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El choque entre dos trenes provoca un derrame de petróleo en Sancti Spíritus

El accidente ocurrió a apenas 15 kilómetros de donde descarriló otra locomotora el pasado abril

Las autoridades no han dado más detalles sobre el siniestro. / Escambray
14ymedio

07 de diciembre 2024 - 17:17

La Habana/La Línea Central de Ferrocarriles, donde se han reportado varios accidentes ferroviarios en los últimos meses, volvió a ser el escenario la mañana de este sábado del choque entre dos trenes. Según la escasa información ofrecida por la prensa estatal, uno de los vehículos cargaba petróleo, que terminó derramado en parte el daño en uno de los vagones cisterna.

El impacto ocurrió en el kilómetro 349 de la Línea Central –la columna vertebral de los ferrocarriles cubanos–, que se ubica en el Elevado de Guayos, en el municipio de Cabaiguán, Sancti Spíritus, y se dio entre un tren de carga procedente de la Zona Especial de Desarrollo Mariel con destino a Camagüey y otro que había salido de Ciego de Ávila transportando el crudo que sería procesado en la refinería espirituana Sergio Soto.

Ambos vehículos sufrieron daños, pero el procedente de Ciego de Ávila terminó con uno de los vagones cisterna dañados, lo que provocó una fuga del crudo. En la escena estaba presente un comando de bomberos que roció espuma sobre la locomotora destruida y el crudo derramado. Según Escambray, los vecinos de la zona debieron ser puestos a resguardo.

En las imágenes difundidas por el periódico local y también por vecinos de la zona se ven los daños en al menos una de las locomotoras, el volcado de un vagón y el derrame de combustible que intentaban contener. Un camión cisterna de la estatal Cupet también ha llegado hasta el lugar del accidente para auxiliar en el trasvase de crudo.

El resto de la información es escasa, y el periódico se limita a aludir a las autoridades del Partido Comunista y el gobierno local presentes en la zona del accidente. “Se trabaja por restablecer el tráfico por esta vía férrea. No se reportan pérdidas de vidas humanas. Se investigan las causas del lamentable accidente”, zanja Escambray.

El tramo de la Línea Central que abarca Sancti Spíritus ha sido especialmente problemático el último año. El pasado abril una locomotora que también trasladaba crudo hacia la pequeña refinería Sergio Soto descarriló en el kilómetro 364 –a apenas 15 kilómetros del lugar del accidente de este sábado– y dificultó no solo el funcionamiento de la industria, sino el paso de trenes de pasajeros hacia Santiago de Cuba. Entonces las autoridades anunciaron una reparación “titánica” en el segmento, crucial en el traslado de combustibles.

En esa ocasión, Cupet tuvo que acudir a limpiar el derrame de combustible provocado por el vuelco de los vagones.

A finales de septiembre otra locomotora descarriló en la Línea Central, esta vez en el municipio matancero de Jovellanos. La máquina arrastraba tres coches de pasajeros cuya salida de los rieles en el kilómetro 149,2 interrumpió la circulación de las rutas que utilizaban esa misma línea. Una nota de las autoridades subrayó que la evacuación fue posible por el “apoyo” del Partido y el gobierno provincial, pero no se aclaró la causa del siniestro.

A muy poca distancia, en el kilómetro 151, descarriló el pasado septiembre una locomotora

A muy poca distancia, en el kilómetro 151, descarrilaron el pasado 11 de septiembre tres vagones de los 16 que llevaba una locomotora. El suceso fue casi en todo idéntico al ocurrido en Jovellanos. Tampoco entonces se reportaron heridos y la circulación quedó bloqueada. Cada vez que un accidente interrumpe esta ruta las consecuencias son graves, dado que la Línea Central conecta La Habana con Santiago de Cuba, y una parada de ese calibre provoca la cancelación o el retraso de la mayoría de los trenes de la Isla.

El mal estado de los ferrocarriles, en los que se trasladan muchos cubanos debido a la escasez de transporte interprovincial, mantiene en vilo a muchos viajeros. Las autoridades, por su parte, se cuidan de aclarar si estos descarrilamientos se deben al mal estado de las vías o de los trenes y las promesas de investigaciones nunca recaban respuestas. Tanto las máquinas como las líneas, no obstante, se encuentran en estado crítico, lo que ha llevado al Gobierno a aplaudir como un hito cada vez que una nueva ruta –o una en desuso– se inaugura.

Según expuso el pasado marzo en la Mesa Redonda Lisvany Fernández Rivero, director general en funciones de la Administración de Transporte Ferroviario, el 67% de las vías y el 40% de las infraestructuras necesitan mantenimiento. Desde entonces la situación, al menos en la arteria principal, parece haber empeorado.

 

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