Los cementerios hablan en Cuba: las muertes por covid no encajan con las cifras oficiales
Tumbas improvisadas y sepultureros que no abasto conforman el coro de los sepulcros del coronavirus en la Isla
La Habana/Los cementerios son lugares para el silencio, pero en Cuba los camposantos parecen estar hablando alto y claro en los últimos meses y diciendo aquello que las estadísticas oficiales no reflejan sobre la pandemia. Ampliaciones a la carrera, tumbas improvisadas y sepultureros que no logran dormir una madrugada completa conforman el coro de los sepulcros del covid-19 en la Isla.
No hay forma de medir las muertes por el coronavirus en Cuba. Los datos oficiales fallan, según reconoció hace meses el ministro José Ángel Portal Miranda, porque las autoridades contabilizan a quienes cuentan con una PCR positiva en el momento de morir, pero esta prueba ni siquiera a veces llega a tiempo. Sin embargo, los cubanos saben que los datos de fallecimiento están disparados y ya se han cansado de escuchar a sus conocidos reportar nuevos decesos de este o aquel colega.
Los únicos números que permiten, por el momento, acercarse a las cifras de la pandemia son los que la prensa provincial va dando del aumento de enterramientos. Este lunes, el diario Escambray revelaba que los enterramientos se han duplicado desde el pasado año en el cementerio de la ciudad de Sancti Spíritus.
Los datos oficiales fallan, según reconoció hace meses el ministro José Ángel Portal Miranda, porque las autoridades contabilizan a quienes cuentan con una PCR positiva en el momento de morir
El diario detalla que en los siete primeros días de septiembre, la media de fallecidos estaba por encima de 41 (288 personas). En los ocho primeros meses de 2020 fallecieron 3.202 (8,7 diarias) mientras que en el mismo período de este año lo hicieron 4.199 (17 al día). Además, el texto especifica que han debido realizarse enterramientos de noche dado el alza en el número de decesos. Por comparar el dato con un año anterior a la pandemia, en julio de 2019 se realizaron 107 enterramientos, mientras en el mismo mes de este año se produjeron el doble: 226.
Aunque el dato no sirve para saber cuántas muertes por coronavirus se producen, ya que hay fallecimientos por otras enfermedades derivados del colapso hospitalario y la escasez de fármacos para enfermos crónicos además de las que se producirían en circunstancias normales, sí ofrece pistas de cuál es la situación en la provincia. Y no es la única.
La pasada semana, El Artemiseño informó de que 535 personas murieron en julio en la provincia de Artemisa, unas 17 como promedio diario. Sin mencionar una cifra exacta para todo el mes, el medio oficial precisó que en agosto hubo picos de hasta 97 muertes en una sola jornada. Salud Pública, en cambio, registró que "entre julio y agosto, 186 personas fallecieron a causa de covid-19".
Entre los municipios que más defunciones reportan en el primer semestre de 2021 se encuentran Artemisa, con 455, 63 más que en igual período del año pasado, y San Antonio de los Baños, con 270, frente a los 221 de los primeros seis meses de 2020.
Funcionarios de Higiene, Áreas Verdes y Necrología de la provincia afirmaron que con "el aumento de casos graves y críticos" de coronavirus, así como de personas con secuelas de la enfermedad, se incrementaron los servicios necrológicos.
"Tratamos de priorizar a quienes tienen al difunto en casa, debido a la difícil situación si conviven con adultos mayores o pequeños; por eso tardamos más en recoger a quienes perecen en centros sanitarios"
Otros datos de los servicios funerarios dan una idea de cómo se comportan las muertes en ese territorio: "Nuestra fábrica de sarcófagos no es capaz de producir lo necesario. Por diversas causas, a veces en un día tenemos entre 70 y 80 fallecidos, y producimos 25. Con esfuerzo llegamos a 30. Hemos necesitado ayuda y aumentamos la plantilla de cuatro a diez tapiceras para poder cumplir", reveló Maura Cinta Jaim, jefa de servicios necrológicos en la provincia.
Cinta Jaim dijo también que muchas veces se acumulan fallecidos tanto en hospitales como en las viviendas. "Tratamos de priorizar a quienes tienen al difunto en casa, debido a la difícil situación si conviven con adultos mayores o pequeños; por eso tardamos más en recoger a quienes perecen en centros sanitarios". Eso sí, la funcionaria aclaró que las capacidades en los cementerios de Artemisa se agotaron y muchos cadáveres "han quedado sin otra opción que la tierra".
Otro funcionario del gobierno provincial precisó que "no hay fosas comunes en Artemisa", aunque ha tocado expandir las necrópolis "de manera rápida, para garantizar una justa sepultura". "Es cierto que hemos tenido que inhumar en la tierra, a veces incluso en hoyos cavados por los propios sepultureros. Pero cada muerto ocupa un lugar diferente", expuso Joyce Díaz Cecilia, subdirector de Infraestructura e Inversiones.
Sobre lo mismo insistió Raúl Navarro, director provincial de Servicios Comunales de Sancti Spíritus. Aseguró que en ese territorio no tienen "ni fosas comunes ni cementerios paralelos o alternativos. No creemos que se precisen, por difícil que sea la situación; no vamos a recurrir a esa variante". Además se trabaja en la construcción de 850 bóvedas en la necrópolis principal de la provincia y se terminaron 600 nichos, y al terminar el año deben sumarse 1.250 nichos más.
"Levantaban los nuevos nichos mirando los que quedaban por ocupar. La velocidad de las muertes definía el ritmo de trabajo"
El panorama se repite en la provincia de Villa Clara. Un artículo publicado a finales de agosto pasado en la prensa local daba cuenta de un "terrible ajetreo" en el cementerio de Santa Clara. "Por las mañanas trabajan todos, tres o cuatro se marchan al mediodía para regresar por la noche, y descansar al día siguiente", explicaba el texto.
El texto reconoce que "a pesar de que la media histórica de fallecimientos crece en el mes de agosto, este año se cuadruplicaron los servicios necrológicos en Villa Clara", un crecimiento que no se ha visto representado en toda su magnitud en las cifras oficiales de fallecimientos en la provincia.
En la cercana provincia de Ciego de Ávila en el mismo mes de agosto, Invasor informaba que se registraron días de entre 50 y 70 fallecidos en la capital. Ante el aumento de muertes, una brigada constructora de la empresa de Servicios Comunales realizó la ampliación del camposanto. "Levantaban los nuevos nichos mirando los que quedaban por ocupar. La velocidad de las muertes definía el ritmo de trabajo", refirió el medio oficial.
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