída del bloque socialista de Europa del Este.
"La lucha por la justicia no es una lucha ante la cual uno pueda quedarse neutral, porque esto equivaldría a ponerse a favor de la injusticia", consideraban los obispos en aquella carta que fue frontalmente criticada por los voceros oficiales, entre ellos el periodista Lázaro Barrero, que la tildó de tener "título de telenovela".
Dos décadas después, los obispos publicaron otra carta pastoral titulada "La esperanza no defrauda", leída en todos los templos del país y que hacía una profunda valoración de la Cuba de ese momento: "Una nueva generación de cubanos, nacida en estas últimas décadas, tiene su propia interpretación de nuestra realidad, con sus aspiraciones e intereses propios, diferentes de los que tuvieron sus antecesores. Esta generación vive con el firme deseo de que no sólo el presente sea mejor que el pasado, sino que el futuro sea mejor que el presente", escribieron.
Las varias declaraciones de sacerdotes dentro y fuera de la Isla ocurren pocos días antes de la celebración bianual de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba, un encuentro del que muchos feligreses y miembros de la Iglesia esperan que salga un pronunciamiento sobre la aguda crisis que vive el país.
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