En los centros de Salud Pública en Cienfuegos "no hay nada ni nadie" para atender a los enfermos

En las ciudades la situación no es tan dramática como en los pueblos pequeños y comunidades aisladas

El policlínico José Luis Chaviano está situado a pocos metros del embarcadero del Muelle Real.
El policlínico José Luis Chaviano está situado a pocos metros del embarcadero del Muelle Real. / 14ymedio
Julio César Contreras

16 de noviembre 2024 - 17:27

Cienfuegos/El deterioro de las instalaciones de Salud Pública, a ojos de los residentes en Cienfuegos, toma ribetes críticos. Desde los pequeños consultorios del médico de la familia que están dispersos por toda la ciudad, hasta los hospitales, la escasez de profesionales e insumos es una realidad evidente que empeora con los meses.

Muchos de los consultorios que se construyeron entre los años 80 y 90 del siglo pasado venían equipados con varios salones (de espera, consulta y revisiones, además de baño) y dos viviendas para que pudieran instalarse, de forma permanente, un médico y una enfermera con sus familiares. Con el tiempo las casas pasaron a ser de los descendientes de los primeros sanitarios, sin importar si otros atendían la consulta. Hoy, muchos de estos inmuebles están cerrados porque, no solo las familias han emigrado, sino que la escasez de profesionales hace imposible mantener activos todos los centros.

En las ciudades la situación, que los vecinos de Cienfuegos describen como mínimo de “desoladora”, no es tan dramática como en los pueblos pequeños y comunidades aisladas. Al menos en las capitales de provincia algunos médicos hacen rondas y visitan el consultorio una vez por semana. No obstante, los locales apenas sirven para “conseguir un método para faltar al trabajo, alguna receta y, si el médico trae su propio equipo, tomarse la presión”.

Casi siempre la recepción está vacía, sin siquiera un custodio cerca.
Casi siempre la recepción está vacía, sin siquiera un custodio cerca. / 14ymedio

En el siguiente nivel están los policlínicos, que no se encuentran en mejor estado. En el José Luis Chaviano, “solo mirando la fachada ya uno adivina lo que le espera dentro”, valora Vilma, una vecina de Pueblo Nuevo, donde está ubicado el centro de salud. “No me queda más remedio que venir a inyectarme dos veces al día. A veces espero a la enfermera, que fue hasta su casa o a resolver algún problema personal. Casi siempre la recepción está vacía, sin siquiera un custodio cerca. Y, además, tengo que traer jeringuilla, aguja, ámpula y algodón”, resume la jubilada. 

La mujer, que también padece de asma, explica que hasta hace un tiempo se podía ir al policlínico, por lo menos, para darse un aerosol. Sin embargo, en la instalación ya no hay disponibles los balones de oxígeno necesarios para atender a todos los pacientes que llegan solicitando ese tratamiento, aunque se observe, con cierta frecuencia, un camión descargándolos. “A mí no me consta que estén haciendo negocios ilícitos con un asunto tan delicado, pero sí es muy sospechoso que se descarguen los insumos y después desaparezcan. Si llegaron hasta aquí, ¿a dónde van a parar entonces?”, cuestiona. 

Situado a pocos metros del embarcadero del Muelle Real, el policlínico tiene categoría de Universitario, aunque rara vez reciba a estudiantes de medicina y enfermería, cada vez más escasos en la Isla. Por el contrario, no es raro encontrarse “un sólo médico de guardia, cuya especialidad es escribir certificados para ausencias laborales y recetas para medicamentos en falta”, opina Vilma. “Ya los enfermos van directamente al hospital, porque saben que allí no van a encontrar lo que buscan”, añade. 

Las consultas externas prácticamente han desaparecido porque hay un déficit enorme de doctores.
Las consultas externas prácticamente han desaparecido porque hay un déficit enorme de doctores. / 14ymedio

Consultada por 14ymedio, una recepcionista del José Luis Chaviano asegura que las consultas externas prácticamente han desaparecido “porque hay un déficit enorme de doctores en todas las especialidades, y los pocos que quedan los mandaron para el Hospital Provincial”. La mujer no conoce a ciencia cierta el estado de otros policlínicos, pero siendo el suyo “tan céntrico”, lo lógico es que el resto esté “igual o peor”. “Específicamente en esta área de salud hay una carencia muy grande, tanto de equipamiento, como de personal. Hasta las paredes tienen moho y los pisos están sucios, pues es difícil que alguien acepte trabajar de auxiliar de limpieza por un salario tan bajo. Resultado: No hay nada ni nadie”, enfatiza. 

Hasta la lucha antivectorial, compara la empleada, que atraía a muchos estudiantes y fumigadores a los alrededores del policlínico, para erradicar principalmente al mosquito aedes aegypti, “dejó de hacerse hace tiempo”.

Gabriel, un cienfueguero que lleva “meses cayéndole atrás a los dentistas” del Hospital Provincial para que manden a hacer un procedimiento, tampoco tiene buena opinión de este centro, el más importante de la ciudad. “Mi nuera trabaja en una clínica privada y me dijo que me va a ayudar a hacerme una prótesis, pero necesito primero que en el Provincial analicen mi caso y me indiquen el tratamiento para que ella, entonces, pueda ayudarme”, resume.

“El problema es que no tienen equipos ni especialistas de nada, y solo están haciendo extracciones”, asegura Gabriel. Según cuenta el anciano, su nuera pasó un tiempo de sus prácticas como estudiante en el propio hospital y ya entonces “no había ni agua para lavarse las manos”. “Fue decepcionándose poco a poco de todo eso”, relata, “y al final se fue antes de que la señalaran como desafecta por sus continuas quejas". 

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