Del ciberespacio a la moringa
La Habana/La firma de 29 documentos entre el Gobierno de Cuba y diferentes instancias oficiales y empresariales de la República Popular China, con motivo de la visita a la Isla de Xi Jinping, ha despertado muchas expectativas entre los cubanos. Una de las cosas que más llamó la atención fue la transmisión en el noticiero de la televisión de la ceremonia de firma de dichos documentos, la cual se pudo ver con todos sus aburridos detalles protocolares. Un desfile de ministros y empresarios pasó frente a la mesa colocada en un salón del Consejo de Estado que tenía de fondo un enorme vitral titulado Sol de Nuestra América, bajo la atenta mirada de los presidentes de ambos países.
Mientras el locutor de la televisión, devenido maestro de ceremonias, iba desvelando la naturaleza de los documentos rubricados y decía los nombres y cargos de los firmantes, resultaba difícil darse cuenta de lo que realmente estaba ocurriendo. ¿Qué diferencia hay, se preguntaban muchos, entre un memorándum de entendimiento, un canje de notas, acuerdos marcos, convenios de cooperación,contratos comerciales, acuerdos de financiamiento? ¿Cómo poder discernir la jerarquía que distingue a un convenio de intercambio de un programa ejecutivo? ¿Cuál es la diferencia básica entre un Convenio Marco y un memorando de cooperación?
Lo que sí entendió todo el mundo fue que el gigante asiático otorgará créditos, hará donativos e inversiones en ramas muy sensibles. Ejemplo de ello es lo relacionado con el ciberespacio, las comunicaciones, la televisión digital, el mejoramiento del puerto de Santiago de Cuba, el suministro de materias primas para la producción de níquel, la perforación de petróleo y la construcción de un complejo inmobiliario asociado a un campo de golf.
El resto, sin ánimo de restarle importancia, es relleno y ahí se incluyen algunos metros contadores de agua, jóvenes chinos aprendiendo español en Cuba, líneas de envasado, algunos efectos de oficina y medios de transporte.
Pesquisando las ausencias, al menos entre los 29 documentos, no se escuchó nada sobre el incremento del turismo, ni una palabra sobre el megaproyecto del Mariel y nada parecido a "Acuerdos de libre comercio" como los que tiene China con otros países de América Latina.
Quiso la casualidad —o la benevolencia—, que el 13, ese número tan significativo para el expresidente cubano, apareciera encabezando el Acuerdo Marco sobre el establecimiento de la Granja Demostrativa Agropecuaria Cuba-China suscrito por los ministros de Agricultura de ambos países y que tiene entre sus objetivos la cooperación "para la ciencia y la tecnología de la Moringa, de Morera y Gusano de Seda". Lo que se dice, un detalle, que no por pequeño ha de pasar inadvertido.
