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En Cienfuegos, un Festival de Música deslucido y un reguetonero que se lleva todo el público

Problemas con el audio, retrasos, poca variedad de artistas y el desgano de la audiencia marcaron el evento

El concierto del reguetonero Oniel Bebeshito de la semana pasada atrajó a más público que el propio festival / Bebeshito/Instagram
Julio César Contreras

30 de junio 2024 - 17:02

Cienfuegos/La fachada iluminada del teatro Tomás Terry parecía este sábado un faro en medio de una ciudad de calles y viviendas sumidas en la oscuridad debido a los largos apagones. En el interior de la más importante sala de conciertos de la provincia, el Festival de Música Cienfuegos Ciudad del Mar ha dado paso, entre el 28 y el 30 de junio, a un verano que se pronostica con más motivo de preocupación que razones para el festejo.

Si el evento, ampliamente promocionado por la prensa oficial, buscaba dar una impresión de alegría veraniega y vitalidad cultural, en su lugar deja un sabor diferente en el público que ha asistido a sus presentaciones. Los problemas con los equipos de audio, los constantes retrasos en el comienzo de los espectáculos, la poca variedad de los artistas y el desgano de la audiencia marcaron el paso de un Festival que es parte de la campaña "Modo Verano" que ha lanzado el Gobierno para los meses de vacaciones escolares.

Las costuras comenzaron a notarse desde antes de que se levantara el telón. El pasado miércoles en la mañana, en la taquilla del Tomás Terry, se inició la venta de entradas para las presentaciones de los artistas y agrupaciones, entre los que estaban desde músicos muy populares al estilo de Alexander Abreu y Havana D'Primera, pasando por Raúl Paz hasta llegar a figuras que destacan más por su incondicionalidad al régimen, como Arnaldo y su Talismán y Annie Garcés.

Las entradas al interior del teatro oscilaban entre los 150 y los 200 pesos

En una ciudad que ha visto caer en picada sus ofertas culturales, el anuncio del Festival provocó alguna expectación entre personas como Marta, profesora universitaria y residente en las cercanías del Tomás Terry. "Una posibilidad de entretenimiento sin tener que transportarse lejos", cuenta a 14ymedio la cienfueguera. Cuando llegó a comprar las entradas, supo que para el interior del teatro costaban 150 pesos y para el segundo piso del complejo, en la Sala Ateneo Armando Suárez del Villar, eran 200.

"No es caro si se compara con lo que cuesta ahora entrar a un bar privado de esos que tienen espectáculos nocturnos, pero está claro que ya no es como antes que hasta la gente más humilde podía entrar al teatro, ahora hay que pensárselo más", añade Marta. "Al final me salió más caro porque tuve que comprar las entradas por la izquierda. Después de una hora en la cola, la empleada se demoraba como diez minutos entre un cliente y otro. No podía esperar y me fui".

Aquel retraso inicial sería la tónica que marcaría prácticamente cada espectáculo en cartelera. Aunque estaba previsto que las entradas para los cinco espacios establecidos como sedes del Festival se vendieran en diferentes instituciones, el mecanismo apenas llegó a funcionar o comenzó tardíamente, como la comercialización de los boletos en la Universidad Camilo Cienfuegos que inició a deshora cuando ya habían comenzado las actividades.

La poca asistencia marcó parte de las presentaciones del Festival / 14ymedio

Con el lema de "fiestón del verano", el Festival incluyó también presentaciones del trovador Adrián Berazaín, el músico Will Campa y de la cantante Eme Alfonso junto a su grupo. Sin embargo, la asistencia a estos espectáculos distó mucho de acercarse a la masividad y entusiasmo que convocó el concierto del reguetonero Oniel Bebeshito en Cienfuegos la semana pasada. Sin cobertura en los medios locales y ajena al Festival de Música Cienfuegos Ciudad del Mar, la presentación del músico urbano arrastró a miles de jóvenes que compartieron sus estribillos y bailaron sus temas más populares.

No tuvieron, ni por asomo, igual recibimiento, algunas figuras incluidas en la parrilla del evento oficial de bienvenida al verano, como Annie Garcés, la cantante bautizada popularmente como "la de los 62 mil milenios" debido a su participación en la canción Patria o Muerte por la Vida, un himno creado por el régimen para contrarrestar al tema Patria y Vida que se ha convertido en los últimos años en la banda musical de los deseos de cambio en la Isla.

"Ella ha cogido como trampolín cualquier oportunidad política que se le presenta. Así llegó al programa televisivo Cuerda Viva y así la tenemos en Cienfuegos hoy", lamentaba este sábado Boris, un joven estudiante que asistió a varios espectáculos. "Solo me han interesado las presentaciones de Toques del Río y de Raúl Paz. La convocatoria al Festival ha sido muy pobre y algunos de los artistas que invitaron tampoco arrastran mucho público".

Los cortes eléctricos, multiplicados en toda la Isla tras la salida de servicio de la termoeléctrica Antonio Guiteras, tampoco dieron tregua al evento. El pasado viernes, Alicia, una cienfueguera jubilada, asistió al Taller del Artista, en la calle de La Mar, para ver al Conjunto Folklórico de Cienfuegos. "Resulta que a las 5:30 pm no había corriente y por eso el espectáculo empezó tarde", cuenta a este diario. "Pensaba quedarme para disfrutar la actuación de los Mariachi Los Reyes, pero como todo el horario se corrió, tuve que irme". 

Para otros, el bolsillo fue la principal limitación, como el caso de Ignacio, también pensionado: "Hubiera querido asistir a la Sala Ateneo del Teatro Terry, pero allí el trago más barato cuesta 250 pesos y la cerveza nacional 300 pesos". Para entrar, junto a su esposa, a uno de los conciertos en ese local tendría que haber multiplicado por dos todos los costos de consumo o "estar con la boca seca, sin consumir". Ambos optaron por "coger fresco en el parque" para, de paso, escapar del corte eléctrico que azotaba su barriada. 

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