"No hay comparación con las tiendas estatales: las 'mipymes' son más caras, pero cumplen"

La Habana/"Quería hacer la barra de la cafetería de mármol y aquí las empresas estatales casi no lo trabajan y cuando lo hacen es para hoteles o para oficinas oficiales", cuenta a 14ymedio Walterio, propietario de una cafetería en la calle La Rosa, en el municipio de Cerro. El pequeño negocio de este habanero de 68 años estuvo cerrado durante toda la pandemia y tras la reapertura "necesitaba nuevos aires, cambiar su imagen anterior".

"Contraté a una mipyme que trabaja el granito, el mármol y también pule los pisos", detalla Walterio. Con el sugerente nombre de Capitel S.R.L, la pequeña empresa tomó en sus manos la renovación de la cafetería. "El precio es alto, para una familia que quiera renovar su cocina quizás resulta impagable, pero si el cliente tiene un negocio del que saca dinero, como yo, las cuentas sí que dan".

Aunque de las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) que más se habla son de las que venden alimentos y productos de aseo, en el terreno de la ferretería y de la construcción también se han ido expandiendo estos negocios privados y cubriendo ofertas y servicios que el Estado cubano tenía totalmente descuidados. A pesar de sus elevados precios, los clientes agradecen ciertas ventajas de tratar con particulares que no están en la ilegalidad.

"Lo bueno de contratar a mipymes es que, por cualquier problema con los productos o los tiempos de entrega, tengo un margen de reclamación"

"Lo bueno de contratar a mipymes es que, por cualquier problema con los productos o los tiempos de entrega, tengo un margen de reclamación porque estoy negociando con una empresa que tiene una licencia, personalidad jurídica y debe dar la cara ante sus clientes", considera. "Hasta ahora no he tenido ninguna mala experiencia pero es una ventaja saber que uno tiene cierta protección".

Cuando Walterio inauguró su cafetería en 1998 las cosas eran bien diferentes. "La barra, las mesas, las sillas y la zona de trabajo de la cocina las tuve que contratar a carpinteros y albañiles que no tenían ni licencia". Aquel grado de informalidad le costó "varias estafas, perder mucho dinero y tremendos subidones de presión arterial". Ahora, opina que como las mipymes también "tienen que dar la cara en las redes sociales, porque muchas tienen sus páginas webs o sus cuentas en Facebook, lo que menos necesitan es un cliente que les haga un escándalo en internet porque le hicieron un mal trabajo".

"Otra cosa muy importante es que después de pagar el trabajo que encargué recibí una factura y ese dinero puedo declararlo como una inversión en mi cafetería, lo que influye también en los impuestos que pago", agrega. "No hay comparación con el Estado, incluso muchas de estas mipymes aceptan pagos desde el extranjero y especialmente por Zelle en Estados Unidos, algo que es muy cómodo para los que, como yo, tienen familia allá que puede ayudar con algunas inversiones".

Con las mipymes también han llegado materiales de mejor calidad para la renovación y la construcción. "Porcelanatos de todo tipo y colores", anuncia la pequeña empresa Habana Estilo en varios grupos de Facebook que promocionan las ofertas de mipymes dedicadas a la venta de materiales, grifería, baldosas y enchapes. Si antes el cliente o el albañil tenían que, obligatoriamente, recurrir a las desabastecidas tiendas oficiales o sumergirse en el mercado negro, las pequeñas empresas privadas parecen tener otras opciones más seguras.

Chucho y El Oriental llevan años trabajando en la renovación de baños y cocinas en La Habana. Aunque nunca han optado por tener una licencia y trabajan "por debajo del radar", de ahí que prefieran usar sus alias y no sus nombres de pila, cuando de comprar materiales se trata prefieren "las cosas legales". Ambos han vivido muchos sobresaltos. "Compras una bolsa de cemento a través de un anuncio en internet y cuando llega te das cuenta de que está adulterada", cuenta Chucho a este diario.

"Lo peor es que a veces te das cuenta de la falsificación ya muy tarde y el vendedor desapareció. No hay manera de recuperar el dinero", denuncia. "Ahora tratamos de que los materiales más delicados, como losas de piso, pinturas, cementos especiales y herrajes para baños vengan de una fuente confiable. Las mipymes son una buena opción".

"Se paga más que en el mercado negro pero se duerme más tranquilo y el cliente tiene más opciones", asegura. "De la mano de las mipymes han entrado, por ejemplo, los porcelanatos españoles a Cuba, de muy buena calidad, hay también mesetas completas de granito, mármol y ya he empezado a ver hasta ofertas en cuarzo. Eso no lo tiene el ilegal porque son piezas muy pesadas que necesitan transportación especializada", concluye.

"Lo peor es que a veces te das cuenta de la falsificación ya muy tarde y el vendedor desapareció. No hay manera de recuperar el dinero"

"Antes, todas las mesetas que hacíamos eran fundidas y con azulejos encima, ahora hay más opciones y estoy seguro de que seguirán llegando más tipos de materiales porque la competencia entre ellas las va a obligar a tener un catálogo mucho más amplio", especula. "Estoy a punto de ver llegar soluciones modulares, con los muebles de la cocina y la meseta ya incluida, solo llegar e instalar. Eso todavía no lo hay aquí, pero si alguien las va a traer son esas empresas privadas".

"Me quejo cuando tengo que pagarle una cerveza a 200 pesos a una mipyme, pero si un cliente me pregunta dónde es mejor comprar un buen fregadero o una pila mezcladora para la ducha, le aconsejo que vaya con ellas, lo otro es arriesgarse con los ilegales o pagarle al Estado en MLC productos de mala calidad y desactualizados de diseño", reconoce Chucho.

"Aunque yo no tenga licencia prefiero comprarle a gente con licencia porque es mi reputación de albañil la que está en juego y mi clientela se mueve con recomendaciones".

De las más de 8.000 mipymes que se han registrado en la Isla hasta el momento, al menos 42 tienen que ver con la venta de artículos de ferretería y materiales de construcción. Muchas de ellas venden en MLC y ofrecen servicios de pago desde el exterior y de entregas a domicilio.

Gracias a los permisos de importación y la capacidad de ofertar variedad de productos, pareciera que los comercios privados pueden ser la alternativa a la escasez de las tiendas estatales

Gracias a los permisos de importación y la capacidad de ofertar variedad de productos, pareciera que los comercios privados pueden ser la alternativa a la escasez de las tiendas estatales. Sin embargo, los altos precios de la mercancía que ofertan, si se consideran la inflación y los bajos salarios, dejan sin alternativa a los cubanos que no tienen suficientes ingresos.

En una visita a una ferretería privada de La Habana, este diario pudo establecer una comparación de los precios de los productos en venta. Un destornillador de prueba –que se utiliza para detectar si por un cable circula corriente–, con un precio de 0,99 euros en el mercado español, en una mipyme de la Isla cuesta el doble: dos euros o 400 pesos al cambio del mercado informal. Asimismo, un conjunto de tres pinzas con mango aislante, con un precio de 8.900 pesos, en Madrid costaría solo el equivalente a 5.000 pesos (25 euros). Por último, un taladro de marca Total –de fabricación china– tiene un precio en España de 125 euros (unos 25.000 pesos), mientras que en Cuba se vende en 86.000 pesos.

A diferencia de las ferreterías que ofrecen herramientas y accesorios como tornillos, sierras, lijas, mangueras o herramientas eléctricas de pequeño o mediano tamaño, muchas de las tiendas de materiales de construcción tienen solamente presencia virtual, sobre todo si se dedican a vender artículos de fontanería o grandes equipos, ya que suelen trabajar por encargo, importando solamente los productos que los clientes solicitan.

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