Cienfuegos, una ciudad que muere al atardecer

La variedad de opciones de entretenimiento es nula en la ciudad y, si hubiera alguna, es probable que la gente no se la pueda permitir, asegura un residente

Las esquinas y parques, que se llenaban de niños jugando al fútbol y de adultos echando una partida de dominó, permanecen vacías
Las esquinas y parques, que se llenaban de niños jugando al fútbol y de adultos echando una partida de dominó, permanecen vacías / 14ymedio
Julio César Contreras

29 de septiembre 2024 - 20:04

Cienguefos/La monotonía en la que se sumen después de las tres de la tarde las calles de Cienfuegos hubiera sido inimaginable pocos años atrás. Las esquinas y parques, que se llenaban de niños jugando al fútbol y de adultos echando una partida de dominó, este sábado permanecen vacías. Los trámites y compras se realizan antes del mediodía y, después, cuando la ciudad se apaga, solo quedan en las avenidas mendigos y perros callejeros. 

"Yo he vivido en esta ciudad 71 años y nunca la vi tan muerta como ahora. La gente habla mal de la época de capitalismo en Cuba pero antes, en esta misma calle 54, uno podía comer y tomar lo que quisiera", comenta Julio, un anciano que ha pagado 20 pesos por una pequeña taza de café en las afueras del hotel El Español. "Esto es prácticamente chícharo con agua, pero la jubilación no me da para pagar el café a 60 o 100 de otros lugares", cuenta el hombre.

Gabriela comparte la sensación de que el tiempo avanza lento y sin nada interesante que hacer
Gabriela comparte la sensación de que el tiempo avanza lento y sin nada interesante que hacer / 14ymedio

Julio se queja de que, apenas pasa el mediodía, incluso los comercios estatales cierran. Según explica, la variedad de opciones de entretenimiento es nula en la ciudad y, si hubiera alguna, es probable que la gente no se la pueda permitir. Con el anciano coincide Olivia, cuya visita a la oficina de Etecsa –en pleno horario laboral– fue infructuosa. "Esta gente a las 4:00 de la tarde ya están cerrados y los sábados abren hasta las 11:30 de la mañana, nada más. Con mis horarios de trabajo me es imposible resolver cualquier trámite con ellos", recalca. 

Según Olivia, hasta hace algún tiempo todavía a las 7:00 de la noche quedaban instituciones abiertas, pero la pandemia fue el pretexto ideal para restringir horarios laborales y dificultar más aún la vida a los cienfuegueros. 

"Ya es imposible salir de noche por los apagones y la falta total de transporte público. A eso se le suman las escasas opciones culturales y el precio elevadísimo de cualquier producto. Así no puede tener uno ni  un paseo en familia", cuenta la mujer a 14ymedio

Julio se queja de que, apenas pasa el mediodía, incluso los comercios estatales cierran
Julio se queja de que, apenas pasa el mediodía, incluso los comercios estatales cierran / 14ymedio

Julio sabe bien de lo que habla Olivia. "En mis tiempos la gente iba a bailar danzón, compartía un rato en la Casa de la Música o se divertía en el cabaret Tropisur. Si estabas aburrido, te dabas una vuelta por el hotel Jagua o por cualquier centro recreativo de Punta Gorda. Hoy lo único que podemos hacer es recordar esa época", rememora. 

Gabriela, la nieta universitaria de Julio, no está interesada en las actividades que hacía su abuelo en su juventud. Sin embargo, comparte la sensación de que el tiempo avanza lento y sin nada interesante que hacer. "¿Qué voy a hacer? ¿Sentarme en El Prado hasta que pongan la corriente por la madrugada? ¿Salir un domingo para encontrarme todo cerrado y la calle vacía? ¿Exponerme a que me asalten para robarme en medio de la oscuridad del malecón? Para eso mejor me quedo en mi casa", sentencia.

A sus 21 años, la joven espera poder irse pronto de Cuba con el parole que le puso su padre desde EE UU. “Cuando me vaya voy a aprovechar el tiempo e ir al cine, que nunca he ido, y a discotecas y parques de diversiones. Pero mientras esté aquí, mejor me entretengo en el celular”, zanja.

Los trámites y compras se realizan antes del mediodía y, después, cuando la ciudad se apaga, solo quedan en las avenidas mendigos y perros callejeros
Los trámites y compras se realizan antes del mediodía y, después, cuando la ciudad se apaga, solo quedan en las avenidas mendigos y perros callejeros / 14ymedio

La opinión de la muchacha la comparten muchos más cienfuegueros, que abandonan las calles apenas cae el sol. "Si vas a un cajero automático a extraer efectivo, no hay dinero. Si quieres tomarte un refresco, está caliente. Hay una negatividad y una incompetencia tan grande, que la convivencia resulta imposible", se queja Gabriela, con la incertidumbre de no saber en qué transporte se irá para su casa, cerca del barrio de Tulipán. 

A la memoria de vecinos regresa la etapa en la que jóvenes –y no tan jóvenes– amanecían caminando por El Prado, después de haber pasado toda la madrugada en algún centro nocturno o en el malecón, compartiendo entre amigos. Atrás quedaron los conciertos en el Teatro Terry, las tertulias en los museos y las peñas de trovadores en sitios acogedores. Mientras el discurso oficial asegura que la ciudad irradia vida, el caminante únicamente se encuentra con un perro callejero ladrándole a la noche.

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