"Se está cayendo La Habana y al Gobierno no le importa"

La Habana/Las lluvias y el granizo no fue lo único que cayó este miércoles en La Habana. De nuevo, en la capital, una construcción se vino abajo, en concreto, la última planta de un edificio de tres niveles en San Lázaro esquina Genios.

"Por suerte estaba despierto, porque si llega a ser más tarde, no lo cuenta". Los vecinos del lugar, reunidos frente al inmueble en ruinas, comentaban este jueves el suceso, acaecido sobre las 9:15 de la noche anterior.

A esa hora, el techo de la planta superior, donde vivían un muchacho y su madre, cedió, cayendo sobre el departamento y el balcón, que que se llevó también por delante a los balcones del piso de abajo.

El joven, que se encontraba solo en casa, alcanzó a ver cómo cedían las vigas y se refugió debajo de una mesa. "Eso fue lo que le salvó la vida", cuenta una de las vecinas, quien refiere que otro de los residentes llegaba en ese momento a su casa del trabajo cuando sucedió el estruendo. "Un vaso de agua le dio tiempo a beber, y su mujer salió blanca del susto".

Uno de ellos, precisamente, llevaba días preocupado por el temporal, porque el balcón superior estaba en muy malas condiciones

Era algo que los vecinos esperaban con pánico. Uno de ellos, precisamente, llevaba días preocupado por el temporal, porque el balcón superior estaba en muy malas condiciones. "El intendente tenía conocimiento, el delegado... todo el mundo, pero no hacen nada".

Dos mujeres, que viven en un edificio cercano, también muy deteriorado, comentaban que están aterradas, que no pueden dormir, que tampoco tienen alternativa de vivienda y que, mientras tanto, el Gobierno se cruza de brazos.

"Esto va a ser una cadeneta, se va a caer uno detrás de otro", decía una de ellas. "Al Gobierno no le interesa que se esté cayendo La Habana", replicaba la otra. En ese justo momento, apareció un joven oficial de policía, con una tablilla en la mano, que se puso a conversar en voz baja con un hombre. De inmediato, los vecinos guardaron silencio.

Solamente esperan a que al menos llegue una grúa a terminar de tumbar "unos muros y unas paredes que peligran, que están muy rajadas". Estas, detallaron, se han ido deteriorando no solamente por la falta de mantenimiento, sino por la vibración que producen los ómnibus que pasan por San Lázaro, una de las arterias de La Habana, que conecta El Vedado con La Habana Vieja y discurre buena parte por Centro Habana.

A pesar de ello, las autoridades no han cerrado el tráfico en ese tramo, y los restos del derrumbe continúan en la acera.

A diferencia de las calles más turísticas, como las de la Plaza de la Revolución o la avenida del Malecón, San Lázaro lleva décadas sin recibir reparaciones. La cercanía al mar se ha juntado con la falta de mantenimiento para acelerar un deterioro que es más profundo a partir de la esquina con Belascoaín y hasta las cercanías del paseo del Prado.

El derrumbe de este miércoles se ubica justo en uno de los tramos más dañados, el que se halla desde el inicio de la avenida hasta la calle Galiano.

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